La diferencia entre un buen momento y uno malo es la actitud con la que lo asumes
Pueden llegar a tu vida mil tormentas para soportar, pero -como decía mi abuela- "A mal tiempo, buena cara".
Erika Patricia Otero
“La vida es 10% de cosas que ocurren
y 90% cómo reaccionamos ante ellas”.
Nací en una época de cambios, unos buenos y otros no tanto, pero al fin y al cabo cambios. Combinado con eso, el país donde nací también tiene lo suyo, pero es maravilloso. Como todo país en desarrollo, mi lugar natal se presta para que ocurran eventos terribles y hermosos, esto último, a pesar de lo difícil que pueda ser vivir en él. El lugar que describo puede ser cualquier país de hispanoamérica; así que las experiencias que viví y vivo a diario, bien puedes sentirlas como propias.
Seguramente estarás de acuerdo cuando digo que muchas de las cosas que vivimos pueden ponernos a prueba de la peor manera. Aun así, los eventos difíciles muchas veces sacan lo mejor de la mayoría de nosotros.
Momentos difíciles siempre habrá
La vida no se trata de una ida en ascenso hacia el bienestar, la felicidad y prosperidad. Si así fuera, la existencia del ser humano no sería gratificante y mucho menos eficaz para su aprendizaje y desarrollo.
Es -quizás- debido a esto, que cada tanto, la naturaleza o el mundo nos pone a prueba y mide en cierta forma nuestra capacidad para superar las dificultades.
Ahora bien, ubiquémonos en este justo momento. Año 2020. Está ocurriendo un evento histórico mundial, una pandemia a causa de un virus del que aún no se conoce cura.
Empezó como un evento aislado en una ciudad de China; jamás imaginamos que fuera a trascender, pero ocurrió. Ahora es una situación que cada vez se pone más y más seria, pues cobra las vidas de ricos y pobres; jóvenes y viejos de cualquier raza, religión o cultura, sin discriminar.
No es la primera vez que pasa y no será la última; sin embargo, la diferencia es que 2 o incluso 3 generaciones de seres humanos jamás imaginamos pasar por algo así. La situación, es que con este gran problema que vivimos en estos momentos, la vida después de esto no será la misma para ninguno de nosotros.
Te preguntarás por qué digo que la vida no será igual. Es simple, la economía de muchos países están en juego debido a las cuarentenas aplicadas a manera de prevención de contagio. Sumado a eso, hay muchas personas que perdieron sus empleos. Hay familias enteras que se dieron cuenta que sus gastos son mayores a sus ingresos. Y para terminar, personas que se dieron cuenta que no son tan amados o valorados por los que ellos creían eran sus amigos.
¿Qué esperar para después?
Para cuando pase todo esto, porque en algún momento acabará, van a ser muchas las personas que valorarán más a sus seres amados. Otros más saldrán de esta crisis con talentos o hobbies que no se imaginaron tener. Algunos descubrirán que muchas de las cosas que creían necesarias para su vida no lo eran en realidad. Y una gran mayoría, mantendrá en su vida solo a aquellas personas que de verdad valen la pena. Y por último, muchos dejarán de ser egoístas y herméticos, para volverse más solidarios y amables. La realidad, es que todos saldremos de esta siendo mejores seres humanos.
Nadie sale más débil después de superar una crisis, se sale más fuerte. De una situación difícil siempre se sale más valiente, se valora más a los suyos, su empleo, su casa e incluso a sus mascotas. El cambio siempre es para mejor.
Y tú, ¿qué estás aprendiendo de ti?
El conocimiento propio también es algo que surge de los momentos de soledad y aislamiento. Hay muchas personas que le tienen terror a la soledad, y no deberían, ya que esta ayuda a profundizar el conocimiento de uno mismo.
Cuando como personas aprendemos a conocernos y a amarnos tal como somos, haciendo pequeños cambios en los aspectos que menos nos gustan de nosotros, la soledad deja de ser algo a que temerle y se empieza a disfrutar más. Añadido a lo anterior, el amor por uno mismo aumenta, es entonces cuando aprendes a descubrir tu valor y a amar de verdad.
¿Qué vas a dejar al mundo luego de todo esto?
Son muchas las cosas buenas que se aprenden en una crisis, pero ¿qué cosas vas a dar de ti luego de todo esto?
En mi caso, descubrí que puedo ser más considerada con las personas ajenas a mi familia. Creo que puedo ser mucho más solidaria y amable con quienes no conozco, y de hecho, deje de pensar solo en mí y pase a ser más consciente del sufrimiento de los demás.
Espero que al salir de esta situación, los seres humanos seamos más HUMANOS. Es decir, que seamos personas más caritativas, solidarias, amables, conscientes de la salud, de los privilegios que gozamos; y por supuesto, más agradecidos con la vida por poder seguir disfrutando de respirar un estar con los nuestros un día más.
Debo decir finalmente, que las situaciones que vivimos dependen de la actitud que mantenemos al momento de experimentarlas. Es la actitud lo que marca un antes y un después. Es una buena actitud la que saca lo mejor de ti y te ayuda a descubrir el tesoro interno que guardas y puedes poner al servicio de los demás.