Fotógrafo muestra el “verdadero” rostro de Jesús
Te mostramos el que muchos afirman que es el "verdadero" rostro de Jesús, pero tú no necesitas conocerlos. Hace siglos Él nos dijo cómo es.
Marilú Ochoa Méndez
¿Es importante conocer “el rostro” de una persona para establecer una relación profunda con ella? Sinceramente, creo que no. Eso implicaría que un ciego -al no poder mirar los detalles de un rostro- no conoce a la persona en cuestión.
Los hombres nos sentimos cercanos, cuando compartimos el corazón, y desde él nos conectamos. Sin embargo, si fuera ciega, y me presentaran la oportunidad de conocer el rostro de los que más quiero, no dudaría un segundo en hacerlo.
Eso nos pasa a muchos cristianos cuando escuchamos declaraciones como “ahora sí se conocerá el real rostro de Jesús”. Muchos corremos a mirarlo, pero para la mayoría, no cambia nada, pues unos centímetros de altura o la longitud del cabello, hacen muy poca diferencia en la devoción que profesamos a Dios.
¿Eres como eres o eres como te ves?
Antoine de Saint-Exupéry, el autor de el clásico El Principito, afirma que “solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos“. Sin embargo, ¡hacen tanto bien los ojos para comenzar a introducirnos en el mundo de lo esencial!
Yo creo que la manera como te presentas a otros importa y mucho. Pero no me refiero a lo físico, sino a la manera como interactúas con otros. Los gestos que realizas y tu manera de hablar, dicen mucho de quién eres.
¿Qué expresaría el rostro verdadero de Cristo?
Una nota aparecida recientemente, ha causado un gran revuelo. Bas Uterwijk, un fotógrafo holandés ha mostrado al mundo una imagen desarrollada con inteligencia artificial de cómo sería el rostro de Jesús, el hijo de Dios.
Este artista, con 14 años de experiencia, ha realizado también fotografías de personajes históricos y obras de arte como el David de Miguel Ángel Buonarotti, el rostro de Vincent Van Gogh y la Gioconda de Da Vinci. Para lograrlos, “utiliza una red neuronal entrenada con fotografías y pinturas de miles de rostros humanos“, según explica el mismo autor en Twitter.
En concreto, para la imagen de Jesús de Nazareth, el autor afirma haber empleado muchas representaciones, entre las que se encuentran la obra Salvatore Mundi de Da Vinci y la Sábana Santa de Turín, donde se afirma que se encuentra impresa la imagen de Cristo de forma inexplicable y milagrosa.
Te mostramos la imagen a continuación:
Además de realizar este trabajo, Uterwijk, le recortó el cabello y la barba para apegarse a las costumbres de la época y lugar en que vivió el Hijo de Dios.
Pero este “retrato” no es el único
Existen otras dos versiones que aseguran ser realistas, una de ellas la realizó el forense inglés de la Universidad de Manchester, Richard Neave, quien luego del hallazgo de un cráneo de un hombre originario de Jerusalén en el siglo I, desarrolló un rostro que podría parecerse a Jesucristo.
Neave, “dedujo las cejas, la nariz y la forma de la mandíbula, y con estos datos se realizó un modelo en barro. Un equipo de la la BBC añadió el pelo, la barba y el color de la piel basándose en rostros de Cristo pintados en el siglo III en frescos conservados en Siria e Irak“, según reseña una conocida revista.
Hubo una gran discusión en las redes, pues este rostro parece mas bien tosco, y difícilmente puede asegurarse con certeza que así podría lucir el hijo de María y José.
Una niña, que afirma haberlo visto, también nos muestra Su rostro
Akiane Kramerik, de madre lituana, residente en Estados Unidos (Illinois), afirma que desde los cuatro años comenzó a ver el rostro de Jesús, y a los ocho años logró pintarlo. Su obra se llama “Príncipe de paz”. Posteriormente, comenzó también a redactar poesía y a continuar pintando esta bella imagen de maneras distintas.
Según afirma la misma Akiane en entrevista, después de exponer su retrato, comenzó a recibir correos y comentarios de todas partes del mundo afirmando que ese mismo rostro es el que varias personas habían visto en algún sueño.
Es notable el caso del joven Colton Burpo, también residente en los Estados Unidos, quien a los seis años, debido a una peritonitis, tuvo una experiencia cercana a la muerte, en la que afirma haber visto a Jesús. Cuando este joven miró el retrato de Akiane, coincidió en el parecido de esta pintura con el rostro que él había visto de Jesucristo.
Pero tú también conoces Su rostro ¿lo sabías?
En el salmo 26, leemos: “Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro” (Sal 26, 8).
Pero a veces andamos perdidos, y olvidamos las palabras de Jesús. Debemos buscar Su rostro, pero no debemos buscar mirar solo con los ojos de la carne.
Leamos este párrafo del Evangelio de San Mateo:
Porque tuve hambre, y me diste de comer; tuve sed, y me diste de beber; fui forastero, y me recogiste; estuve desnudo, y me cubriste; enfermo, y me visitaste; en la cárcel, y viniste a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto les digo que en cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hiciste” (Mt 25, 35-48)
Tu hijo que te pide el vaso de agua cuando lo único que deseas es recostarte, es Cristo invitándote a ser paciente. Tu esposa o esposo que necesita de tu tiempo, dedicación y cariño, es también el rostro del Salvador. El vecino que se ha quedado sin trabajo, es Cristo hambriento pidiéndote regalar un poco de comida. El vendedor de periódicos es el mismo Jesús, quien iniciará el día sereno con tu sonrisa y diálogo amenos.
Tal vez alguno de los retratos de arriba te parezca mas cercano al Jesús que tu corazón conoce, pero no pierdas de vista que el verdadero rostro de Jesús, está en tus mas próximos. Míralos, ámalos y demuéstrale a Cristo que lo amas en cada uno de tus hermanos. ¡Dios te bendice!