Familias resilientes: la mejor manera de apoyarse y ser fuertes
"La vida no se hace más fácil o más indulgente, nosotros nos hacemos más fuertes y resilientes" (Steve Maraboli)
Erika Patricia Otero
“Una alegría compartida se transforma en una doble alegría,
una pena compartida, en media pena”.
Anónimo.
Todas las familias pasan por momentos complicados. La situación es que no todas las familias permanecen juntas en los tiempos de caos.
Hace unos pocos días escuché la historia de una joven madre de dos niños que quedó viuda. Su esposo se quitó la vida. ¿La razón? El hijo menor nació con una seria condición médica que lo mantenía en estado vegetativo. El niño jamás en sus 7 años de vida dio señales de sufrir o sentir algo; ni siquiera los padres sabían si los reconocía. Según palabras de la madre: “era como criar una piedra”. Sé que se lee cruel, y lo es, pero honestamente no puedo culparla.
El matrimonio trabajaba solo para pagar cuentas médicas y mantenerse. El hijo mayor, un niño de 12 años no tenía infancia, él solo iba a la escuela y cuidaba a su hermano menor. El niño estaba a punto de colapsar. El esposo no soportó más la situación y terminó con su vida dejando al resto de la familia abandonada.
La madre quedó a cargo de la terrible situación. Desesperada, tomó la decisión de internar a su hijo enfermo en un centro médico. Esto le daría paz y la oportunidad de encargarse de un hijo que sí puede responder a su amor y sus cuidados. En su caso, ¿tú qué hubieras hecho?
Claro que no todos los casos son así de crueles. Por fortuna, hay familias que ante eventos similares e incluso más devastadores, logran mantenerse juntos y apoyarse. Esto permite que los vínculos afectivos se fortalezcan.
La unión hace la fuerza
Hacer frente a los problemas en grupo es lo que más caracteriza a las familias resilientes. Superar cada evento difícil es lo que los fortalece y mantiene unidos.
Por supuesto, enfrentarse a situaciones adversas requiere de gran fuerza de voluntad y amor entre las partes. El proceso de mantenerse juntos durante esos momentos complejos siempre trae grandes recompensas. Por ejemplo: los hijos saben que siempre van a contar con el apoyo de sus padres y viceversa. Además, los miembros desarrollan la capacidad de ser humildes, generosos, amables y asertivos, entre otros valores y cualidades.
Ahora bien, lo ideal es que todas las familias del mundo fueran resilientes; sin embargo, esto no pasa. La razón es que no hay esa conexión especial que hace que los miembros se sientan vinculados entre sí. No es que no se amen; lo que ocurre es que cuando las cosas va mal, cada cual actúa como un ente independiente. Dicho de otra manera: cada cual se hace cargo de sus problemas o sus asuntos.
El punto es que cuando se crece en una familia resiliente, los hijos tienen una mejor salud mental. Al respecto, la doctora Fiona Walsh, por medio de un estudio, concluyó que para que un adulto goce de una salud mental y emocional sana, los padres deben procurar que sus hijos crezcan en una familia cuyas bases estén cimentadas en el apoyo mutuo.
¿Cómo llega una familia a ser resiliente?
Todo es un proceso. Una familia resiliente debe aprender a llegar a acuerdos; además, deben aprender a manifestar sus sentimientos y emociones. Añádele a esto que deben aprender a comunicarse de manera clara y darse apoyo.
Características de las familias resilientes
1 Cohesión
Hace referencia una alianza que permite que ambos padres tengan los mismos derechos y participación. Es decir, cada decisión familiar es consensuada por las partes. Esto se maneja desde el respeto y amor que otorga soporte emocional y organización familiar.
Además de esto, en las familias resilientes no hay cabida para la rigidez emocional. Los miembros siempre buscarán llegar a acuerdos. Dicho de otra manera, los padres jamás se impondrán el uno al otro. Otro aspecto interesante es que los hijos no están obligados a complacer a los padres; es más, los hijos son escuchados y orientados con amor.
2 Afectividad
El afecto es traducido por el respeto a la individualidad de los miembros. Además, implica el respeto por la intimidad de cada miembro de la familia.
3 Comunicación
En toda relación humana saber comunicarse es esencial para mantener buen entendimiento. La comunicación debe ser clara, abierta y honesta entre los miembros.
4 Adaptación
Las familias resilientes deben ser capaces de adaptarse a los cambios drásticos. Lo anterior no se logra solo; se necesita de un buen liderazgo parental que brinde apoyo, orientación y protección incondicional.
5 Flexibilidad
Este aspecto implica la capacidad de ser tolerante a las diferentes formas en que los miembros asumen los problemas. También tiene que ver con la capacidad para reorganizarse ante los cambios y así hacerle frente a los problemas.
6 Asertiva resolución de problemas
Tiene que ver con la capacidad que tiene la familia para manejar los problemas como algo superable. Además, implica que la familia sepa trabajar como un equipo para superar los conflictos a través de una actitud positiva.
Las relaciones familiares no tienen que ser perfectas. Pueden y deben haber diferencias entre los miembros, pero todos deben ser capaces de entenderse y comprenderse; solo de esa manera la familia va a apoyarse mutuamente.