La soledad: una oportunidad para descubrir quién eres
Puedes sacar provecho de ella para hacerte una mejor persona.
Erika Patricia Otero
Cuando hablamos de la soledad, aplica a la perfección esa frase que dice: “Todo depende de los ojos con que se mire”.
La soledad es una situación a la que muchos seres humanos le tienen miedo. Sin embargo, también hay quienes han aprendido a vivir con ella y han descubierto muchas cosas positivas en el hecho de estar solos.
Si, aunque muchos sientan que la soledad está fuertemente ligada a una situación de aislamiento, que paulatinamente lleva a la incontenible tristeza, la realidad es diferente pues depende de la percepción que cada uno tenga de ella.
Una soledad con sentido puede hacerte feliz
A veces, la multitud hace mucho “ruido”. Es en ese momento cuando las personas buscan retirarse para recargarse de tranquilidad y de esa paz que sólo se logra cuando se ha aprendido a vivir en “compañía de la soledad”.
Sin embargo, lograr ser feliz en soledad puede llegar a ser todo un proceso que requiere algo de doloroso sacrificio.
En un principio, encontrarse solo cuando uno realmente no quiere puede ser tortuoso. Por lo general nos hallamos en ese estado cuando hay un cambio drástico en nuestras vidas, ya sea un cambio de residencia, el fin de una relación, la muerte de un familiar, por solo poner unos cuantos ejemplos.
El punto es que en esos momentos es cuando la persona se ve enfrentada a un análisis de su propio ser y de la situación en la que se encuentra. Es entonces cuando ella debe buscar la forma de adaptarse, o revertir para su beneficio la situación por la que pasa.
En esa búsqueda se da cuenta de sus habilidades, de su capacidad para levantarse y sostenerse en medio de la dificultad. Al hacerlo, de repente halla que puede ser feliz sola y que estarlo no es tan devastador como suponía. Esto sucede porque ha encontrado la fortaleza en sí misma para superar el más terrible de los panoramas.
Así es, se es feliz en soledad cuando al final tienes en ti mismo una gran compañía. Las personas que aún estando en completo aislamiento se sienten plenas, es que aprendieron a vivir consigo mismas. Ellas no tienen miedo a conocerse, a cometer errores, a reconstruirse después del fracaso.
Beneficios de la soledad
Tener temporadas de soledad nos ayuda a:
Maduras
Como ya lo explique en un párrafo anterior, la soledad llega en momentos difíciles de la vida. ¿Quién no se ve forzado a hacerse fuerte cuando sufre? Todos, sólo que algunos lo logran de manera menos dolorosa que otros.
Cuando más te resistes a estar solo, más vas a sentir el golpe del aislamiento. En cambio, cuando observas con detenimiento las cosas favorables que puedes sacar de estar aislado del mundo por un tiempo, vas a darte cuenta de qué cosas eres capaz.
Es posible que te des cuenta que no eres tan débil como pensabas. En un episodio de soledad por el que tuve que pasar, aprendí a ver el lado amable de las cosas, que ver el vaso medio lleno, en lugar de medio vacío cambiaba por completo la perspectiva que tenía de la vida.
Te re-descubres
No solo maduras; además, aprendes a ver en ti cosas de las que no te creías capaz. Puedes descubrir que eres muy creativo, que eres bueno hallando solución a los problemas, qué eres muy bueno escuchando y observando.
Es más, incluso podrías despertar en ti un lado artístico o científico que no sabias que tenías.
Te haces mejor persona
Cuando pasas por la soledad, aprendes a reconocer a quien está viviendo en ella. Tú mejor que nadie sabes que al principio no es un estado al que se entra por voluntad propia; si no que los eventos de la vida llevan a ella.
Por ello, para ti será mucho más fácil comprender a alguien que se siente triste porque está solo y podrás ser de ayuda en esos momentos de transición pues no juzgas y estás dispuesta a escuchar si esa persona lo necesita.
Mejoras tu amor por ti mismo
Madurar y re-descubrirse fomentan el amor que debes sentir por ti, lo que es primordial si en algún momento deseas saber lo que es el amor de verdad hacía otra persona.
Cuándo es un problema y hay que buscar ayuda
Pero cuidado, la soledad también tiene su lado turbio. Expertos advierten que cuándo es impuesta, puede resultar severamente dañina.
Es el caso de los ancianos, que pueden llegar a sentirse aislados de sus familiares. Ellos, al tener tanto que compartir con quien desee escucharles, se sienten tristes, y por lo tanto solos. Es acá donde nada de positivo tiene. Igual es para las personas de cualquier edad con crisis depresivas.
Cuando la soledad se hace una situación de la que por si solo te cuesta salir, y te hace sentir constantemente triste, entonces es cuando se recomienda ir a un terapeuta en busca de orientación.
Ahora que sabes que el temor a la soledad es más infundado que real, te invito a que enseñes a tus hijos que la misma no debería ser concebida como un estado de tortura o un castigo.
Es justo que tus hijos aprendan a ver en ella la oportunidad de crecer, de descubrir y fortalecerse. Para que nadie pueda hacerles daño, para que sean más considerados con quienes sufren, y finalmente sean felices estado en compañía de ellos mismo o rodeados de millones de personas.