Juntos y revueltos, el secreto para que las relaciones MULTICULTURALES funcionen
Al principio siempre parece fácil. Todo suena nuevo e interesante, y la idea de luchar por ese amor casi imposible hasta suena romántico. El reto viene después
Yordy Giraldo
El amor es chido, copado, guay, bacán, chévere, o simplemente maravilloso, pero aunque el amor se siente igual en todas partes, que nosotros los que amamos seamos de otros lados llega a ser un problema para la convivencia, pues aunque la multiculturalidad nos enriquece, la diferencias nos guste o no llegan a ser un problema.
Por lo general nos aventuramos sin haber tenido tiempo de realmente conocer a la persona. Los conocemos por internet, en vacaciones, intercambios estudiantiles o de trabajo, por terceros que nos presentan, o no faltan los que simplemente se sienten atraídos por las características físicas de habitantes de alguna parte del mundo y buscan encontrar entre ellos el amor.
Pero aun cuando los sentimientos puedan ser genuinos, el que desconozcamos por completo las bases morales, las aspiraciones, la cultura e incluso el idioma hace que la interacción no se dé de la manera fluida que ocurre naturalmente entre quienes han crecido en el mismo ambiente.
Y es que cuando estamos en una relación internacional no solo tienes a tu lado a una persona de otro país, tienes a ese país y su cultura a tu lado. Al principio siempre parece fácil. Todo suena nuevo e interesante, y la idea de luchar por ese amor casi imposible hasta suena romántico. El reto viene después, cuando tienes que lidiar con todo lo que no conoces y no siempre compartes.
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Sobre todo porque cuando inician el tiempo para compartir es limitado, y suele caracterizarse porque son momentos que de antemano tenemos destinado a pasarla bien, pero todos sabemos que somos uno cuando nos estamos divirtiendo y alguien diametralmente opuesto con el estrés de las responsabilidades diarias.
Sin embargo no todo está perdido, te comparto ideas para que el amor triunfe
Hagan acuerdos prenupciales
Es anti romántico, pero necesario. Sino piensa en lo qué puede pasar si te casas con una persona de países con los que tu Gobierno no tenga acuerdos sobre custodia de menores. “Papelito habla” decían en mi pueblo, y es mejor prevenir.
Conoce la cultura
Muchas veces no se trata solo de la persona, sino que la visión que como pueblo se tiene es la que hace que las parejas choquen en la convivencia. El consejo es simple: Entérate tanto como sea posible de en qué te estás metiendo para que luego no te digas sorprendido. Un buen bagaje cultural puede ser de ayuda.
Acepta, respeta, integra
Cuando llegué a México siempre me decían “al lugar que fueres haz lo que vieres”. Esto habla de que debemos adaptarnos a los cambios. No se trata de perder nuestra esencia, pero si entender que lo mejor que podemos hacer es no aferrarnos a que las cosas deben ser solo como nosotros queremos. El reto es que ambas partes lo acepten y se sumen.
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No traten de cambiarse
Mejor dialoguen sobre qué quieren y que no quieren que sea parte de sus vidas. No se engañen pensando que más adelante va a cambiar, porque esto raras veces sucede. Apuesten a hacerse felices, a trabajar para hacer que las cosas funcionen, apuesten a permanecer enamorados.
Pónganse en el lugar del otro
Es fácil aprovecharse de la ventaja que ofrece estar en territorio conocido, sin embargo es de mezquinos comportarse de esta manera. Si de verdad amas a tu pareja demuéstralo creando un ambiente amigable y respetuoso.
El amor no es garantía para hacer que las cosas funcionen, especialmente cuando se viene de mundos distintos, porque el amor para lo que sirve es para darse la oportunidad, pero es la manera en que decidamos llevar ese amor lo que hará que sea para siempre.
