Inteligencia emocional: la clave para llevarte bien con los demás y contigo mismo

Somos seres sociales que nos vinculamos con los demás según la relación que tengamos con nosotros mismos.

Erika Patricia Otero

Un tema del que se habla mucho en los últimos tiempos es de la inteligencia emocional; sin embargo, pocos saben de qué se trata esto.

Aunque parezca extraño llamarlo inteligencia, se merece el título. La razón, es que es una habilidad que está más desarrollada en unas personas que en otras.

No todos los seres humanos son empáticos o pueden ponerse en el lugar de los demás. Tampoco todas las personas tienen la habilidad para tener autocontrol o expresan lo que sienten de manera clara. Por esto, quien tiene una alta inteligencia emocional, es capaz de relacionarse mejor con los demás.

¿Qué es la inteligencia emocional?

Es un cúmulo de habilidades que pueden venir con nosotros desde el nacimiento; sin embargo, también se pueden aprender y perfeccionar a lo largo de la vida.

Las habilidades que abarca la inteligencia emocional son: empatía, automotivación, autocontrol, entusiasmo y el manejo de emociones.

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Cuando una persona tiene una inteligencia emocional equilibrada, es capaz de entender a las personas con las que se relaciona. Desde luego, al saber controlar sus emociones, cometerá menos errores en el trato. Añádele que tu automotivación y entusiasmo y quienes estén a tu lado se sentirán motivados gracias a tu energía.

Identificando la inteligencia emocional

Hay varios aspectos a tener a tener en cuenta para saber si tienes una óptima inteligencia emocional.

1 Eres consiente de tus emociones

Las sientes, y sabes distinguirlas y manejarlas.

2 No reprimes lo que sientes

Reprimir es dañino para la salud de las personas. Esto lleva a una acumulación de emociones negativas que luego estallan y generan un gran problema.

Una persona con buena inteligencia emocional es sincera con lo que siente y sabe expresar sus sentimientos sin dañarse ni lastimar a los demás.

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3 Traen a la realidad sus metas

Una persona con buena inteligencia emocional sabe distinguir si su meta es lograble o no. Además, puede hallar los pasos que debe seguir para lograr sus metas.

4 Tienen balance

Son consientes de que todo en la vida tiene dos caras: la buena y la mala. Para ellas lo importante es enfocarse en lo que pueden hacer para solucionar sus inconvenientes; además de aprender las lecciones que llegan con esos problemas.

5 No se concentran en lo que no pueden controlar

Como todo el mundo, a veces alguien hace algo que les genera molestia; sin embargo, ellos eligen no tomarse nada como algo personal. En lugar de eso, analizan qué hicieron y llevaron a esa reacción para mejorar las cosas en un futuro cercano.

6 Son autocríticos

Son capaces de controlar sus emociones. Aun así, cuando saben que algo no va bien, las analizan y reconocen la mejor manera de estar bajo control.

7 Son consientes de las emociones de los demás

Al poder ponerse en el lugar de otros, saben cómo se sienten los demás. Esa comprensión de los demás les hace agradables, pues no juzgan y saben ayudar si se les requiere.

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8 Sabe establecer una verdadera conexión con la gente que les interesa

Gustan de estar rodeados de personas agradables y rehuyen de las relaciones tóxicas. Ellas buscan paz y la tranquilidad que viene de la mano de buenas relaciones personales.

9 Se motivan a sí mismos constantemente

No se apegan a viejas experiencias por “amor al recuerdo”. Gustan de buscar nuevas experiencias que les enriquezcan y les lleven a sentirse vivos. Necesitan que su vida tenga una razón de ser.

Mejorando tu inteligencia emocional

Son muchas las personas a las que se les hace difícil tener una buena inteligencia emocional; sin embargo, existe una gran posibilidad de desarrollar estas habilidades y poder sacarles provecho.

Lo primero que debemos hacer es tratar de entender cómo nos sentimos y nos hacen sentir otras personas. Cuando se llega a esa comprensión, más fácil es controlar lo que sientes.

Es decir, si sabes identificar cuando estás a punto de un ataque de ira, controlarte será más fácil. Puedes sentirte molesto, pero también controlarte para no cometer un error.

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Lo segundo es mejorar tu capacidad para “leer” a los demás. Si sabes identificar cuando alguien está molesto y puede ser grosero; entonces, sabrás esperar el mejor momento para hablarle.

El tercer punto es que sepas que nadie tiene control sobre ti. La gente hace y dice cosas; sin embargo, tienes la libertad para elegir que te aplica y qué no. Nadie jamás podrá tener poder sobre ti si no se los otorgas.

El cuarto punto es que sepas hablar de cómo te sientes de manera clara. No entres en el juego de negar tus sentimientos. Si te sientes incomodo ante algo, dilo y retírate; desde luego, siempre desde el respeto.

Si implementas estos pasos te darás cuenta de cuánto mejoran tus relaciones interpersonales. Tienes derecho a sentirte molesto, pero tu deber principal es ser feliz de la mejor manera posible.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.