Las razones por las que los hombres llaman a las mujeres “histéricas”; 11 datos históricos que te harán reír a carcajadas
¿Te han llamado histérica? los datos que encontrarás a continuación desvirtuarán muchos mitos al respecto y te harán reír un rato.
Erika Otero Romero
¿Alguna vez te han llamado histérica? Quizás si, a mí me ocurrió y aunque ahora me lo tomo con gracia, en ese momento no fue así.
Soy una mujer de un temperamento bastante volátil; es decir, me enojo de manera muy fácil pero no pasa mucho rato para que todo se calme y la vida siga como si nada. Fue a causa de una reacción de ese tipo que me gane que alguien me llamara histérica.
Aún sigo pensando que no puedes esperar que alguien reaccione “como si nada hubiera pasado” cuando descubre que ha sido engañada por mucho tiempo, pero en fin.
Pero ¿Qué es la histeria?
Vulgarmente se cree que la histeria es una reacción exagerada que hace que una persona llore o grite sin control, pero la realidad es otra.
Según Wikipedia la histeria es una afección psicológica que pertenece al grupo de las neurosis. También se le conoce como trastorno de conversión.
Características
El sitio psicoactiva afirma que los síntomas histéricos son un intento de defensa en una situación que no se sabe cómo resolver.
Suelen aparecer síntomas asociados de cualquier tipo, pero son exagerados y graciosos. Imitan enfermedades, por lo que pueden dar lugar a confusiones.
Van desde tics, temblores, espasmos musculares y movimientos incontrolados como si se tratara de “mal de San vito”. Incluye también gritos y aparentes convulsiones como si se tratará de una epilepsia, pero son por completo reversibles.
Todo esto está asociado a la represión de un conflicto o de una situación que no se quiere reconocer y aceptar.
Aunque es muy extraño que haya casos, los que existen son tratados con terapia psicoanalítica.
Hechos históricos sobre la histeria que te harán reír
El sitio littlethings expone algunos hechos de la “histeria femenina” a lo largo de la historia que te harán reír a carcajadas ¡diviértete!
Los antiguos egipcios culparon a “los movimientos del útero”
Para el 1600 antes de Cristo, los egipcios creían que los cambios repentinos de humor de la mujer se debían a que el útero se “movía a voluntad de arriba hacia abajo” dentro del cuerpo.
Lo que hacían era colocar olores desagradables y perfumes tanto en boca y nariz como en la zona genital para hacer que el útero volviera a su lugar.
Los antiguos griegos la llamaron “melancolía uterina”
En la mitología griega antigua, un dios llamado Melampus, médico y adivino, diagnosticó a las mujeres vírgenes en la ciudad de Argos con “melancolía uterina” cuando no tenían interés sexual en los hombres de su vecindad. Lo curioso es que “se curaban” cuando mantenían relaciones sexuales con hombres jóvenes y más viriles.
Hipócrates se adjudicó el término
Fue el primero en describir a una mujer como “histérica” debido a los “humores venenosos estancados” en su útero causados por una vida sexual insatisfactoria.
Para él de este mal sufrían especialmente mujeres vírgenes, viudas, solteras y estériles. La histeria se manifestaba en el cuerpo femenino causando ansiedad, sensación de asfixia, temblores, convulsiones y parálisis.
Claudius Galen creía que la cura era el matrimonio
Para este caballero las mujeres se curaban de la histeria al momento de casarse o reprimiendo “los estímulos que las excitaban”
Otros médicos de la Grecia clásica prescribieron la “virginidad perpetua”
Soranus, afirmó que las mujeres “histéricas” debían ser tratadas con el máximo cuidado, incluyendo baños calientes y masajes.
También atribuyó la culpa a la tensión física del parto, por lo que recomendó a las mujeres mantener la abstinencia sexual y permanecer “vírgenes por siempre”
En la Edad Media se llevó a cabo exorcismos uterinos
En esa época era común culpar a la brujería de todos los males del mundo, y eso incluía la histeria que se creía era causada por un “ente demoniaco” en el útero, por lo tanto DEBIA ser expulsado por medio de un exorcismo.
En el renacimiento se le atribuyó a sustancias en el agua
En Italia, Girolamo Cardano y Giovanni Battista Della Porta rechazaron la idea de la posesión demoniaca y culparon al agua contaminada.
Al igual que la mayoría de los médicos de esa época, creían que el útero de una mujer las hacía más vulnerables y por lo tanto científicamente inferiores a los hombres.
Un médico del siglo XVIII culpó al “magnetismo animal”
Franz Anton Mesmer creía que se trataba de cierto fluido corporal que causaba el comportamiento errático exclusivamente en las mujeres y trataría a sus pacientes con “mesmerismo” (hipnosis) para hacerles creer que estaban sanas
Las mujeres victorianas llevaban sales que olían para reanimarse
Para ese tiempo se creía que los continuos desmayos que muchas mujeres padecían eran causados por la histeria, por lo cual ellas llevaban en sus bolsos sales que olfateaban para de esa manera “revivirse” (¡claro! pensamiento basado en la creencia de antaño de que el útero debía volver a su lugar”). Jamás se les ocurrió culpar al corsé que debían usar y que seguro las indisponía.
Sigmund Freud cambió todo al respecto
No solo planteó que los hombres también podrían llegar a padecerla, sino que además sugirió que el problema en las mujeres era causado cuando no podían concebir hijos.
La histeria permaneció clasificada como un trastorno mental hasta 1950
La Asociación Psiquiátrica Americana mantuvo la histeria en sus libros como una condición legítima. Esto llevó a diagnosticar males como la epilepsia como un trastorno sexual. Todo cambio hasta que las mujeres dedicadas a la medicina comenzaron a investigar al respecto y a darle su propia perspectiva.
Y ahora, ¿qué piensas de la histeria?