Las personas felices no tienen tiempo para criticar la vida de los demás
Es fácil criticar la vida de los demás; pero, ¿Por qué no mejor procuramos corregir nuestros errores?
Erika Patricia Otero
“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano,
y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?”
Lucas 6:41
Tal como dice el versiculo: “ver la paja en el ojo ajeno” es más fácil que ver los propios defectos. Es triste, pero quien vive de esta manera, jamás logra tener la paz mental y no es feliz.
Para ser franca, siempre me cuestiono la razón que muchas veces lleva a las personas a criticar a los demás. No digo que yo alguna vez no lo hice, la realidad es que sí. Puedo recordar que muchas veces lo hacía porque -por ejemplo- la ropa que llevaba alguien no me gustaba, o su actuar no lo consideraba correcto. Por fortuna, mi actitud cambió cuando me di cuenta que nada benéfico procede de ese actuar.
¿Por qué criticamos?
Porque es de naturaleza humana esperar que las personas que nos rodean actúen de la manera que nosotros lo haríamos.
Solemos juzgar a los demás desde nuestros parámetros. Dicho de manera más coloquial: “El ladrón juzga por su condición”. Sé que se lee bastante rudo, pero es real y mucho más claro de comprender.
¿Afecta criticar a los demás?
Puede ser que de primer momento pienses que criticar no te afecta. También puedes creer que es una forma de pasar el rato. Puede ser también que creas que lo que haces es para que la otra persona note sus fallas y se corrija, si es que acostumbras decirlo frente a esa persona.
La situación es que criticar a los demás afecta la vida, y no para bien. Criticar la vida ajena te roba paz porque dejas de vivir tu vida y empiezas a vivir la de los demás.
Por si fuera poco, es un actuar infructuoso porque los criticados pueden no sentir interés en tus opiniones. Es más, lo único que haces es ocuparte de meterte en asuntos que no te competen y que solo envenenan tu vida.
Criticar va a traerte muchos problemas
Criticar a las personas, más si son seres queridos, puede hacer que a la larga te quedes solo; lo ilustraré con un ejemplo real.
Mi madre solía recibir llamadas de una familiar cercana que acostumbraba a quejarse del modo de vida de su hermana. Por lo general, sus comentarios eran bastante subidos de tono y muy fuera de lugar. Mi madre solo guardaba silencio y de vez en cuando me comentaba lo que esa mujer decía.
La situación es que las críticas dejaron de serlo para convertirse en chismes; mismos que pasado un tiempo salieron a la luz, dejando tras de sí una cantidad increíble de problemas para todas las partes involucradas.
Ese es el problema, que una simple crítica en boca de una persona con mucho tiempo libre, puede volverse un chisme descomunal que afectará a muchas personas.
Todas las críticas son destructivas
Todo tipo de observación que hagas de la vida de los demás es dañino para ti y los otros, porque no es algo que te incumba ni que te dé algún beneficio.
Un ejemplo:
Llega diciembre y como es costumbre en muchos hogares del mundo sobra la comida. Tienes una hija que es de contextura gruesa y no importa cuánto se ejercite, bajar de peso no se le da fácilmente. La situación es que tú no te haces esperar y comienzas a hacerle comentarios tipo: “Recuerda que si te comes otro trozo de torta vas a subir más de peso”, “mira que ese vestido no te queda nada bien porque se te notan las lojas”.
Créeme, ese tipo de comentarios no solo hacen sentir mal al criticado, sino que te hacen ver como una persona imprudente, sin tacto, grosera y cotilla.
No importa la intención con la que hagas una observación: no es tu vida. Es cuestión de ponerse en el lugar de la otra persona e imaginar por unos minutos lo que sentirías si fueras tú la persona a la que criticas.
Aprende a vivir tu vida, eso te dará felicidad
Cuando eliges darle una vuelta a la situación y cambiar tu actitud por una sana, la felicidad no se hará esperar.
Vas a vivir más tranquila porque no tendrás en tu cabeza el peso de los problemas o malos hábitos de los demás, por mucho que los quieras.
Las personas felices se ocupan de su propia vida. Cuando eres feliz respetas las elecciones de los demás, lo que te da libertad. Puede ser que no estés de acuerdo con la manera en la que los otros viven, pero como respetas su libre albedrío, pues los dejas vivir a su gusto.
Las personas felices están tan ocupadas en su propio crecimiento que poco tiempo les queda para preocuparse por lo que hacen o dejan de hacer los demás.
¿Cómo dejar de criticar?
-Ocúpate: ya sea leyendo, escribiendo, ejercitando o llevando a cabo algún hobbie de tu predilección. Al hacerlo, poco tiempo tendrás para ver lo que los otros hagan.
-Autoanalízate: Cuando tomas el hábito de observar tu actuar, de corregir tus faltas, de ser una mejor persona para tu propio beneficio, no tendrás la necesidad de criticar la vida de otros.
-Corrígete: Puede pasar que sientas la tentación de señalar un “error” de alguien. En ese momento te has hecho consciente de tu actuar y puedes reprenderte a manera de castigo por lo que ibas a hacer. También puedes darte un pellizco en el brazo o morder levemente la lengua; esto hará que cuando te sientas tentado recuerdes el dolor y lo que lo provocó, de esa manera podrás evitar tu mal hábito.
Sé que puede ser muy fácil ceder a los deseos de “arreglar la vida ajena“, pero es que en realidad la propia existencia es tan compleja que no hay necesidad de llevar encima la “responsabilidad autoimpuesta” de corregir el camino de los demás.
Trata de vivir una vida más consciente de tus actos y te puedo asegurar que serás una persona impulsada a ser feliz cada día de su vida.