La Navidad más que cena, baile y compras. Démosle un nuevo significado desde la familia

Este artículo contiene ¡un inmejorable regalo de navidad! para ti y para tus seres queridos. La Navidad más que cena, baile y compras. Démosle un nuevo significado desde la familia.

Diana Cantor Martinez

La Navidad tiene tantos atributos que tendríamos que ser unos insensibles para no contagiarnos de tanta magia y color. Sin embargo, ha perdido su naturaleza, es decir, su sentido espiritual. Hoy la celebración no trasciende más allá de la reunión familiar con cena y baile y del estrés de las compras en almacenes atiborrados de gente afanada que viene y va. Es necesario entonces reencontrarnos con su verdadera razón de ser.

Buscando un nuevo sentido a la Navidad

Existen varias teorías acerca del origen de la celebración: una de ellas es que se trataba de una fiesta romana en la que se conmemoraba el nacimiento anual del dios-sol en el solsticio de invierno. Para lograr que los romanos se convirtieran al cristianismo, en el año 384 la iglesia católica decretó el 25 de diciembre como la fecha del natalicio de Jesús. Es importante anotar que muchas religiones no reconocen esta fecha como la oficial del nacimiento de Jesús, y otras religiones consideran la celebración como una fiesta pagana.

Alejándonos del contexto histórico y religioso, hay que decir que la Navidad ya forma parte de las costumbres y tradiciones de numerosas familias en el mundo. Pero lo que en realidad preocupa, es que se ha convertido en una fecha netamente comercial, motivo de mucho de estrés –como ya quedó dicho al principio del texto– y para algunas personas la oportunidad de festejar e ingerir licor sin control. Sugiero entonces que encontremos un nuevo sentido a este día y a estas celebraciones; convertir esta fecha en una oportunidad para crecer espiritualmente en todas las áreas humanas, en la compañía y el apoyo de la familia; lee a continuación cómo:

Nacer de nuevo

Y no solo para la noche de Navidad, sino para el año siguiente y para el que viene después: nacer de nuevo. Sería excelente iniciar desde hoy un proceso de reflexión acerca de lo que necesitas dejar atrás. Muchos son los comportamientos que, como padres, esposos e hijos, incluso como ciudadanos, debemos modificar para crecer en nuestras relaciones, en el amor, en la unidad familiar y como sociedad. Que sea un propósito sincero y verdadero.

Aprender de la sencillez del nacimiento de Jesús

Si bien no existe un consenso acerca de la fecha en que nuestro rey celestial nació, sí en la forma en que nació: en un lugar humilde, rodeado de sus amados padres. Aprende a rodear a tu familia de esta sencillez: más que con costosos regalos, mediante compañía, amor, afecto y comprensión. Si la vanidad y el deseo de aparentar existen en ti, deja eso atrás y concéntrate en darte como ser humano, como esposo, como madre, como hijo, como padre, como hermanos; por medio de acciones, palabras y gestos cálidos y comprensivos.

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Que sea un tiempo para la oración sincera

Rezar la novena de Navidad frente al pesebre (el nacimiento) es una de las fuertes tradiciones de la época, pero se ha convertido en un acto repetitivo y sin la profundidad de una oración sincera. Es tiempo de cambiar esa oración y volverla más auténtica y sentida, encontrándole el verdadero significado espiritual que el nacimiento de Jesús debe traer a nuestras vidas.

La Navidad es la época de reconciliación por excelencia, es el tiempo para agradecer, es una época llena de oportunidades para dar y pensar en los demás. Sin embargo, es necesario ir más allá del significado externo: es tiempo de mirar hacia nosotros mismos, hacia nuestras actitudes y comportamientos que tanto lastiman a nuestros seres queridos e incluso a nosotros mismos; es tiempo de renacer con sinceridad mediante un cambio honesto y permanente. ¡Qué inmejorable regalo de Navidad que la intención y el deseo sincero de ser mejor para quienes te aman y para quienes tú amas!

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Diana Cantor Martinez

Hay un momento de la vida en que descubrimos que necesitamos un cambio para poder avanzar y crecer reconoce el momento y no pierdas la oportunidad.