Las niñas se asumen menos inteligentes que los niños, según un estudio
Luego de los 6 años las niñas se autoperciben menos listas que los varones. Es nuestro deber como padres mostrarles a nuestras hijas su verdadero valor.
Marilú Ochoa Méndez
Un estudio reciente, realizado por tres universidades de prestigio estadounidenses: Princeton, New York e Illinois, ha concluido que las niñas comienzan desde los seis años a asumir una condición de desventaja intelectual frente a los varones. Este resultado asombroso y triste, es materia para direccionar nuestro actuar con nuestras hijas a partir de hoy.
De acuerdo con esta investigación, que tomó en cuenta la respuesta de 400 niños, las pequeñas de 5 años se autoperciben con la misma capacidad intelectual que los varones de su edad, pero a partir de los seis años, ellas -aunque reconocen que son las que en su mayoría obtienen mejores notas en la escuela- no se asumen naturalmente como “muy listas”, sino creen sus logros se deben a su esfuerzo, más que a su genialidad.
“El mensaje que se percibe al revisar estos datos, es que los niños pequeños se encuentran expuestos a la noción cultural de que la genialidad (aguda inteligencia) es una cualidad más masculina que femenina“, comentó en entrevista con la BBC, el profesor Andrei Cimpiain, quien participó en el estudio.
El académico concluyó: “a los seis o siete años, las niñas ciertamente no eligen una carrera, pero sí están tomando decisiones sobre qué cursos o actividades extracurriculares llevarán. La diferencia puede ser pequeña al inicio, pero conforme ellas crezcan, será mayor“.
No presumen su inteligencia, pero están listas para trabajar duro
Este dato, nos deja con la boca abierta por el gran peso que tiene la autopercepción de sus fortalezas a tan temprana edad, pero hay un giro interesante que cabe resaltar.
Si bien las niñas participantes del estudio se hacen a un lado antes de considerarse “muy muy inteligentes”, coinciden con los varones en mostrar un profundo interés por realizar las actividades “para los niños que se esfuerzan mucho”.
Ciertamente, la disciplina y el esfuerzo consiguen mas resultados que las habilidades innatas, demostrando que quien está dispuesto a esforzarse consigue sus metas. La Dra Lin Biam, participante de este estudio, nos sugiere: “transmitir la importancia del trabajo duro para conseguir el éxito”.
El estudio tiene entre sus conclusiones que “la distribución de hombres y mujeres en las disciplinas académicas parece verse afectada por las percepciones de brillantez intelectual“. Esta realidad, que hace que las niñas no elijan naturalmente carreras como física o filosofía, puede encontrar cierto equilibrio si hacemos patente a las pequeñas el valor del esfuerzo consistente.
El punto de inflexión para impulsar el desarrollo de las personas, es la niñez
En este video comercial, se pidió frente a la cámara a mujeres jóvenes y algunos varones, que corrieran, lanzaran o se esforzaran “como niñas”, y la mayoría realizó las acciones solicitadas de una manera peyorativa, queriendo expresar que las mujeres actúan torpe y desenfadadamente.
Poco después, pidieron a niñas entre 5 y 13 años que hicieran lo mismo, y vemos un gran contraste: estas pequeñas demostraron que correr “como niña” era correr con gran esfuerzo, garra y empuje. Lo mismo lanzar, o hacer cualquier otra actividad física. Este choque de percepciones fue mostrado a las primeras participantes de sexo femenino, las mayores, y se les invitó a representar el “hacerlo como niña” frente a la cámara de nuevo.
La riqueza del contraste mostrada en el video es valiosísima: es de esta manera como se puede mostrar la maravilla de “actuar como niña”, o mujer. Nos golpea entonces esta gran verdad: lo que mostremos hoy a los niños, definirá en gran medida cómo se ven y a qué aspiran para su vida futura.
¿Cómo ves tú a las niñas?
¿Cómo tratas tú a niños y a niñas? ¿En algunas ocasiones asumes que uno es más inteligente que otro? En la asignación de tareas como mamá a tus hijos, ¿haces diferencias solo basándote en su sexo?
Evaluar esto nos permitirá orientar efectivamente nuestras acciones para extraer el mayor potencial en nuestros niños, basándonos en la realidad, no en autopercepciones.
¿Son niños y niñas iguales?
En este camino, es importante destacar que las diferencias entre niños y niñas existen, y son valiosas. El asunto está en reconocerlas, darles su justo valor, y al mismo tiempo, resaltar el valor del niño y la niña como seres iguales, dignos del mismo trato, de los mismos derechos.
Como ejemplo de la urgencia de conocer a fondo la riqueza de cada sexo, te mostramos la reflexión que realiza María Calvo, profesora española y experta en educación diferenciada, quien afirma que : “son los niños los que salen perdiendo porque en las aulas mixtas se impone el “ideal femenino”. Es decir, el profesor exige a los niños que sean igual de ordenados, puntuales, quietos, delicados y obedientes que las niñas. Y esto no sirve para los chicos porque tienen otra forma de aprender”.
Para complementar esta idea, veamos lo que el Dr. Stephen Rhoads sugiere en su libro “Tomando las diferencias sexuales con seriedad”, quien afirma que las diferencias entre hombres y mujeres, como su tendencia a la agresividad, a la fuerza varoniles y la tendencia a cuidar del otro de las mujeres, no son producto de ninguna construcción social, sino que pueden percibirse desde el sexto mes de gestación en los bebés si se analiza su cerebro.
Nuestra tarea queda más clara entonces
Entendiendo que hombres y mujeres son distintos pero merecedores todos de buen trato y de impulso y empuje por parte de los padres, educadores y la sociedad; y al notar que es común que las mujeres sean vistas en desventaja frente a los hombres, te sugiero algunas pautas para la educación de ambos sexos en familia.
1 Asegúrate de conocer bien a tus hijos
Date la oportunidad de conocer a fondo los gustos, aptitudes, sueños y proyectos de tus hijos, para que puedas impulsarlos desde ahora.
2 Escúchalos, aliéntalos, a partir de sus sueños y habilidades
Procuremos ser receptores cálidos de sus ideales, y tratemos de encaminarlos a hacerlos realidad.
3 Los límites están en nuestro cerebro, el trabajo duro consigue lo imposible
El esfuerzo, la contención emocional y el sostén amoroso a nuestros hijos, conseguirán impulsarlos mucho mas lejos de lo que nunca soñamos. ¡Adelante!