Le preguntaron a esta mujer si su marido la hacía feliz. No te esperas su respuesta
Lo que toda mujer debe leer, entender y vivir en su matrimonio, si quiere edificar su casa.
Christina Ayres Smith
Esta historia circuló en Internet en varios estilos y diferentes traducciones, pero su fuente original está en los archivos del seminario de la Universidad de Fresno en California y pasó durante un seminario para parejas. Durante la misma, uno de los oradores preguntó a una de las esposas:
“¿Su marido le hace feliz? ¿Realmente feliz?”
En este momento el esposo levantó su cuello, mostrando una total seguridad. Él tenía la certeza de que su esposa diría que sí, porque ella nunca se había quejado de nada durante el matrimonio.
Sin embargo, la mujer respondió a la pregunta con un rotundo: “NO”. ¡Los dejó con los ojos redondos como platos de postre!
“¡No, mi marido no me hace feliz!” El marido se sorprendió y, antes de que pudiera recuperar el aplomo, ella continuó: “¡Mi marido nunca me hizo feliz, ni me hace feliz! Yo soy feliz”.
Y entonces continuó: “El hecho de que estoy feliz o no, no depende de él, pero yo soy la única persona de quien depende mi felicidad. Yo determino que voy a ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, porque si mi felicidad dependiera de una persona, cosa o circunstancia sobre la faz de la tierra, estaría en serios problemas.
“Todo lo que existe en esta vida cambia constantemente: los seres humanos, la riqueza, mi cuerpo, el clima, mi jefe, los placeres, amigos, mi salud física y mental. Y así podría citar una larga lista. ¡Tengo que decidir ser feliz a pesar de todo lo que existe! ¡Si hoy tengo mi casa vacía o llena: estoy feliz! ¡Si salimos juntos o por separado: estoy feliz! ¡Si mi trabajo está bien pagado o no, estoy feliz!
“Hoy estoy casada, pero era feliz cuando estaba soltera. Estoy feliz por mí misma. Las otras cosas, personas, momentos o situaciones las llamo: ‘Experiencias que pueden o no proporcionarme momentos de alegría o tristeza’. Por ejemplo, cuando alguien que amo muere, yo soy una persona feliz, en un momento de inevitable tristeza. Aprendo de las experiencias pasajeras de vida y que son eternas como son amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, consolar.
“Hay personas que se dicen a ellas mismas: hoy no puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque está muy frío, porque alguien me insultó, porque alguien ha dejado de amarme, porque no me aprecian como deberían, porque mi marido no es como esperaba, porque mis hijos no me hacen feliz, porque mis amigos no me hacen feliz, porque mi trabajo es mediocre, y así sucesivamente.
“Amo la vida que yo tengo, pero no porque mi vida sea más fácil que la de los demás. Es porque decidí ser feliz como persona. Porque yo he asumido tomar sobre mí la responsabilidad de mi felicidad.
“Cuando tomo de los hombros de mi marido esta obligación, y de cualquier otra persona, los dejo libres de cargar ese peso sobre sus hombros. Con ello, la vida de todos se hace mucho más ligera. Y así es como hemos tenido un matrimonio exitoso durante muchos años”.
¡Nunca dejes en manos de nadie una responsabilidad tan grande como el asumir y promover tu felicidad! ¡SÉ FELIZ! Incluso si hace calor, incluso si estás enfermo, incluso si de momento no tienes dinero, incluso si alguien te ha hecho daño, incluso si a alguien no le gustas o no te valoran como te mereces.
Y —por supuesto— eso aplica tanto para las mujeres como para los hombres, sin importar la edad que tengan.
_Traducido y adaptado del portugués por Oscar Pech, de Perguntaram a esta esposa se seu marido a faz feliz: Sua resposta foi inesperada, de C. A. Ayres