Hay padres que no saben si inyectarlo a sus hijos. Pero al hacerlo, sus vidas cambian por completo
Tras observar noticieros y periódicos, parece imposible inyectarlo en tus hijos. Pero si lo haces, ellos te lo agradecerán para siempre.
Cindy Peterson
¿Cómo enseñar a mis hijos a ser optimistas? ¿Por qué debería ayudarlos a ser positivos? El optimismo en el hogar y la importancia de enfrentar la tragedia con optimismo cobran capital importancia tras los informes que ofrecen los noticieros y periódicos, tan de pesadumbre. Aunque quizás te preguntes si es posible ser optimista. La verdad es que es posible lograrlo, y existen importantes ventajas de enseñar este principio a tus hijos. Porque el optimismo alcanza para modificar vidas y circunstancias para bien, inyecta optimismo en tus hijos y mira cómo sus vidas cambian.
Recientemente conversaba con mis hijos sobre algunas tragedias y desastres naturales. Uno de ellos me preguntó, “¿Cuándo van a dejar de suceder cosas malas?”. En ese momento me di cuenta de que un deber que tenemos, como padres, es enseñar a nuestros hijos a enfrentar lo que el futuro les depara no con temor o negativismo, sino con fe y optimismo. Si te ha sucedido una experiencia similar, y quisieras transmitir a tus hijos sentimientos seguros y positivos, te comparto cuatro ventajas que explican por qué vale la pena dedicar tu tiempo a enseñarles a ser optimistas:
1. Las personas optimistas desarrollan la fe y la esperanza
Si nuestros hijos aprenden, desde temprana edad, a que deben tener fe y esperanza de que cualquier prueba, por más penosa que sea, sirve para enseñarnos alguna lección valiosa, podrán afrontar cualquier situación con optimismo y entendimiento. Una buena manera de hacerles ver esto podría incluir una conversación sobre algún desastre natural reciente o noticia que les afecte directamente como familia, y hacer una clara distinción entre los aspectos positivos y negativos. Es muy probable que esta práctica los motive como familia a identificar más prontamente las bendiciones en contraste con las penas o desdichas. Al hacerlo, verás cómo los lazos con tus hijos se fortalecen.
2. Las personas optimistas entienden la importancia de tener una conciencia limpia
Para las familias que enfrentan cualquier tipo de prueba constituye una gran bendición la obediencia a las leyes temporales y eternas. Por ejemplo, si tu familia ha recibido un desafío muy difícil (una enfermedad terminal, desastres naturales o la muerte de un ser querido) y son personas que cumplen con las leyes del país donde viven, son buenas personas con los vecinos y se esfuerzan por tener ética moral, podrían expresar gratitud por estos aspectos positivos. El tener una conciencia tranquila ante Dios y nuestro prójimo brinda consuelo de que suceda lo que suceda podremos afrontarlo con su ayuda.
3. Las personas optimistas son comprometidas en todos sus asuntos
En estos tiempos en los que es común encontrar personas que no cumplen su palabra o no concluyen sus compromisos a tiempo, podemos hacer una diferencia enseñando a nuestros hijos a ser optimistas y comprometidos con sus obligaciones, desde la base de un hogar bien fundamentado.
4. Las personas optimistas entienden que si bien no pueden cambiar a las personas ni los sucesos que se dan, sí pueden modificar sus circunstancias y decisiones para influir en el ambiente en el que viven
A pesar de que hay condiciones que no podemos cambiar, como los pronósticos de tiempo, estados de salud, desempleo, acciones de los demás (para participar en actos violentos) o muertes inesperadas, sí podemos enseñar a nuestros hijos a modificar las circunstancias que les rodean. Esto es posible siendo optimistas. Por ejemplo, enseñarles a ser buenos ciudadanos y modelos de rectitud para otras personas. Además, podemos prepararlos para aceptar lo que les toque enfrentar con valentía, decisión y firmeza, a fin de salir del lamento hacia la determinación y la superación.
Estas cuatro ventajas, sumadas a la realidad de que todo sentimiento bueno es contagioso, te serán valiosas, porque cuanto más las aprendan en el hogar más probabilidades tendrán de enseñar, a su vez, a otros compañeros en la escuela, e incluso animar a algún amigo que necesite ser fortalecido. Y, tal como dijo la autora Martha Martínez, toda adversidad “puede ser dolorosa, pero nos traerá fortaleza y pulirá nuestro espíritu” si somos optimistas.