Las relaciones de pareja se definen en la infancia
Hay situaciones en la infancia que marcan nuestra vida adulta. Identificar para sanar es la clave.
Emma E. Sánchez
Recientemente tuve oportunidad de dar un breve taller sobre relaciones familiares y estilos de crianza, y hablamos en algún momento de la importancia que tiene ponerse de acuerdo entre padres para educar a los hijos bajo los mismos lineamientos. Algunos participantes comenzaron a comentar algunas dificultades que tienen para ponerse de acuerdo y juntos buscamos opciones para lograr el objetivo.
Entonces, una participante dijo a todo pulmón y desde el fondo de su corazón: “¡En mi familia no tenemos esos problemas! Somos madres solteras sin esposo que nos dé problemas” El silencio se hizo total pues esta mujer detalló que en su casa hay 3 generaciones de madres y ninguna jamás se casó o mantuvo una relación formal con un hombre.
Interesante, ¿cierto? Tres generaciones de mujeres que han establecido un patrón de vida muy particular. Y esto tiene una particular explicación.
¿Has visto patrones repetirse en las familias?
¿Has visto patrones de relaciones fallidas en personas?, ¿y en tu vida?
Freud, Erikson, Piaget y muchos otros psicólogos, pedagogos e investigadores han hablado desde hace mucho sobre cómo afecta lo vivido en la infancia en nuestra vida adulta.
Freud decía que todos nuestras problemáticas tenían su origen en la infancia y los culpables eran papá y mamá, -principalmente esta última- y que “infancia era destino”; mientras que Erikson, si bien reconocía que la infancia da explicación a nuestras situaciones, también reconoció que al entender el origen de nuestras problemáticas, tenemos el poder de transformarlas y hacer lo mejor posible con lo que tenemos.
Situaciones que pudieron marcar nuestra vida
Falta de amor y cuidado
El amor es el fundamento de una infancia y una vida feliz. Quien no fue deseado, tuvo padres distantes, o simplemente no fue amado y cuidado como cualquier niño merece, tendrá repercusiones en su vida adulta como el no poder amar, confiar o sentirse feliz.
En muchos casos buscará relaciones donde encuentre el amor que su padre o madre le negaron, trayendo con esto problemas de pareja, pues el amor y la relación es diferente a lo que se busca.
Aprender a dar afecto, ser cariñoso y dar a otros lo que no se tuvo puede ser el inicio para recibir amor ¿Es difícil cambiar? Solo te puedo decir que es mucho más difícil vivir así que buscar sanar.
Lee también: Tener una madre ausente hiere para siempre el corazón de un hijo
Maltrato o cualquier tipo de violencia
Cuando un niño fue criado con violencia, de adulto buscará repetir lo que vivió en casa, se relacionará con personas igualmente violentas o violentadas para poder sentirse “como en casa”, pues a eso está acostumbrado y educado, a golpear o recibir golpes, a insultar o recibir insultos, a ser tratado y tratar como lo aprendió en su infancia.
Carencia de padre o madre
Una esposa no puede tomar el lugar de la madre ausente ni un esposo el de un padre desinteresado. No podemos sustituir personas ni tomar el lugar de quien no pudo o no quiso hacerlo.
Confundir estas relaciones solo traerá más problemas. Por eso es tan importante el revisar cómo son y cómo han sido nuestras relaciones para tomar conciencia y hacer los cambios que se requieran.
Cuenta la biografía de Erick Erikson, un destacado investigador del desarrollo humano, que él comenzó su estudio e investigación buscando sanar su propia relación con el padre que no lo reconoció y lo abandonó. Más tarde, cuando su novia estaba embarazada, él pensó en no casarse con ella y abandonarla, pues temía no estar preparado para enfrentar la responsabilidad y que su familia la aceptara. Entonces se dio cuenta que estaba repitiendo lo mismo que le hicieron a él. Así que se armó de valor, se casó formó una familia y hasta su muerte reconoció que sin su esposa, quien llegó a ser su compañera de investigación, jamás habría logrado nada.
Abuso
Este es un daño que impacta muy profundamente el alma y la mente de un infante pero que con ayuda es posible superar. Actualmente existen muchos apoyos e instituciones para salir delante de una situación así. Busca ayuda, es fundamental.
Constante necesidad de cercanía con una persona
¿Te sientes mal cuando no está cerca alguien es especial?, ¿requieres constantemente saber dónde están tus seres amados?, ¿no puedes controlar el miedo a perderlos? Esta puede ser una señal de una necesidad infantil no atendida.
Miedo o inseguridad con respecto al futuro
Si pensar en el futuro ves todo oscuro, sin esperanza, y sufres por eso, pueden estar en ti muchos temores de niño que se quedaron grabados en tu mente y que es preciso sacarlos. El abandono puede ser su origen.
Sentimiento de inferioridad o no estar a la altura de otra persona
Tal vez en tu niñez experimentaste demasiadas descalificaciones o comparaciones crueles que hoy te impiden reconocer tu valor y potencial y eso te ha impedido avanzar en la vida y lograr todos tus sueños y metas. Quizá esos sentimientos también te han impedido tener una pareja y formar una familia ¿Te has sentido así muchas veces?
Sentimiento de culpa
Este es otro sentimiento que se arraigó en tus esquemas mentales cuando eras pequeño. Algunas personas, sin recordarlo, fueron acusados y culpados cuando ni siquiera nacían por haber venido a este mundo, por el padre que los abandonó, por las frustraciones de la madre, lo que dejó y no logró por el bebé que llegó, porque fue niña, porque no fue niño y ¡mil cosas más! Y entonces el niño aprendió a vivir como culpable y merecedor de nada excepto desprecios.
Y así seguirá su vida de adulto si no hace nada por quitarse culpas impuestas por otro.
Aceptar maltrato de cualquier tipo con tal de no perder una relación
Esta parte va muy ligada a la carencia de amor o aceptación por parte los padres. Es muy común un adulto capaz de soportar todo, hasta abuso, con tal de no ser abandonado o dejado.
Todo es preferible antes que estar solo y despreciado.
Ansiedad constante
La más sencilla y fácil manifestación de problemáticas no resueltas en el pasado pero que hoy se puede transformar a tu favor.
Indentifícalas y acéptalas
Si identificas una o algunas de estas situaciones en tu vida, es tiempo de dar fin y comenzar a vivir en verdad. El primer paso es aceptarlo, como dicen, luego el camino es de bajada.
Consulta un profesional de la salud mental, un asesor espiritual o inclusive habla con tu familia; con su apoyo podrás reconocer en tu pasado lo que haya sucedido, entenderlo y procesarlo, entonces podrás sanar y seguir adelante con mayor esperanza hacia el futuro y el de tu familia.