Haz de la época navideña un tiempo productivo
La Navidad es un tiempo para compartir en familia, porque es un tiempo especial en el que se hace un alto en el camino para reflexionar y reencontrarse con los seres queridos, departiendo y disfrutando, con motivo del nacimiento de Jesús.
Juliana Echeverry
La Navidad es la mejor época del año. Y lo es por el tiempo de compartir en familia, de reflexionar, de recapitular acerca de ciertos aspectos de nuestra vida; de perdonar y olvidar ofensas, de agradecer a Dios por los beneficios recibidos durante el año, y en especial, por celebrar el nacimiento de nuestro señor Jesucristo.
El nacimiento de Jesús es el acontecimiento más importante de la humanidad, porque parte la historia en dos: antes y después de Cristo. Sean creyentes o no, la Navidad marca la pauta en la vida de todas las personas, y hace que, de algún modo, se sientan conmovidas y afectadas por tal festividad, debido tal vez a que no existe otra época del año en la que el mundo entero prácticamente se detiene: las escuelas cierran y muchas empresas públicas y privadas dan vacaciones a sus empleados, aunque sea tan solo por unos cuantos días.
El ocio casi obligado, la alegría de la gente y el espíritu navideño que impregnan el ambiente por doquiera, hacen que debamos detenernos un poco a reflexionar acerca de tantas cosas. Sin embargo, no siempre aprovechamos la oportunidad para de verdad poner en orden aquello que en otro tiempo nos sería imposible hacer, dada la agitada rutina que envuelve nuestra cotidianidad.
¿Qué hacer para que la Navidad sea más productiva para nuestra vida, y aun para disfrutar más a nuestros seres queridos? A continuación anoto algunas prácticas sugerencias que podrían hacer de cualquier Navidad, la mejor de tu vida:
1. Ponte a cuentas con Dios
Qué mejor momento para reflexionar acerca de tu relación con Dios y ponerte a mano con Él; hacer las paces, si es que te has alejado demasiado y pedirle perdón por aquellas cosas que has hecho y que sabes que le desagradan. Recuerda que si tu relación con Dios está bien, tu relación familiar también lo estará.
2. Comparte tiempo con tu familia
Trata de pasar todo el tiempo que puedas con los tuyos en estas festividades: conversen, preparen los alimentos, adornen la casa, salgan de compras, jueguen, realicen actividades y establezcan tradiciones que en otra época sería muy difícil hacer.
3. Lee la Palabra de Dios
Si no sueles hacerlo busca un tiempo especial para leer la Biblia en familia, orar y agradecer por todo lo bueno recibido durante el año.
4. Haz las paces con quien tengas que hacerlo
Navidad es la mejor oportunidad para reconciliarte con los tuyos y para perdonar las ofensas. Es un tiempo para disfrutar y olvidar todo lo malo; un tiempo valioso que no se repetirá sino un año después, y hay que pensar que tal vez para entonces algunos de los tuyos ya se hayan ido, o incluso tú mismo, porque nadie tiene la vida comprada.
5. Di a tu familia cuánto la amas
Navidad es también época de regalos, y el mejor regalo que le puedes dar a los tuyos es decirles cuánto en verdad los amas. Es verdad que los regalos son buenos y a todos nos gusta recibir obsequios, pero además del regalo qué bueno sería que tus hijos recibieran una carta en la que les expresaras tu amor por ellos, y cuán importantes son para ti.
6. Aprovecha este tiempo para que fijen sus metas
Así es: metas y objetivos tanto individuales como familiares para el año siguiente. Es un tiempo agradable para compartir, porque surgen planes divertidos e importantes objetivos en los que todos deciden comprometerse. Es bueno también que todos ayuden a alguno de los pequeños en sus metas individuales. Por ejemplo, este año mi hija de 16 años tenía como meta comprarse un automóvil, y necesitaba ahorrar lo suficiente para ello. Lo primero que hicimos, como familia, fue aportar cierta cantidad para empezar, luego nos dimos a la tarea de ayudarla a conseguir un trabajo. Nuestra ayuda consistía en llevarla, pero ella tenía que entrar y ofrecer sus servicios y convencerlos de que la contrataran, y así fue. Ahorró y ahorró y, para su cumpleaños 17, decidimos, de nuevo como familia, que en lugar de darle un regalo aportar otra cantidad, no muy grande, para que los esfuerzos siempre fueran de ella y no nuestros, y de esa manera siempre se sintió apoyada. Hoy ya tiene su carro, tuvo éxito en su meta.
Así pues, la Navidad debe ser una época de reconciliación, de compartir y disfrutar en familia. Que el nacimiento de Jesús sea un valioso motivo para reencontrarnos con Dios y estrechar nuestros lazos afectivos con nuestros seres queridos.