La resolución de conflictos: 6 estrategias que te ayudarán a vivir en armonía
Erika Patricia Otero
Cuando te casas, unes tu vida a una persona que amas, pero que es diferente a ti.
Supongo que, como todos los seres humanos, has tenido problemas con tu familia directa. Muchas veces discutimos con nuestros padres o nuestros hermanos, personas con las que compartimos más que un espacio ¿Cómo será convivir y tener problemas con la persona que amas, pero que conoces a medias?
Los conflictos van a ser inevitables en toda relación; sin embargo, pueden ser peores si por orgullo no buscan solucionar sus problemas.
Afortunadamente, hay estrategias a las que todo matrimonio puede recurrir para resolver sus problemas; las encontrarás a continuación.
1 Guarda la calma
Puede ser muy complicado calmarse cuando se está en pleno conflicto con la pareja, pero no es imposible. Desde luego, se necesita voluntad para no perder el control.
Piénsalo un poco, ¿qué ganas en una guerra de palabras con la persona que amas? Nada; es más, la temperatura de la situación puede subir tanto que incluso podrían llegar a decirse cosas ofensivas. El silencio y la calma pueden hacer que el enojo disminuya.
Lo que puedes hacer para recuperar la calma es concentrarte en tu respiración. Tomar largas aspiraciones y exalaciones van a dirigir tu atención a esto y no en lo que se están diciendo.
Puede ser que tu pareja se enoje por tu actitud; si eso ocurre, tendrás que decirle que solo deseas calmarte; que en serio estás muy molesto o molesta y no quieres decir nada hiriente. Si él o ella son personas racionales, van a entenderlo de inmediato.
2 Dile que comprendes cómo se siente
Esto también funciona efectivamente, aun más cuando un esposo se lo dice a su esposa. Existe la creencia de que los hombres no tienen pisca de inteligencia emocional. Para ser justas, a muchas de nosotras nos ocurre lo mismo.
Decirle a tu pareja en el momento justo que sabes cómo se siente le hará darse cuenta que eres más receptivo/a de lo que cree.
Tiene aún mucho más poder cuando le confirmas que sabes que hiciste mal. Esto ayudará que entre ustedes se establezca una conexión indeleble de comprensión; algo que en pocas parejas ocurre.
3 Sé receptor de sus emociones
Los seres humanos nos comunicamos de dos formas: verbal y no verbalmente. A la que más se debe dar atención es a lo que se dice con los gestos, con el cuerpo.
Puede ser que tu pareja te diga que todo está bien; sin embargo, otra información estará transmitiendo con su postura y sus expresiones faciales.
Puede ser complicado; sin embargo, si se está atento se puede captar con precisión lo que en realidad tu pareja siente.
Para lograrlo con más facilidad primero debes hacerte consiente de lo que sientes. Cuando estás en contacto con tus emociones resulta más fácil conectarte con tu pareja y otras personas.
4 Que tu meta sea dar por terminada la discusión, no ganar
En este aspecto fallan muchas personas, y es que el orgullo les gana la carrera.
Cuando una pareja tiene conflictos, estos se enfocan en lo que no tienen; por ende, al perder la paciencia llegan a las discusiones. Sin embargo, buscar obtener esto por medio de una discusión es como ponerle “más leña al fuego”.
Ser la parte conciliadora es mucho más beneficioso que ser quien busca continuar discutiendo hasta obtener atención.
Es cuestión de aprender a negociar y hasta ceder un poco. Analiza qué tanto tu pareja tiene la razón en sus demandas y accede, pero invítala también a hacer lo propio; de esa manera ambos salen ganando.
5 “Puesta en marcha suave”
Está es una técnica enfocada en dar la oportunidad a la pareja de escucharse mutuamente a la vez que se atienden las necesidades del otro.
Funciona de la siguiente manera: en un momento de tensión lo que haces es manifestar lo que sientes, pero además invitas a tu pareja a hacer algo que te ayude a encontrar un momento de comprensión y calma.
Por ejemplo: se da una discusión porque tu pareja no llegó a la hora que te dijo y de verdad requerías que estuviera ahí. Pues bien, la acción podría ser invitarle a tomar algo para que tengan la oportunidad de hablar de lo sucedido. Incluso podrías decirle que te regale unos minutos de su tiempo porque de verdad necesitas aclarar lo sucedido.
De esta manera, la pareja puede hablar y escucharse acerca de lo que ocurrió y se evitan discusiones que pueden salirse de control.
6 Tomar distancia
Esto puede sonar un tanto “pasivo-agresivo”, pero en realidad funciona.
Seamos honestos, no siempre las peleas se dan por algo de importancia; es más, incluso a veces una persona puede llegar a iniciar una discusión solo por que se siente incomprendido.
Algunas peleas no tienen sentido ni lugar. Cuando esto pasa así, lo mejor es distanciarse por un rato para esquivar enojarse y así evitar que una pequeña bola de nieve se convierta en una avalancha.
Estas técnicas pueden ser aplicadas en todas las relaciones. Son sumamente efectivas y ayudan mucho a mantener la paz y el afecto entre las partes.
Evitar los conflictos debería ser la meta de todas las relaciones humanas; nada es más estresante que vivir enemistado con las personas que uno ama.