La SORPRENDENTE razón que hace que un hombre decida pasar la eternidad con una mujer

No es lo físico, ni el dinero, ni el amor, ni el potencial como madre; no es ninguna de las razones que nosotras creemos. Sorpréndete con la conclusión de los profesionales.

Mariel Reimann

No es lo físico, ni el dinero, ni el amor, ni el potencial como madre; no es ninguna de las razones que nosotras creemos. Sigue leyendo y descubre la conclusión a la que esta profesional llegó luego de entrevistar a más de 1000 hombres comprometidos y a punto de casarse.

No hace mucho escuchaba a dos hombres hablar acerca del momento en el que decidieron que la mujer con la que estaban saliendo en esos momentos, sería su esposa. Los dos hablaban entre ellos, como si el momento en el que supieron sin lugar a dudas que esa mujer sería la mujer de sus vidas, hubiese pasado con total claridad sin haberles dejado lugar a ninguna duda.

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“Estaba parado allí frente al mar, solo, con toda la paz del mundo mirando como el sol se ponía cuando pensé: Ella me ama tanto que me insistió en que saliera de vacaciones sólo, que disfrutara de relajarme haciendo lo que me gusta, y no sólo me lo dijo por decirlo, lo dijo por que lo siente así. Entonces fue allí cuando supe sin lugar a dudas que ella sería la mujer con quien compartiría el resto de mis días”, explicó uno, mientras el otro se moría por contar su historia.

“En una de las tantas conversaciones que teníamos, yo mencioné una vez que mi postre favorito era un pastel de chocolate que vendían en una panadería en el centro. Un día llegué a mi departamento y el portero me entregó una cajita. En ella estaba el postre. Ella pasó por la panadería, me lo compró y me lo dejó en mi casa, y no lo usó como una excusa para que pasemos tiempo juntos o para ver qué estaba haciendo yo. Fue allí cuando supe que ella sería la mujer de mi vida”, agregó el otro.

¿Qué dicen los expertos?

Rachel Greenwald, consejera de la famosa página eHarmony, entrevistó a más de 1000 hombres comprometidos, preguntándoles qué es lo que los hizo decidir que querían pasar el resto de sus vidas con estas mujeres y la repuesta más común (por no decir que la única respuesta que recibió, ya que hubo alguna excepción) fue que algún acto pequeño de bondad que ellas realizaron los hizo sentir que nunca podrían vivir sin ellas.

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Lo que las historias contadas por estos hombres tienen en común es que los actos pequeños, nada extravagantes de sus novias (en esos momentos) fueron naturales, desinteresados, sin esperar nada a cambio; fueron actos no calculados, en los que esas mujeres probablemente ni sabían que ese hombre estaba pensando en ese preciso momento que él le pediría que pasaran el resto de sus vidas juntos.

¿Cómo funciona?

“Amable… buena… que le importes…hmmm. ¿Es realmente así de simple? ¿Los hombres en realidad se quieren casar con alguien buena? Esta es mi teoría basada en las respuestas que recibí de todos estos hombres: “Lo bueno atrae lo bueno”, explica Greenwald.

Si un hombre es bueno en esencia y está buscando enamorarse para formar una familia o para tener una compañera por la eternidad, busca las mismas características en una mujer. Si sólo busca diversión, algo temporal, algo sin futuro, estas características en realidad no le importan.

CONCLUSIÓN

En algo podemos estar de acuerdo como conclusión: Cuanto más cerca permanezcas de tu naturaleza, de quien en realidad eres, más probabilidades tendrás de encontrar al hombre que te hará feliz por el resto de tu vida.

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Por otro lado, en las más de mil historias publicadas por la autora del informe, todas tienen algo en común: El momento en el que los hombres se dan cuenta de que esa mujer es la mujer de sus vidas, nunca fue un momento relacionado con un vestuario opulento, o algo sexi, ni tampoco con algo que costó una fortuna. Cuando un hombre se da cuenta que quiere pasar el resto de su vida al lado de alguien, es por lo general, un momento en el que la mujer le revela su alma y desinterés.

Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.