Hijo, aunque el mundo se venga abajo, siempre lucharé por ti
Las crisis sociales nos proponen un gran desafío a los padres ¿Cómo dar lo mejor de nosotros en momentos de incertidumbre?
Fernanda Gonzalez Casafús
Marzo, año 2020
El mundo está convulsionado tratando de afrontar lo mejor posible el avance del coronavirus. Miles de infectados se suman a la lista de países que no se salva de esta tragedia mundial. Y en medio de todo ello, la misión de tranquilizar a nuestros hijos.
Un sinnúmero de familias hoy están transitando la cuarentena social y obligatoria impuesta por muchos Gobiernos del mundo. El cierre de escuelas y el confinamiento en casa puede parecer divertido en algún momento,pero luego de algunos días todo se torna un poco tedioso.
Como padres tenemos la enorme misión de saber transmitir a nuestros hijos qué es lo que está pasando en el mundo con la epidemia de coronavirus, y al mismo tiempo cargamos la culpa de sentirnos inquietos, frustrados y preocupados por el rumbo económico de nuestras familias.
Nuestros hijos nos necesitan hoy más que nunca
Los maestros mandan tareas para que hagas junto a los niños en casa, tú tratas de organizar los horarios de la computadora con tu marido y tus hijos, y tu mascota no sabe lo que es cuarentena y quiere salir a la plaza.
Sucumbimos entonces ante los embates de nuestras emociones y nos planteamos cómo sobrellevar el encierro cuando jamás hubiésemos pensado una situación como esta. Y entonces recordamos que podemos hacer algo desde nuestro hogar: demostrar a nuestros hijos que podemos luchar todos juntos y que tenemos la valentía de hacerlo como ningún superhéroe.
Nuestros hijos necesitan nuestra mirada que les lleve tranquilidad en tiempos donde reina la incertidumbre. Ellos necesitan saber que estamos cuidando a nuestra familia y que lo que estamos atravesando es por el bien de todos. Nuestros hijos nos necesitan más que nunca.
Hijo, esta lucha es por ti
Tengo miedo de traer el virus a casa. Lavo frenéticamente mis manos varias veces al día y limpio con cloro (lejía) todos los envases de los productos que traigo del mercado. “¡No te lleves las manos a la boca! ¡No pises ahí que esa no es zona segura!” En casa mis hijos no pueden ir hasta la puerta de entrada porque es donde nos desinfectamos antes de entrar a la “zona segura”, nuestro hogar.
Hijo, esta lucha es por ti. La lucha más grande es la que vivimos los padres cada día para poder darles nuestros hijos una experiencia armoniosa en momentos donde no nos sentimos calmos. Nuestra lucha es hacer que cada día no sea tan terrible como lo pintan las noticias.
En nuestro mundo, en torno a la mesa, jugando un juego, comiendo palomitas y viendo videos acerca del “bichito malo”, pasan los días y nuestros hijos se están haciendo más resilientes que nunca. Ellos son los verdaderos héroes, y son quienes comprenden de forma simple y llana la importancia de este momento coyuntural para el mundo.
Si el mundo se viene abajo, sigue luchando
Dios le da batalla a sus mejores soldados, dice la frase. Sin duda eso los padres lo sabemos muy bien. En aquellos momentos donde sentimos flaquear, donde juramos que no podemos más, una fuerza arrolladora nos empuja a seguir adelante. El alimento de ello son nuestros hijos.
Son momentos claves para la humanidad. La ”infodemia” (es decir, la sobreabundancia de información) hace que muchas veces nos sintamos apabullados por todo lo que leemos, vemos y escuchamos. Y es cuando más tenemos que hacer uso de nuestra capacidad crítica; es cuando más necesitamos estar lúcidos y mantener la mente en claro para poder usar la razón y no dejarnos llevar por el pánico.
Aunque sientas miedo del futuro, aunque la esperanza se apague, sigue luchando. Por ti, por tus hijos. Estoy segura que los niños son en este momento el motivo de lucha de todos los padres del mundo y que cada uno en cada rincón del planeta está poniendo toda su atención en cuidar lo más preciado que tiene: su familia.
El amor es el motor del mundo
Hoy Dios nos regala la oportunidad de ver muy claramente qué cosas son las más importantes; y justamente no son las que se compran con dinero. Todos estamos en casa cuidando a nuestros afectos, rogando que termine todo para ir a abrazarnos, para festejar en familia, para verlos las caras.
El amor es la fuerza más poderosa que mueve al mundo. Nada de lo que hacemos tiene sentido si no lo compartimos con quienes más queremos. Probablemente esta situación nos ayude a reflexionar acerca de ello y a cambiar nuestra forma de sobrellevar la humanidad.
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Tenemos la misión de seguir adelante aunque el mundo parezca apagarse
Esta situación será pasajera, no desaprovechemos la oportunidad de aprender de esto y usarlo a nuestro favor. Es momento de pensar en nuestras acciones, en mirar hacia adentro y dejar entrar en nuestro corazón al perdón, la paciencia, la esperanza. Es tiempo de darnos la oportunidad de convertirnos en mejores seres humanos.
Prometo dar lo mejor de mí
A veces estoy cansada, me frustro y me gana la ansiedad. Otras veces peleo contigo y olvido que eres un niño que busca respuestas. Discúlpame hijo, estoy tratando de acomodar mis emociones, pero prometo dar lo mejor de mí.
El mundo está convulsionado, pero nada me detendrá en esta lucha y fuerte misión. Tú eres mi mundo, y estoy dispuesta a protegerte todo el tiempo que sea necesario.
La convivencia en tiempos de epidemia no es nada fácil, pero el amor que nos tenemos nos impulsa a ver el arcoiris más allá de la tormenta.
Saldremos de esta. ¡Todo va a estar bien!