Fórmula para una vida feliz: baja la velocidad, cuida tu dirección

La vida no es una competencia, es una escuela cuyo aprendizaje cada ser humano lo vive a su tiempo.

Erika Patricia Otero

“La vida no se trata de velocidad, sino de la dirección a la que te dirijas”

Kim Nam-joon

Solemos vivir a contrarreloj, como si nuestra vida dependiera de un horario colmado de estrictas reglas que debemos cumplir.

Todos fuimos criados bajo la creencia que si a cierta edad no lográbamos determinados propósitos, “nos estaba dejando el tren”.

Error; no hay mentira más grande que esa. Sin embargo, son muchas las personas que miden el éxito según los propósitos logrados antes de los 30 años. Lo peor es que esto lo proyectan sin miedo en la vida de sus hijos.

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La buena nueva es que el pensamiento ha ido cambiando. Hoy día las nuevas generaciones viven de manera más relajada. Tienen sus metas claras y de una forma u otra quieren lo mismo que lograron sus padres, pero a un ritmo diferente.

Es claro que para muchos jóvenes la idea de la familia antes de los 30 es un poco absurda. A esa edad muchas personas de la generación de los 90’s quieren viajar y explorar el mundo. Otros quieren casarse y seguir estudiando; ellos esperan a tener hijos cuando sus vidas profesionales y laborales sean más estables. Y ninguna de estás ideas de vida está mal planteada. En definitiva, los jóvenes ahora viven a su propio ritmo.

Nadie tiene por qué cumplir expectativas ajenas

Esto suena algo agresivo, pero es la realidad y no tenemos derecho a interferir en las vidas ajenas.

La situación es que muchos padres esperan que sus hijos logren lo que ellos no pudieron alcanzar. Es común escuchar cosas como “quiero que seas médico porque yo apenas pude hacer el bachiller y sacar un tecnológico”. También hay quienes casi ordenan que sus hijos hagan lo que ellos quieren y no admiten un no por respuesta.

Este tipo de actitudes son incorrectas y son el camino más corto y directo al fracaso de una persona. Si eres padre debes preguntarte lo que quieres para tus hijos ¿Quieres que triunfen y sean felices? Dales las herramientas para que ellos lo logren por sus propios méritos.

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También es común escuchar decirle a una joven que se le está haciendo tarde para casarse y tener hijos. Por años fui víctima de este tipo de presión; absurdo cuando las personas que me lo decían no habían logrado ni la mitad de cosas a los 23 yo ya había logrado.

La vida no es “Nacer, crecer, educarse e ir a la universidad, conseguir trabajo, casarse, tener hijos, jubilarse y envejecer”. No necesariamente en ese orden desde “educarse e ir a la universidad”, pero esto es difícil de aceptar.

Muchos creen que si no te gradúas de la universidad y tienes un empleo tradicional, serás un eterno fracasado. No, la vida no tiene por qué tener un orden de acción; es más, muchos jóvenes no tienen ni la opción de estudiar.

No hay edades para metas, cada cosa llega a su tiempo

La vida es realmente muy dura para muchos jóvenes, pero parece que muchos padres quieren ignorar esto.

Tu hijo no necesita estudiar lo que tú no estudiaste. Tampoco necesita una carrera que lo “llene de dinero”. Tu hijo necesita estudiar la carrera que le guste y trabajar en lo que le gusta; esa será la única manera en que no va a fracasar.

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No solo los jóvenes saben lo que es cargar la presión de “cumplir los estándares de la sociedad“. Si eres un adulto seguro también “cargas la responsabilidad de no tener tu propia casa como Dios manda”.

Si cumpliste los 35 y aún no encuentras una pareja para casarte, te torturan porque “no eres precisamente joven”. Entonces aparecen los que dicen: “¡Que miedo!, vas a llegar a viejo solo”.

Otra de las tantas tonterías que se escuchan es: “Si no tienes hijos, no tendrás quien te cuide de viejo”. Cuando dicen esto me pregunto: Y ¿Quién dijo que los hijos se tienen para que te cuiden de viejo? Si para eso vas a tener hijos, por favor no los tengas; un hijo no es una necesidad, ni un cuidador de ancianos. Es un lujo y una responsabilidad. Un lujo porque no todos pueden tenerlos, y una responsabilidad porque serás padre y madre para siempre.

El divino tiempo

Si estás leyendo esto seguro estás preocupado porque a tus 30 no terminas tus estudios universitarios. Quizás como muchos estés en los 40 y aún no te casas y sientes la presión respirándote en el cuello. Tal vez tienes una familia y aún no puedes comprarte un lugar propio.

Sea como sea, no te preocupes, ve con calma. Tienes la meta ante ti, ahora debes reducir la velocidad. No debes tener prisa por conseguir las cosas que la sociedad te dice que debes lograr antes de los treinta.

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El tiempo es sabio. Si algo no se da como se supone debe darse, no te preocupes. Como dice mi madre: “Del afán no queda más que el cansancio”.

Me he dado cuenta que nada sacas con nadar contra la corriente; es mejor nadar con ella; fluir lo llaman algunos. Yo solo sé que si algo no sucede en tu vida es por una razón. No ganas nada persistiendo en algo; ganas mucho más cuando aceptas que tu tiempo es diferente a de la otras personas.

Si algo en tu vida no sucede como “se supone”, créeme que es porque estás siendo preparado para recibirlo. Aún no es tu tiempo.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.