Les preguntaron cuál era su pasatiempo favorito, y sus padres no podían dejar de llorar
¿Recuerdas qué hacías cuando eras niña? ¿Se compara con lo que hacen ahora tus hijos? Descubre los riesgos que el uso excesivo de la tecnología implica para tus hijos.
Marilú Ochoa Méndez
¿Recuerdas a qué jugabas cuando eras niña? Yo recuerdo que pasaba largas tardes jugando con mi vecina en su casita de muñecas; jugaba también “escondidas” y “policías y ladrones”. Recuerdo también que a los 12 años leía un libro completo cada día, y ¡me sentía tan feliz! Aún ahora no sé de dónde sacaba el tiempo por las tardes para dedicar varias horas a leer y además hacer mis tareas y cumplir con mis encargos. Me sumergía en mundos increíbles y pensaba con ilusión qué aventura maravillosa me esperaba el siguiente día.
¿Sabes en qué aprovechaba el tiempo tu madre? La mía cuenta que cocinaba con unos trastecitos idénticos a los “de verdad”, y se divertía con sus hermanas toda la tarde. Además, iba al campo donde mi abuelo sembraba; allí corría y jugaba durante largas horas.
¿Recuerdas qué hizo tu hijo ayer, durante la tarde?, ¿cuántas horas estuvo pegado a un dispositivo digital? ¿Salió al parque?, ¿tuvo alguna actividad al aire libre o conversando con una persona de manera presencial (es decir, no virtual)?
Esta generación tiene el chip informático incluido
Es una realidad que esta generación de niños, tiene un acercamiento con el mundo digital, que asusta. La capacidad y gracia con que dominan antes que tú todas las funciones de tu nuevo teléfono celular lo comprueba. Junto con ese chip, tus hijos tienen dos herramientas especiales, justo arriba de la nariz, herramientas que junto con manos y pies, están hechas para explorar y enriquecerse con el mundo que está allá afuera. Si contigo utilizan más la tecnología y menos la naturaleza, ¡se están perdiendo de mucho! Hace tiempo veía este vídeo (en inglés) acerca de cómo se entretienen tres diferentes generaciones, y la verdad es que el corazón se le cae a uno al suelo.
Los dispositivos móviles ¡no son nuestra niñera!
Desafortunadamente, en la sociedad actual hemos permitido que predomine la practicidad sobre al beneficio real. Las madres estamos en ocasiones saturadas y permitimos el uso de la televisión, videojuegos y smartphones como “niñeras”, para entretener a nuestros hijos y para darnos momentos de paz y tranquilidad.
En ocasiones, poner una carga de lavadora más o lograr barrer toda la casa nos hace permitir un uso indiscriminado de las nuevas tecnologías, y se nos olvida —ocupadas en las labores ordinarias, que son tan demandantes— levantar un poco la cara y mirar el tiempo que se nos va como agua. El trabajo en casa nunca acaba, pero el tiempo sí, y la vida de nuestros hijos tiene hoy momentos que se escapan si no los vivimos con ellos en el aquí y el ahora, dándonos un rato para mirarlos de verdad.
Números que abruman
Contabilizar ayuda a hacernos conscientes. Según Cris Rowan, terapeuta ocupacional pediátrica, bióloga y escritora, “Los niños y jóvenes usan 4-5 veces más estos aparatos que la cantidad recomendada, con consecuencias graves y que con frecuencia amenazan su salud y su vida”. Una de las razones por las que se sugiere restringir el uso de dispositivos móviles a niños menores de 12 años es que sus habilidades para relacionarse y prestar atención a lo que sucede frente a sus ojos, se disminuyen en gran manera.
Hay mucho que podemos hacer para reforzar la conexión de los niños de ahora con la naturaleza. Por ejemplo, despegarnos también nosotros de la tecnología y levantar de vez en cuando la cara para mirar sus proezas y logros, mostrarles en un partido de futbol o saltando en un charco las riquezas enormes que trae para el alma redescubrir la naturaleza. ¿Cómo ves?, ¿cuántas horas del día de hoy pasaremos al aire libre?