Hijos adoptados, ¿cómo educarlos sin distinción de los hijos biológicos?
La adopción es una situación que se ha presentado en la sociedad desde hace mucho tiempo, pero cada vez es más frecuente que las parejas adopten hoy y no sepan cien por ciento cómo educarlos.
Arturo Leonardo
La adopción es una situación especial que se ha presentado en la sociedad desde hace mucho tiempo. Sin embargo, hoy es cada vez es más frecuente que las parejas, por diferentes razones, decidan adoptar a un niño y hacerlo parte de una familia. Esto no representa ningún tipo de condición diferente para los menores -aunque requiere un proceso de adaptación y convivencia-, pero muchas veces los papás tienen una serie de dudas con relación a su crianza.
En atención a esta cada vez más común circunstancia, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) ha hecho una serie de recomendaciones para que un padre, en cualquier parte del mundo, pueda criar de una forma más adecuada a un hijo en el caso de decidir la adopción como un método para hacer crecer su familia.
¿Cómo educarlo?
Esto dependerá de la edad en la que el niño llegue a tu familia, pero debe de ser exactamente igual como lo haces con tu hijo biológico: estableciendo reglas y límites, educándolo para que sea una persona de bien para la sociedad, dándole sus espacios para decidir y hacer lo que quiera con relación a sus posibilidades.
En el caso de que se trate de un bebé, también se deberán tener los cuidados propios de su edad. En pocas palabras, realmente no debe de existir ningún cambio en la educación. Además, muchos de ellos ya poseen un nombre, así que la sugerencia es que éste se conserve para que así sea algo completamente natural para él o ella; esto ayudará a reforzar su autoestima e identidad ante los demás, y sobre todo ante su nueva familia.
¿Se le debe decir que es adoptado?
Hay papás que deciden mantener este tema en secreto, pero muchas veces los hijos adoptivos, tarde o temprano, lo llegan a descubrir, y esto puede resultar un choque emocional muy severo que produzca consecuencias inesperadas. Por eso, los expertos en este tipo de temas recomiendan que en todo momento se le hable con naturalidad.
Pero, ¿cómo decírselo? Pues como dice la frase, “ni muy muy, ni tan tan”. De acuerdo con su edad, se debe de buscar el lenguaje adecuado para explicarle su origen, ni siendo demasiado crudo en la historia ni exagerándola de tal manera que parezca que el niño proviene de un cuento de hadas. Sin embargo, lo que es un hecho, es que siempre se le debe de platicar este asunto y hacerlo de forma transparente, sin olvidar que hay que resaltar lo mucho que lo quieren y lo importante que es para ustedes como padres; esta sinceridad y apego lo ayudarán a sentirse querido y aceptado tal cual es en todo momento y circunstancia.
¿Se le puede querer igual que a un hijo biológico?
¡Por supuesto que sí! Aunque no sea sangre de tu sangre como tal, dicen que “padre no es quien engendra, sino quien educa”, y es muy cierto. Los lazos afectivos, en cualquier relación, se nutren con el día a día, con los cuidados, educación y convivencia cotidianos. Verlo crecer, cumplir sus objetivos y desarrollarse como una persona de bien es motivo de orgullo para todo padre. En este tipo de casos, la sangre realmente es lo de menos, eso no lo hace mejor ni peor ser humano.
De modo que si estás contemplando esta opción como una forma de incrementar a los miembros de tu familia, ¿por qué no considerar esta opción? El hecho de ser padre (por cualquier método) llena de orgullo y emoción a toda persona. ¡Decídete!