¿Hace cuánto no sientes mariposas en el estómago?
Un error que cometen la mayoría de las parejas es dejar de ver cosas positivas en el otro. Aquellas parejas que siguen con las gafas del optimismo tienen menos probabilidades de separarse.
Marta Martínez Aguirre
Cuando conociste a tu pareja, estabas inmersa en tu fase de enamoramiento. Él era todo para ti. Sus besos, sus caricias, sus palabras dulces y sus miradas bastaban para sentirte la mujer más feliz del universo. Vivías la etapa dulce del amor romántico, propia del inicio de una relación sentimental.
Pero con el paso del tiempo, su abdomen abultado es una gran molestia, esa fastidiosa forma de besarte en las mañanas te atormenta y has empezado a odiar sus calcetines tirados por toda la casa. Ya ha dejado de ser el príncipe azul y está en la categoría de “¿falta mucho?”, pues ya no lo vives con aquellas ilusiones que tanto ocupaban tu mente noche y día.
Diversas investigaciones realizadas sobre el amor romántico, han señalado que las en las relaciones prolongadas hay una clara dificultad para sostener la ilusión inicial propia de la fase de enamoramiento.
¿Se acabó la ilusión?
¿Deberías entonces cambiar de pareja cada vez que empiezas a desilusionarte? ¿Es esto una sentencia a renunciar a las mariposas en el estómago? Si bien es imposible vivir en un estado continuo de enamoramiento, como en la etapa del amor romántico, no significa que en un matrimonio consolidado no exista lugar para refrescar las ilusiones que mantienen viva la llama del amor.
Pues bien, mi gentil lectora, es tiempo de que vuelvas a abrazar tus ilusiones, yo no sé dónde las has dejado pero te traigo muy buenas noticias.
Aunque sea difícil de creer, se puede mantener ese primer estado ideal hasta la eternidad, apostando por la permanencia del vínculo y fundándolo en cosas que son eternas, tales como la confianza, el respeto, el compañerismo y los proyectos.
Sandra L. Murray, Dale W. Griffin y John G. Holmes, académicos de la Universidad de Buffalo expertos en relaciones de pareja han manifestado“las relaciones tienen más probabilidades de sobrevivir (incluso después de las dudas y los conflictos) cuanto más idealizan los miembros de la misma a sus parejas”.
Sé positiva con tu pareja
Cuando le preguntaron a Miguel Angel cómo había logrado una estatua tan bella como la del David, él dijo: “Fue fácil. Vi un ángel en el bloque de mármol y sólo lo cincelé hasta que lo liberé. Un error que cometen muchas parejas es que, una vez que el vínculo se ha consolidado, dejan de ver cosas positivas en el otro. Sin embargo, la investigación demostró que las personas que tienen una imagen levemente mejorada de sus parejas disfrutan de una mayor dicha y tienen menos conflictos. Si tú te mantienes positiva respecto a la imagen de tu enamorado, ayudas a que él mejore su autoestima. Tus ojos son el espejo ideal donde él se verá reflejado. Aunque su abdomen esté creciendo, seguramente conserva esa sonrisa que aún te encanta. Haz una lista de las cosas positivas que ves en él y trata de decirle una cada día. Ayudará a mantener el vínculo cada vez más sólido. Ser positiva es una forma de renovar el compromiso matrimonial cada jornada.
¿Recuerdas las mariposas revoloteando en tu interior?
No tienen que dejar de hacerlo, la investigación también llegó a demostrar que las parejas que recuerdan sólo cosas negativas han tenido más deseos de terminar la relación. Las parejas que no se concentran tanto en los problemas son menos propensas a desear separarse. ¿Significa parecer ingenua? Claro que no. Sólo cuida que durante una conversación, primero realces cosas positivas y luego, para resolver el conflicto, puedes mencionar lo que te perturba. Los resultados son mejores. Antes de decirle “Estoy cansada de tus calcetines tirados por toda la casa”, tal vez puedas decirle “Ven dame un abrazo, estoy tan cansada, he pasado la tarde juntando juguetes y calcetines por todos lados, pareces un ciempiés pero te sigo amando”. Seguramente él te dará ese abrazo y te ayudará a juntar sus calcetines, entonces las mariposas volverán aún en pleno invierno.
Novedad y variación incrementan la pasión
Otro investigador, Arthur Aron, estudió a varias parejas para conocer qué alimentaba la pasión en los matrimonios de muchos años. Tras cientos de puertas tocadas y largas conversaciones, llegó a la conclusión de que la continuidad del romanticismo está íntimamente ligada con la capacidad de alargar ese momento de conocimiento de uno mismo que era propio del enamoramiento. Tal vez recuerdas que en esa etapa solías ir al estilista, ponerte ropa bonita o esperarlo con alguna novedad. Ahora que los niños están en la escuela, tal vez llegue a la casa y tú estés de pantuflas, con la cara sucia de merengue y huelas a pollo frito. Para revivir la pasión de aquellos tiempos no necesitas dinero, sino creatividad. Dale una sorpresa, por ejemplo, acuesta temprano a los niños, te das una ducha y te vistes elegante, calientas la cena y lo llevas a la terraza donde has preparado todo para darle la sorpresa. Busca variedad en las cosas que hagan juntos, habla con tu pareja acerca de sus ilusiones y busquen juntos caminos alternativos. ¿Sabes la gran cantidad de hombres que anhelan algo y no lo expresan? No siempre tiene que ver con lo sexual, también callan sus deseos de ir a pescar, salir de o tener un fin de semana en la playa, ir a bailar o practicar un deporte junto a su esposa.
Mira a tu esposo como el ángel dentro de un trozo de mármol e imita a Miguel Angel: sé capaz de descubrir lo bello que hay en él. Abrázate a tus ilusiones y no las sueltes, descubre que ese hombre panzón (o con cualquier defecto que hayas descubierto últimamente) aún tiene la pasión en sus ojos cuando te miran.