Estos son los alimentos que no te conviene tomar en el desayuno
Los alimentos que elijas en tu desayuno serán claves para mantenerte con energía el resto del día. ¿Estás eligiendo bien?
Marilú Ochoa Méndez
La maestra en ciencias y nutrióloga Adriana Puente, creadora del canal de YouTube ‘Balanceando la vida’, comenta que “hacer malas elecciones en el desayuno hará que te quedes con hambre durante el día, y por tanto sea fácil tomar malas elecciones que afecten tu peso y salud“.
No es lo mismo alimentarnos que comer, dice Renata Herrera, sicóloga de la alimentación, quien enlista a continuación los diez alimentos que deberíamos evitar.
Es la comida más importante
Cada comida que hacemos es importante, es cierto. Pero -como su nombre lo dice- el desayuno es la primer comida que tu cuerpo recibe después del ayuno prolongado de la noche.
Lo que tu organismo ingiere en este momento es procesado de una manera particular: lo que comemos predispone nuestro cuerpo y en mucho nuestro humor, el procesamiento que hagamos del azúcar y el trabajo de nuestras glándulas. Esto que hace que sí sea la comida más importante del día.
1 Cereales de caja
Son prácticos, parece que tienen vitaminas y minerales, pero ¡cuidado! Tienen cantidades excesivas de azúcar, incluso más que galletas, pasetillos comerciales o refrescos. Observemos las cajas y comparemos los números, especialmente si se los damos a nuestros niños.
Con cajas coloridas y personajes atractivos, prometen ser integrales, prometen incluir el porcentaje de nutrientes que nosotros o nuestros niños necesitan, pero siempre son ultraprocesados, con conservadores, con colorantes químicos dañinos.
La sugerencia de los nutriólogos y especialistas es evitar su consumo por completo, especialmente, no dárselos a nuestros niños.
2 Pan o bollería con mantequilla y azúcar
Existen pocos panes en el mercado que incluyen fibra. La harina procesada no conserva sus nutrientes y nos aporta calorías huecas que en vez de nutrirnos, nos inflaman y afectan.
La bollería, pan de bagette, pan de caja y galletas o pastas, inlcuyen harina refinada. Su consumo genera picos de glucosa en nuestra sangre. Esto, ocasiona poca saciedad, con la urgente necesidad al corto plazo de volver a alimentarnos.
Peor todavía que dar a tu cuerpo esa bomba de azúcares, es unirlas con grasas no saludables. A veces, comemos pan con mantequilla, ¡mala elección!
La combinación de mantequilla o margarina con pan no es adecuada ni enriquecedora, porque es grasa de mala calidad (grasas trans). Una opción rica y saludable es sustituir esas grasas no nutritivas por aguacate.
3 Jugos de fruta
Estos productos tentadores, que se presentan como 100% fruta, o auténticos, no nos informan adecuadamente. Si nos detenemos a leer las etiquetas, veremos que son muy altos en azúcar. Especialmente los industrializados.
Contienen muy poca fruta, y además de los azúcares naturales de la misma, son endulzados con azúcar de caña o jarabe de maíz de alta fructosa que genera obesidad tipo 2 y afecta en gran medida nuestro cuerpo, tapando arterias por lo menos.
Además, contienen aditivos, colorantes y compuestos químicos que no nutren y sí dañan.
Si ante este panorama se te antoja mejor un jugo natural de naranja, ¡alto!. Tampoco se recomienda ingerir los naturales. Es mejor cambiarlos por el consumo de fruta entera, ya que los jugos aportan solamente un exceso de azúcar y nada de fibra.
4 Yogurt o un gran vaso de leche
Puede atraernos comprar por ejemplo un yogurt con fruta industrializado, que al ser lácteo, aportaría proteína, pensamos, pero tampoco debemos confiarnos demasiado.
Estos alimentos industrializados, son también engañosos. Por ejemplo, el yogurt griego 0% grasa, suple esta oferta tentadora al aumentar el nivel de azúcar de los productos. La eliminación de la grasa en los productos lácteos y el aumento del azúcar hace que el efecto de saciedad sea menor y que esta elección nuestra no nos nutra.
