Las 4 peores cosas que he hecho este año como madre
La culpa me persigue, quiero ser la mejor mamá. Si te has sentido así, este artículo es para ti.
Fernanda Gonzalez Casafús
Las madres solemos ser culposas por naturaleza. Queremos lo mejor para nuestros hijos y muchas veces sentimos que no estamos dando todo lo necesario. O a veces, que lo damos todo pero no es suficiente.
Hace poco comencé a trabajar. Mi tiempo ahora se dividía entre mi trabajo, la casa y la familia. Cuando antes solo me dedicaba a que todo marchara sobre ruedas, ahora mi atención comenzó a derivar en algo más. Y todos lo notaron en casa.
El 2020 fue un año signado por cambios mundiales innegables, todos tuvimos que adaptarnos a cosas nuevas. Los niños comenzaron a estudiar a través de una pantalla, la gente comenzó a estar más susceptible. Y fue en ese año justamente que me tocó atravesar uno de los mayores cambios en mi vida.
Comencé a ser la mamá que no quería ser
De repente, me sentía más regañona, menos distendida y con más pretensiones para con mis hijos y mi esposo. Necesitaba tener todo bajo control. Pero además, quería ser la mejor en mi trabajo, y eso me estaba pasando factura.
Conforme pasaron los primeros meses, comencé a darme cuenta que podía con todo y entonces empecé a relajarme. Mis hijos volvieron a tener más mi atención, pasé más tiempo preparando delicias y hasta me hice tiempo para mis caminatas.
Sin embargo, como siempre hay algo para mejorar, hice un mea culpa de todas aquellas acciones de las que me arrepentí como mamá y cómo podría hacer para revertirlas.
Las 4 peores cosas que he hecho como madre
Bueno, suena algo drástico. Pero así somos las madres. Hay cosas peores que las que verás en esta lista, pero sin duda me entenderás. Esa sensación que nos envuelve cada vez que sentimos frustración por no haber logrado esto o aquello.
La idea es mejorar en muchos aspectos y en vez de arrepentirse y refunfuñar, lograr vencer nuestros miedos, nuestras inseguridades y reivindicar nuestra maternidad. No se trata de ser la mejor madre del mundo sino ser la mejor madre para nuestros hijos.
1 Culparme por todo
Ser madre y sentirse culpable se da casi en simultáneo. Sin embargo, esa presión que sentimos es muchas veces innegable. La maternidad es una renuncia constante, a esto o aquello, pero depende de nosotras entender qué cosas merecemos vivirlas libremente.
Salir con amigas, un baño de inmersión mientras papá se ocupa de los niños, decir que no cuando no tienes ganas, etc. Este año me he culpado por muchas cosas, y en definitiva ello ha afectado la relación con mi familia. Por suerte entendí a tiempo que la culpa es una mala compañera y reivindiqué mi forma de pensar.
2 Tratar de ser perfecta
Comencé a pensar que no estaba haciendo bien ciertas cosas y empecé a presionarme por acaparar todo y hacer todo bien. Quería cocinar sano para mi familia, pero me sentía mal por no dedicarle el tiempo suficiente. Quería ser la mejor en mi trabajo, pero eso quitaba tiempo a mis hijos.
Y comprendí entonces que la maternidad perfecta no existe, sino que existen los momentos perfectos. Empecé a valorar las pequeñas cosas y a entender que no siempre se puede. Cuando eso sucedió, la relación con mis hijos mejoró.
3 Olvidarme de mi niña interior
Los hijos a veces se sienten incomprendidos, y no es para menos, cuando sus argumentos son válidos. Hace unos meses, había terminado de limpiar mi cuarto cuando mi hija me dijo “Mamá, queremos hacer una tienda de campaña en tu cuarto”. Puse el grito en el cielo, pero mi hija salió al cruce con un argumento más que válido:
“Quieres que dejemos las pantallas pero no nos dejas divertirnos. Además, no ensuciaremos nada, y luego recogeremos todo”. Me había olvidado de lo lindo que se sentía ser una niña y cuánto me gustaba armar “carpitas”. Sí, al final accedí y mis hijos me lo agradecieron con un memorable abrazo.
4 Actuar como una mamá aburrida
Cuando mis niños eran más pequeños solía sentarme a jugar con ellos por horas. Interpretaba personajes, me reía y bailaba. En los últimos años me he convertido en una mamá más pendiente del trabajo y le he restado tiempo a mis hijos.
Sí, a veces lo hago también, solo que he sentido que he actuado muchas veces como una mamá aburrida al negarme a fantasear junto a mis hijos. Cuando antes lo hacía naturalmente, ahora siento que ya no me presto demasiado al juego como antes.
Soy la mejor mamá que puedo ser
Después de una profunda reflexión, y tras dejar de agobiarme por las perfecciones imaginarias, comprendí que soy la mejor mamá que puedo ser para mis hijos. Porque si este año he dedicado gran parte a mi trabajo y mis ganas de progresar en lo individual, también ha sido por ellos.
Conversar con mis hijos y explicarles los por qué siempre ha sido una gran herramienta, y tengo la suerte de tener hijos maravillosos que han sabido comprender a esta mamá que ha tenido días convulsionados.
Abrazo cada decisión y agradezco a la vida y a Dios la oportunidad de tener el poder de entendimiento, empatía y reflexión, para poder brindarme a mis hijos y a toda mi familia de la mejor manera.
Esta lista de las “peores cosas que he hecho como madre” es solo un recordatorio de lo mucho que las mamás nos preocupamos por el bienestar de nuestros hijos y cómo podemos salir adelante aceptándonos tal cual somos, y con nuestros errores y aciertos.