La importancia y la fuerza de la familia tradicional
La familia tradicional se ha ido desapareciendo de la sociedad, y cada día es menos aceptada. Sin embargo, evidencias científicas así como estadísticas no mienten en que la familia tradicional sigue siendo lo mejor para los individuos y la comunidad.
Denhi Chaney
Hubo un tiempo en donde cuando uno pensaba en la palabra “familia” una imagen venía a nuestras mentes: un papá, una mamá, e hijos. En los últimos treinta a cincuenta años esta imagen ha cambiado de tal forma que la definición de familia ya no es clara, se han añadido tantas posibilidades que nos hemos olvidado que la familia tradicional ha existido por siglos y como institución ha sido la base de cualquier sociedad por los miles de beneficios individuales así como también comunitarios. Pero ahora, como bien ha dicho el abogado Dallin H. Oaks: “La familia tradicional de un padre y una madre casados, y sus hijos, está llegando a ser la excepción en lugar de la regla;” esto es causa de alarma pues vemos ahora como en ningún otro tiempo, que la violencia ha escalado, casos de abuso infantil se reportan de forma diaria, adicciones se consideran la plaga de esta generación, y el trauma es la herida que muchos cargan. Muchos estudios corroboran que todos estos problemas están de alguna u otra forma relacionados con el desmoronamiento de la familia y los valores morales que vienen con esta misma.
Las estadísticas no mienten y las siguientes que fueron comunicadas por Dallin H. Oaks son alarmantes: “más y más niños [nacen] fuera del matrimonio — actualmente el 41 por ciento de todos los nacimientos en los Estados Unidos— el número de matrimonios que viven juntos, sin casarse, [ha] aumentado considerablemente en los últimos 50 años…la cohabitación precede al 60 por ciento de los matrimonios; y esto es cada vez más aceptado, especialmente entre los adolescentes. Datos recientes de una encuesta revelan que el 50 por ciento de los adolescentes manifestaba que el tener hijos fuera del matrimonio era un estilo de vida de mérito.” Sé bien que este es un tema muy controvertido, de sentimientos encontrados; por lo tanto, mi propósito no es criticar los matrimonios homosexuales, las parejas que viven juntas y no se casan, y los hijos que nacen fuera del matrimonio, pero sí explicar los datos que no son opiniones sino hechos de porqué la familia tradicional es lo mejor para nosotros, nuestros hijos, y la sociedad. A continuación te presento dichos datos.
La familia tradicional es mejor para la salud física y mental
Muchos estudios han corroborado que la familia cuando intenta llevar una vida feliz —aunque haya altibajos— la salud física y mental de sus miembros es más alta que la de aquellos que son solteros, o que viven juntos sin haber contraído matrimonio. No sabemos cuáles sean todas las razones por esta gran diferencia, pero se ha planteado como hipótesis que es por el alto nivel de compromiso que el estar oficialmente casados constituye, al mismo tiempo que este ofrece un nivel más alto de seguridad a los niños involucrados; estas dos cualidades de compromiso y seguridad segregan hormonas que producen un efecto placentero, y ayuda a que el cuerpo libere sus toxinas y lidie con sus emociones de forma más eficiente.
La familia tradicional disminuye los gastos del Gobierno
Una familia que está junta y feliz no requiere de tantos gastos médicos, psicológicos, o ayuda extra que el Gobierno puede proporcionar cuando existe caos familiar. Otro punto importante a mencionar es que el nivel de crimen, uso de drogas, o jóvenes que terminan en prisión disminuye de forma drástica en la familia tradicional; estudios indican que jóvenes de familias en donde uno o los dos padres están ausentes tienen mucho más riesgo de caer en conductas peligrosas que de forma eventual los lleva a la prisión. Todos estos actos de violencia y uso de drogas le cuesta a cualquier gobierno cifras enormes cada año, que nosotros estamos pagando con nuestros impuestos. Por ende, una familia tradicional ayuda al bienestar de la sociedad en sí al disminuir estos gastos y usar nuestros impuestos en proyectos más productivos.
La familia tradicional es mejor para los hijos
Cientos de estudios se han hecho para ver los efectos de diferentes tipos de familias en el bienestar de los niños y las personas que se convierten cuando crecen. No cabe duda que los niños crecen mejor cuando existe mamá y papá, pero el que estos estén casados hace una diferencia: los niños de papás casados son más eficientes en demostrar sus emociones, no se divorcian fácilmente (de acuerdo con estudios longitudinales), se adaptan mejor a su ambiente, y obtienen mejores resultados escolares. De nueva cuenta, aunque las razones son hipotéticas, los resultados son válidos y dignos de considerarse.
La familia tradicional es mejor para la pareja
Creo que se puede decir con seguridad que pocas relaciones se han estudiado más e intentado comprender que la relación entre pareja, y, aunque no sabemos muchas cosas, hemos llegado a entender muchas otras. Existe mucha valía, que la ciencia aún está intentando comprender, en estar oficialmente casados; se ha dicho que es por el sentido de pertenecerse el uno al otro, la manera en que lo hace oficial ante un juez o ante Dios, el convenio y las promesas que se hacen en la ceremonia, el tener testigos de estas mismas como familiares y amigos, y el simple hecho de que la mayoría de las parejas no están pensando en separación cuando estas promesas se hacen. Muchos son escépticos al ver los niveles de divorcio, pero las cifras no mienten, que la mayoría de las personas que se “separan”, vivieron juntas antes de casarse, o nunca se casaron. Desde un punto de vista emocional esto tiene mucho sentido, pues el estar con alguien por tantos años no siempre es fácil; y el recordatorio de las promesas que se hicieron, así como el nivel de compromiso que es inherente en estar “oficialmente” casados es esencial en sobrellevar estos altibajos.
Existen muchas cosas que no entendemos sobre la familia y todas sus facetas; sin embargo, comprendemos lo suficiente para saber que hay algunas decisiones que benefician a nuestra familia y a nuestra sociedad. Como terapeuta se nos pide que hagamos investigación sin predisposición para obtener resultados válidos, y al analizar mis propios resultados, así como los de otros, solo puedo llegar a una conclusión: la familia tradicional es lo mejor para sus miembros y la sociedad. Esta opinión cada día se vuelve menos popular a pesar de la evidencia a su favor, y como dijo Dallin H. Oaks “puede que se nos malinterprete, se nos acuse de intolerancia, [y] suframos discriminación” no obstante, los datos y las cifras no mienten y no puedo ignorarlos ni negarlos. Te invito que consideres estos puntos, y si gustas los compartas con los demás pues todos necesitamos un recordatorio de que la familia tradicional no es un experimento, sino un hecho comprobado a lo largo de miles de años en la historia de la humanidad.