Estos productos lácteos, cuando prometen inlcuir fruta, la mezclan también, en muchas ocaciones con el terrible jarabe de maíz, e incluyen colorantes, pulpa de fruta industrializada.
¿Y si entonces preferimos tomar un vaso de leche?
Los expertos nos explican que tampoco es tan buena opción, pues la lactosa se procesa también rápidamente, como azúcar. Además, casi todas las leches comerciales, son industrializadas. ¿Además agregas galletas? Son alimentos ultraprocesados, llenos de azúcares, grasas hidrogenadas, harinas ultraprocesadas.
Con base en esto, podemos concluir, que tampoco las famosas lechitas preparadas convienen a nuestros pequeños.
5 Barras de avena
Avena, miel, frutos secos en una barra envuelta, nos parece entonces posible opción nutritiva, ¿cierto? pero leyendo las etiquetas saldremos de dudas.
Estos productos industrializados son también una mala elección, pues las barras también contienen azúcar y jarabe de maíz, que aumentan el azúcar en sangre, niveles de glucosa y generan inflamación.
Contienen también baja fibra y baja proteína, y nos da hambre al poco tiempo de ingerirlas.
6 Embutidos
Los embutidos son un alimento de alto consumo en muchas familias debido a su practicidad: se miden con facilidad las porciones, se conservan largo tiempo y están siempre disponibles. Son además, una forma económica de incluir carne en casi cualquier comida, pero ¿sabes de qué están hechos?
En su mayoría, incluyen carne variada que las empresas productoras han desechado de otras ventas: chuleta, pedacera y casi siempre carne de cerdo. En las etiquetas se indica el mayor porcentaje de proteína que contienen, pero casi siempre, se hacen acompañar también de soya, grasa y otras carnes.
No son proteínas sanas. Contienen sal en exceso, colorantes y conservadores. Además, están llenos de nitritos. El proceso por el que pasa la carne no garantiza conservar sus propiedades.
7 Cafés preparados
Cuando tienes prisa, es delicioso pasar a tu lugar especial por tu capuccino, o un moka blanco. Te lo tomas en el vasito de cartón mientras atiendes algún pendiente, y encima, piensas en lo qué desayunarás después. ¡Muchas calorías!
Si nos gusta el café, los expertos recomiendan tomarlo negro o con leche. No tenemos una idea de cuántas calorías nos bebemos, y además los acompañamos con bollos, galletas, pan, saturando nuestro organismo con calorías dañinas, ultraprocesadas, poco o nada nutritivas.
8 Grandes cantidades de fruta
Comer los grandes platones con pera, plátano, sandía, manzana y algo más, nos parece de lo más nutritivo. Lo acompañamos a veces con jugo, pan y nos sentimos satisfechos al elegirlo.
Las raciones de fruta recomendables para cada comida, se miden haciendo un platito con nuestra mano, y acomodando lo que nos quepa en una mano. Elegir esta opción nos satura de azúcar y fructosa y no nos proporciona lo que nuestro cuerpo necesita.
9 Cereales como avena, aunque sean cereales enteros
El problema de ingerir esta opción, es que -al considerarlo nuestro desayuno-. podemos abusar. La medida o lo necesario para saciar nuestro cuerpo lleva muchos carbohidratos.
10 Desayunos de comida rápida
Las peores carnes, el peor aceite, los peores ingredientes mezclados y vaciados en tu pobre estómago no valen ni el costo económico ni la practicidad. ¡Evita por favor esta opción!
¿Qué necesita tu cuerpo?
Grasas buenas , verdura y fibra. Proteínas, leguminosas. Algunas opciones sugeridas por los especialistas son: omelette con verduras, aguacate, un smoothie con semillas, una fruta, verduras, o tal vez unos ricos hot cakes de harina de almendra.
Dice el escritor y maestro budista estadounidense Jack Kornfield: “Nosotros, como seres humanos, tenemos la asombrosa capacidad de renacer en el desayuno todos los días y decir: «Este es un nuevo día”. ¡Hagámoslo! Nuestro organismo lo agradecerá.