Las abuelas son mágicas
Las abuelas dejan huellas en el corazón de sus nietos y son un pilar fundamental para las familias. Sí, las abuelas son mágicas.
Fernanda Gonzalez Casafús
¿Quién puede negarlo? Las abuelas tienen magia. Esas señoras de sonrisa genuina, de cabellos suaves y cenicientos algunas veces, o alborotados y recién coloreados, otras. Abuelas ¿qué sería de nosotros sin ellas? Las abuelas son mágicas, de aquí al infinito.
Mi abuela favorita llenó mi vida de historia (y de historias). Me contaba sobre su vida con pasión en su voz y nostalgia en sus ojos. María me llevaba de viaje al África con las historias de Taita, el personaje de la saga de Wilbur Smith, autor que aprecio gracias a ella. La abu María me llevaba con sus relatos a su universo y a mí me encantaba hundirme en ellos porque el tiempo se esfumaba.
Su alacena estaba llena de cosas ricas, como en casa de todas las abuelas amorosas. Ella siempre tenía guardada para mí una tarta de frutilla y coco, mi favorita. Me esperaba en otoño sentada en su sillón de felpa marrón y tomábamos una bebida caliente mientras despotricaba contra el personaje ruin de la novela de turno.
Las abuelas dejan huellas
Si le preguntas a mi madre, te dirá que su mamá era estricta y que no era de las madres que besaban y decían “te amo”. Sin embargo, al convertirse en abuela, sus frases de cariño abundaban y cada vez que me iba a casa me decía de forma graciosa “Te adoro, como la vaca al toro“. Hoy, se la repito a mis hijos.
Mi abuela tenía una biblioteca llena de novelas del corazón y otros tantos libros interesantes, que hoy atesoro en mi biblioteca personal. Con ella se podía hablar abiertamente de todo y era muy avanzada y moderna para su época. Soñaba con hacerse un tatuaje y tener un celular. Mis amigas la adoraban y su casa era el lugar de los encuentros de toda la familia.
Sí, las abuelas dejan huellas. Con cada palabra contada, con cada receta enseñada, con cada mirada dedicada, las abuelas nos hacen, nos transforman y nos imprimen su legado, con el cual vamos tejiendo nuestro linaje femenino.
Y luego…vemos a nuestras madres convertirse en abuelas
“Lo mejor de tenerte como madre, es que seas abuela de mis hijos”, le escribí a mi madre para el día de las madres, el año pasado. Sin dudas, no hay nada más bello que ver a nuestras madres convertidas en abuelas.
Mi madre es como una Diosa para mis hijos. Quieren ir a su casa a todas horas y aman quedarse a dormir. Sus comidas son las más ricas y con la abuela se puede jugar por horas, que siempre habrá algo divertido para hacer.
Mis hijos tienen dos abuelas. Una en el cielo y otra en la tierra. Ambas llenan a mis hijos de luz y bendiciones. A ambas las conocen y las aman. Y de ambas siempre hay historias por contar.
Las abuelas son necesarias en la vida de un niño
Las abuelas son fuente de inspiración, experiencia y aprendizaje en la vida de un niño. Ellas transmiten serenidad y confianza; muestran el lado amable de la vida y tienen una forma especial de atrapar con sus relatos.
Las abuelas son las mejores cuidadoras, y son un pilar fundamental en el ensamblaje familiar. Muchas familias cuentan con las abuelas para cuidar a los hijos, más aún en la sociedad actual, donde madre y padre trabajan a la par.
Las abuelas estimulan el conocimiento, el juego y el aprendizaje. No tienen prisa y no se limitan a cuidarlos simplemente sino que se involucran en el tiempo compartido, haciendo que valga la pena. Tienen tiempo, y tal vez por ser conscientes -paradójicamente- del tiempo, es que quieren aprovecharlo al máximo, pues en la tercera edad las horas corren lentamente pero los días se escurren.
Aprovecha ese tesoro
Si aún tienes la suerte de tener a tu abuela con vida, no pierdas más ni un minuto de tu tiempo. Visítala, toma su mano, conversa con ella. Escucha su voz, deja que te cuente aquello una y otra vez. No pierdes el tiempo, lo ganas.
Si tus hijos tienen la dicha de tener a su abuela con vida, deja que atesoren cada momento compartido y enseña a tus hijos a respetar a sus mayores. No sabes cuánto le servirá para la vida.
Vivimos en una sociedad que piensa que lo viejo debe desecharse, que las ideas viejas no funcionan y que todo lo moderno es lo mejor. Nuestros mayores tienen mucho que enseñarnos y nuestros hijos aprenderán de nosotros acerca del respeto hacia los abuelos.
Gracias abuela por tu magia
Por tus frutas cortadas en trocitos, antes de ir a la cama…
Por tus historias tan llenas de color…
Por el paseo hacia mis antepasados, tan importantes para conocer mi presente…
Por tus libros, que hoy llenan mi biblioteca…
Por tus mates de leche calentitos…
Por tus abrazos y tus palabras de cariño…
Por tus consejos, brindados en el justo momento…
Por marcar el camino de las mujeres de nuestra familia…
Gracias abuela, por entender mi mundo.
Las abuelas son una gran bendición en nuestras vidas. Aprovecha cada instante con la tuya, regocíjate en su presencia y hónrala en vida. Recuerda que algún día serás mayor, y ¡tú también serás una abuela mágica!