Fertilización in vitro, lo que nadie quiere que sepas
¿Qué sucede cuando no es posible concebir de manera natural? ¿Las técnicas de reproducción asistida realmente nos ayudan a llevar a cabo ese sueño de tener hijos propios? Y de ser así ¿cuál es
Maria Josie Hernandez Cabrera
La esterilidad es una de las cruces más difíciles de cargar cuando se tiene la ilusión de formar una familia. Antropológicamente tenemos ese deseo de procrear en lo más profundo de nuestro ser. Pero, ¿qué sucede cuando no es posible concebir de manera natural? ¿Las técnicas de reproducción asistida realmente nos ayudan a llevar a cabo ese sueño de tener hijos propios? Y de ser así, ¿cuál es el coste físico y emocional? ¿En verdad vale la pena?
Si tú y tu cónyuge están pasando por esta dolorosa situación, te presento algunos datos a considerar antes de optar por traer hijos al mundo por este medio:
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Desde el punto de vista médico, la fertilización in vitro no tiene como fin encontrar y solucionar la causa de la infertilidad. Por el contrario, tiene como objetivo “ayudar” a las parejas estériles, sustituyendo la reproducción natural.
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La madre recibe una peligrosa cantidad de hormonas que pone en riesgo su salud física y emocional. Primero, para estimular el ovario y lograr la ovulación y después, para preparar su cuerpo para este procedimiento. Esto con el objetivo de lograr que uno o más embriones puedan implantarse.
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Se crean varios embriones en el laboratorio, de los que se escogen sólo aquellos con características superiores para aumentar las probabilidades de éxito de la implantación y el desarrollo de los embriones. Los demás son desechados, almacenados o donados para experimentación.
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De dos a cinco embriones son transferidos al útero de la mujer, preparado artificialmente, en espera de que por lo menos uno o dos logren sobrevivir. Los demás mueren o no logran implantarse en el cuerpo de esa madre.
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Cuando se logra la implantación de dos embriones o más (embarazo múltiple), a la madre se le sugiere someterse a un aborto selectivo.De esta manera se puede garantizar la supervivencia de al menos un embrión, y un embarazo menos riesgoso.
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En promedio, se sacrifica la vida de 7 a 9 embriones en todo este proceso de lograr un embarazo que llegue a término, como lo explica el sitio de Humanidades Biomédicas de la Facultad de Navarra.
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Con esta técnica se les considera a los embriones “no humanos” para poderse producir, manipular, seleccionar, experimentar con ellos y, finalmente, desechar.
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Los primeros niños concebidos por este medio, que ahora ya son adultos, han abierto los ojos a científicos y especialistas sobre las secuelas emocionales de haber sido “fabricados” en un laboratorio, muchos sufren depresión.
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Ahora también se sabe que poseen ciertas desventajas físicasy problemas de salud en general, como dificultades de visión, asma y alergias. Además, un gran porcentaje presenta condiciones psiquiátricas como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, entre otras, según una publicación del Journal of the fertility and sterilityde febrero de 2010.
La vida humana es infinitamente valiosa
La ciencia, en su afán de alcanzar cada vez más logros (como el de “ayudar” a unos padres en su deseo de procrear), ha sobrepasado límites morales fundamentales. La vida humana no es un objeto, y especialmente no es un objeto de experimentación.
Por último, esta industria no quiere que sepas que la fertilización in vitro es un negocio millonario. Los laboratorios y clínicas de reproducción asistida obtienen grandes ventajas económicas de esta necesidad de los seres humanos de procrear, pese a su bajo índice de éxito (de apenas 30 a 45 por ciento). Por lo anterior, no siempre se detienen a explicar a los pacientes los “detalles técnicos” de sus procedimientos.
Ha habido muchos matrimonios que por desconocimiento han acudido al recurso de la fecundación in vitro. Y después de varios intentos de producir e introducir estos embriones en la madre, no han podido lograr y llevar a término un embarazo. Sin embargo, se han quedado con una gran carga física, emocional y moral.
Por mucho que nos cueste aceptarlo, los hijos no son un derecho. Son un don, un regalo divino que debemos atesorar. Cuando los buscamos por medios contrarios a la ley natural, no sólo estamos atentando contra la vida misma, sino también contra nuestra integridad y bienestar.
La reproducción asistida no resuelve nada, no está enfocada a solucionar la causa de la esterilidad. Existen técnicas de cuidado de la fertilidad que ofrecen esperanza a estas parejas sin violar su integridad y que no atentan contra la vida humana. Si -como ya quedó dicho- tu pareja y tú están pasando por esta dolorosa situación, consideren la opción de encontrar la causa y buscar la forma natural de superarla a través de esta organización: en Estados Unidos, http://www.naprotechnology.com/ y en México, http://www.fertilitycaremexico.org
Maria Josie Hernandez Cabrera
Esposa y Mamá radicada en EEUU, Comunicóloga de profesión, Bloguera por inspiración, Traductora, Editora y Locutora, por ocurrencia de Dios, Defensora de la Vida y la Familia por vocación
