Libérate de las falsas creencias que lesionan tu autoestima
Aprende a mirarte con compasión ante tus propios errores, con amor ante tus virtudes, y con aceptación de lo que no podrás cambiar.
Diana Cantor Martinez
Angélica es una es una de mis mejores amigas. Una mujer muy inteligente, en su trabajo es considerada por sus jefes una gran estratega y líder. Sin embargo para ella su talento no es más que una casualidad del destino. Siempre que me contaba alguno de sus logros en el trabajo mencionaba frases como “No sé cómo lo logré”, “Es una suerte haber alcanzado ese presupuesto”, “Cualquiera lo hubiera hecho, no es gran cosa”.
Esta forma en que ella se percibía había alcanzado entre otras áreas su parte personal. Siendo una mujer físicamente atractiva, se menospreciaba de manera permanente: “¿Ya te diste cuenta cómo tengo de estropeado el cabello?” “¡No puedo usar falda, mis piernas son fatales!” “¡Me siento ridícula con este vestido, no sé por qué lo elegí para la oficina!” Y así, la lista de afirmaciones autoagrediéndose era interminable. Pese a que yo no era muy consciente de la gravedad de su diálogo, me parecía que era muy dura consigo misma y se criticaba en extremo.
En el más reciente cumpleaños de Angélica, su madre organizó una cena para celebrar. Yo llegué un poco más temprano para ayudar a Angélica con su peinado. Cuando entré a la habitación, vi que tenía sobre su cama cinco o seis vestidos. Empezó a probárselos mientras su madre hacía algún comentario al respecto. Me quedé verdaderamente sorprendida. El diálogo de Angélica no era más que una copia de las palabras de su madre.
¿De dónde vienen esas falsas creencias?
Todas las personas tienen figuras de autoridad, que bien pueden ser sur padres, hermanos, maestros, quienes se encargan de crearle creencias y que a fuerza de repetírselas a sí mismos se convierten en una verdad. Si esas creencias son negativas, la persona termina entonces por creer que es inútil, porque en casa siempre le decían que no servía para nada, y así va estructurando muchas ideas de sí misma, lesionando su autoestima y atrayendo personas y circunstancias que le refuerzan que está en lo cierto.
Pero como diría la doctora Louise L. Hay, la autora del libro “Usted puede sanar su vida”, no estamos aquí para buscar culpables, porque cada una de las personas que le trasmitieron estas creencias, dieron de lo que ellos tenían y que en su momento alguien les transmitió.
¿Cómo enfrentarlas?
Lo primero es identificarlas, la Doctora Louise L. Hay, propone hacer una lista con esas creencias en cada uno de los aspectos de su vida:
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En su parte afectiva y de relaciones, por ejemplo algunas de las creencias erradas en este aspecto pueden ser “es imposible vivir contigo” “contigo es muy difícil hablar” “siempre estás de mal humor”, etcétera.
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En su bienestar financiero.
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En su estado de salud.
Una vez se han identificado las creencias que lesionan su autoestima, deberá cuestionarlas haciéndose preguntas: ¿En qué se funda? ¿Quién se las dijo? ¿En qué momento de su vida se las dijo? ¿Aún tienen validez?
Se sorprenderá de cómo las respuestas le van quitando el peso y el significado que usted por años le ha dado.
¿Cómo abandonarlas?
Repetir de manera constante una afirmación o varias afirmaciones, creer que es cierto y actuar en concordancia a esa creencia, hace que se estructure un modelo mental. Y cambiar esto no es fácil, pero tampoco es imposible.
Para ir eliminando ese patrón mental, será necesario que se vuelva muy consciente de sus pensamientos y de sus afirmaciones y cuando se sorprenda haciendo alguna afirmación negativa mentalmente o en voz alta, deténgase y reemplácela, por una afirmación positiva. Si frente a alguna actividad laboral se sorprende diciendo: “¡Yo no puedo hacer esto!”, deténgase, y diga todo lo contrario: “¡Yo puedo lograrlo!” e inténtelo.
Puede también elaborar una lista de afirmaciones positivas acerca de su aspecto personal, de su situación financiera, de sus cualidades o de su salud, y tenerla siempre a la mano, leerla constantemente de tal manera que poco a poco vaya estructurando su nueva forma de pensar acerca de sí mismo. Para finalizar, es importante anotar que todo este proceso requiere un grado de valoración y aceptación personal, es necesario que aprenda a mirarse a sí mismo; con compasión ante sus propios errores, con amor ante sus cualidades y virtudes y con aceptación de aquello que definitivamente no podrá cambiar.