Las 5 cosas más importantes que un padre debe hacer por sus hijos
Si tienes la impresión de que tu esposo necesita relacionarse mejor con sus hijos, ¡mándale este artículo a su correo, o léelo en voz alta para él, o junto con él!
Emma E. Sánchez
Para nadie es secreto que las madres son quienes regularmente se entienden y preocupan más por los hijos y que, por ende, la figura del padre queda en un segundo término. Los hijos, al crecer, no escuchan ni obedecen al padre, más bien lo ignoran, no lo consideran ni lo tienen presente en sus vidas de adolescentes y adultos, cosa que es en verdad triste y lamentable.
¿Cómo evitar que esto suceda? ¿Qué podemos hacer para que la relación de nuestros hijos con su padre se fortalezca y perdure? Este artículo tiene como finalidad darle al padre de tus hijos cinco principios para que los ponga en práctica tan pronto lea este artículo, así que si es necesario, léelo en voz alta con él o para él, o envíaselo a su correo, porque a los dos les será de gran utilidad. ¡Así que, vamos a trabajar!:
1. Humildad vs orgullo
Conforme crecemos y somos adultos nos volvemos más complejos, exigentes y soberbios. Criar hijos, contrariamente, requiere de mucha humildad, de reconocer que en este aspecto de la vida ignoramos casi todo; por lo tanto, la titánica labor de ser padre requerirá de nuestra capacidad de aceptar que debemos ser enseñados por otros y, principalmente, por nuestros propios hijos.
Un padre de familia debe estar dispuesto a ensuciarse con lodo, a ser maquillado por sus hijas, a reírse de sí mismo y a hacer reír a otros; entender que será contradicho, desafiado por sus hijos adolescentes y que muchas, muchas veces deberá aceptar que se equivocó y ofrecer disculpas.
El orgullo es el peor enemigo del matrimonio y la buena crianza de los hijos.
2. Interés real
Lo más triste en la paternidad es darse cuenta de que a un padre simplemente no le interesan sus hijos. Pero permíteme decirte que el desinterés no aparece de un día para otro, se va dando lentamente y enfría el corazón poco a poco. Si percibes que tu esposo se está distanciando de los niños, es importante que ambos, como matrimonio, desarrollen actividades y creen momentos específicos para establecer relaciones afectivas efectivas entre todos los miembros de la familia y especialmente entre el padre con cada uno de sus hijos.
Por ejemplo, compartir un día de bicicletas, invitar un helado y platicar, pedir ayuda a un hijo para lavar el automóvil, salir juntos de campamento, hacer una llamada telefónica a los abuelos, escribir una carta y en cada actividad y momento mostrar un interés real: dejar a un lado el teléfono celular, la televisión o cualquier otro distractor.
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3. Sabia virtud de aprovechar el tiempo
Sólo como un mero ejercicio, anota en tu agenda el tiempo que le diste a cada hijo en particular y a todos como familia, y tal vez te sorprenda encontrar el poco tiempo que le dedicaste a lo más valioso de tu existencia.
Ahora, como si fuera una cita de la oficina, reserva una hora a la semana o cada quince días con cada miembro de la familia y disfruta su compañía. Tal vez pienses que es forzar algo, pero si no nace este tiempo de manera natural, es necesario construir un hábito indispensable para el sano desarrollo de tus hijos.
No hay un tiempo específico para decir que al dedicarlo a tus hijos crecerán sanos y felices, solamente puedo decirte que requieren de mucho, mucho tiempo, un poco aquí, otro poco allá y cada día los 365 del año con sus noches.
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4. Amar a la madre de sus hijos
De las pocas cosas que tienen un impacto profundo en la mente y el corazón de los hijos es saber que sus padres se aman, esto es una fuente inagotable de seguridad y confianza que con nada en el mundo se compara. Un padre que ama a sus hijos siempre mostrará respeto por su madre, aunque ella ya no sea su esposa.
Un esposo y padre sabio tendrá muestras de afecto para su esposa frente a sus hijos, hablará bien de ella, la cuidará y protegerá; la animará a seguir sus sueños y metas personales, y le dedicará tiempo a su propia relación. ¿Por qué todo esto? Porque él está enseñando a sus hijos varones a tratar a una mujer e instruye a sus hijas sobre cómo deben ser tratadas por cualquier otro varón.
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5. La fe que echa abajo montañas
Ahora que nuestras hijas son adultas y comienzan a formar sus propias familias, mi esposo y yo, con más claridad, reconocemos lo importante que ha sido guiar a nuestra familia con base en principios y nuestra fe en Dios, nuestras creencias y valores le han dado consistencia a nuestras relaciones y nos han ayudado a salir adelante en las aflicciones.
Desarrollar el don de la fe es básico para criar una familia, pues muchas veces padre y madre estarán tentados a abandonar tal empresa, a perder la esperanza en un hijo que se ha descarriado y a sentirse agobiados con los desafíos propios de la vida diaria; por eso, la fe es vital, es el poder que como matrimonio les dará la fuerza para levantarse un día más y volver a intentarlo.
Ser padre nunca ha sido fácil, pero es la tarea más noble y gratificante a la que un hombre puede aspirar.