Hazle un favor a tus hijos: rescata la relación con tus padres
Rescatar la relación con tus padres armoniza todo a tu alrededor, el amarlos es el mejor regalo que podamos dar a nuestros hijos, ya que ellos aprenderán de nosotros el trato que se le debe de dar a los adultos mayores y a nuestra familia
Fatima de Sanchez Saldaña Godinez
La relación paternal deriva desde hace más de cuatro mil años, con el mandamiento dado a Moisés: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” (Éxodo 20:12). Esto implica no solo un mandamiento celestial, sino un modo de vida. Este ordenamiento nos menciona que el respetar a nuestros padres no es solo con tus palabras; va más allá de ir a verlos cada fin de semana o en su cumpleaños, implica un compromiso de responsabilidad, sustento y amor. Por lo mismo, te invito a retomar los puntos importantes en tu relación paternal:
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Sigue sus consejos. Cuando uno es joven, solo desea estar rodeado de sus amigos. Por lo general hacemos a un lado nuestra relación familiar: siempre creemos que nuestro mejor amigo es aquel de la universidad o alguna otra persona que escucha nuestros problemas y en su inmadurez, al igual que en la nuestra, creemos que su consejo es el más atinado, sin saber que el mejor consejo que una persona puede obtener es el que viene de labios de su madre o su padre, quien con su experiencia y años recorridos, siempre tendrá la respuesta oportuna en el momento justo.
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Revive el interés. Busca platicar de las cosas que a ellos les interesa, recordar viejos tiempos vividos, momentos de felicidad o de contratiempos superados. Recuerda los momentos especiales, Navidades, o cumpleaños que hayan tenido y que se hayan quedado en tu memoria.
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Comprende su madurez. Ellos llegan a una edad que empiezan a ser más sentimentales y obstinados, hay que respetarlos, ya que como dice el dicho “como te ves me vi y como me ves te verás.” Con tantas cosas que han vivido, en sus corazones se les acumulan sentimientos que al final del camino los sobrepasa en su carácter y aunque a veces puedan hacer comentarios fuera de lugar, no te burles: ellos son tan inteligentes que se dan cuenta de que a veces uno los menosprecia, pero te aman tanto que hacen como que no pasa nada.
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Comparte momentos importantes. Siempre es bueno recordar que lo que somos en nuestra etapa de adultos, en buena medida depende del apoyo que nuestros padres nos brindaron en su momento. No dejes de considerar que para ellos es de mucha importancia que se les tome en cuenta en los momentos decisivos de nuestras vidas como en tu boda, el cumpleaños de tus hijos, una graduación o simplemente dedicarles un día para salir a tomar un café o un helado, como cuando eras pequeño.
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Obsequia algo especial. Para todo padre de familia es importante sentir que los hijos se toman el tiempo para compartirles algo especial. Aun cuando no haya una fecha que celebrar, el llegar a su casa y decirle a tu madre: “te compré esta planta que creo te va a gustar” o a tu padre decirle: “leí este libro que creo te va a interesar” por más sencillo que sea el regalo, les recordarás que aún siguen siendo especiales en tu vida.
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No te empecines en sus defectos. Cuando llegamos a la edad madura, creemos saber todo de la vida y nos damos cuenta claramente de los defectos que nuestros padres han tenido a lo largo de nuestra relación. Esto es lo más normal ya que nuestros padres no son súper humanos: simplemente son personas a las que nadie les dijo cómo educar a sus hijos y lo hicieron lo mejor que pudieron. Trata de tener claramente estos puntos para que tú no los transmitas a tus hijos, pero también es importante saber que al final de tu camino sabrás que tú también has fallado y eso te lo puedo asegurar, es parte de la experiencia de ser humano.
El tiempo es el criminal silencioso que amenaza la vida de los jóvenes. A veces perdemos la perspectiva de las cosas, y creemos que el objetivo de la vida es obtener una economía estable, o el lograr triunfos laborales y, por lo mismo, dejamos de lado la plática amena con nuestros padres, la cual siempre fortalecerá nuestros proyectos y anhelos a corto y largo plazo. Por ello te invito a que aprendamos a compartir con ellos nuestra vida, seguir pidiendo consejos y así los haremos sentir que aún siguen siendo importantes para nosotros. Nunca rechacemos una llamada, o una cita a cenar con nuestros padres, ya que no sabemos si será la última de la que podamos disfrutar. Nuestros hijos se verán reflejados en nosotros y así estaremos sembrando la semilla que cosecharemos cuando la ancianidad llegue a nuestra vida y quieran ellos seguir compartiendo su tiempo con nosotros. Honra a tu padre y a tu madre y tendrás larga vida. Si te ayudó en algo este mensaje compártelo: tal vez hagamos feliz a un padre.