Llena a tu hijo de confianza para enfrentar las evaluaciones escolares

Muestra a tu hijo tus propios procesos, tus errores y tus aciertos él aprenderá las mejores lecciones de vida de ti.

Emma E. Sánchez

El proceso de evaluación es un paso casi inevitable en la gran mayoría de los modelos y sistemas educativos en el mundo.

Por más que muchos pedagogos, psicólogos, docentes y padres de familia discutamos sobre  lo pertinente,  necesario o no y  hasta las mejoras maneras de lograr el proceso de evaluación, todos  solo logramos coincidimos en dos cosas:

1 Los alumnos requieren de ser evaluados para reconocer sus avances y conocimientos.

2  Los educandos pueden llegar a sufrir mucha ansiedad o estrés durante el proceso de evaluación, especialmente si se trata de exámenes por escrito o por medio de exposiciones abiertas.

Partiendo de estos saberes, hay padres que simplemente colocan a sus hijos en instituciones educativas donde el proceso de evaluación está planteado de tal manera, que el niño no padezca este tipo de preocupaciones.

Normalmente estamos hablando de educación privada y casi siempre, personalizada, resultando por lo regular con costos significativos; esto es el pro. La contra es que las instituciones superiores, las empresas y la vida en general no siempre es tan condescendiente y lo que los niños no aprendieron a manejar en su infancia, la vida adulta se los cobra con creces.

Y por otro lado, está la gran mayoría de padres que tiene a sus hijos en sistemas educativos regulares donde deben presentar exámenes para ser evaluados.

Cabe mencionar que en ambos grupos y más en el segundo, los niños en algún momento de su escolarización y educación experimentarán angustia, ansiedad y estrés, por lo que será recomendable ayudar a tus hijos a sentirse mejor ante un examen, manejar sus emociones, reponerse ante la falla, aprender del error y saber que su valía no radica en un número escrito en un papel.

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Recomendaciones para trabajar  con tus hijos ANTES  del periodo de evaluación:

Estudiar, no solo hacer la tarea

El aprendizaje es un proceso que se logra cuando somos constantes, cuando vamos caminando y procesando la información, desarrollamos las habilidades al practicar, repasar una y otra vez algo, cuando lo aplicamos a la vida diaria o si lo explicamos a alguien más.

Entonces, dedica un tiempo para que tu hijo haga la tarea del día y otro más para  repasar, explicar o practicar lo que ha estado aprendiendo.

Jugar y dormir lo suficiente

Para aprender, los niños necesitan comer de manera saludable, tener una familia que les ama, jugar para socializar y luego dormir para que su mente y músculos se construyan y asimilen lo realizado en el día.

Nunca tapes a los niños de actividades académicas, eso solo trae saturación y agotamiento.

Tener tareas y trabajos al día

El orden exterior siempre produce orden interior. Si tu hijo no tiene su notas en orden,  un lugar para sentarse a trabajar o su libros completos, difícilmente podrán concentrarse y estudiar.

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No dejen para el último día o la noche anterior estudiar para el examen, así no funciona.

Mantener una actitud positiva, un campeón y una meta

En un calendario cerca de su lugar de trabajo marquen la fecha de los exámenes, pongan “caritas felices” todos los días que van pasando o que se entregan tareas y trabajos, esto hace sentir a los niños con confianza de presentar el examen porque están preparados.

Una estampita o palomita cuando el niño ya sabe o domina un tema,  haz todo aquello que le haga sentir confianza, no confiado.

Ayúdale contando historias o experiencias de algún familiar que se haya esforzado y logrado su meta, este tipo de historias inspiran a los niños y les muestran que tras adversidades pueden salir adelante, a ganar con humildad y aceptar con buen ánimo cuando se pierde.

El corazón y la mente de un niño son campo fértil para sembrar las grandes metas de la vida, los valores y las actitudes que pueden hacer la diferencia n su vida, no pierdas la oportunidad de sembrar las mejores semillas en tu hijo para que el futuro pueda tener una gran cosecha.

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Para trabajar el día del examen o la evaluación

Desayunar o tomar algo ligero

Esto es un buen hábito que evitará el estrés en el estómago y el cerebro, recuerda que estarán en medio de un gran esfuerzo.

Escuchar música que levante el ánimo

La música tiene un gran poder sobre nuestro estado de ánimo y el nivel de energía que logramos. De camino a la escuela pon música alegre, llena de energía, canten y diviértanse. Tu hijo llegará a su salón con una dosis de felicidad que hará la diferencia en su examen.

Evita saturarlo de recomendaciones que solo le infunden miedo  o un rechazo a algo que suena tan complicado y difícil.

Creer que eres “el torero”

Mi papá solía decir que para ser un torero lo primero que había que hacer era creer que eres un torero. Ya sé que los niños a lo mejor ya ni siquiera saben qué es un torero, pero lo quiero decirte es que tu hijo debe no solo verse sino sentirse seguro, tranquilo y saberse amado. Todo esto se proyecta y se transmite.

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Enséñale a sentarse derecho, caminar erguido, con la frente en alto y sonreír.

Aunque no lo creas, esto hace una transformación de afuera hacia adentro cerrando el circuito de éxito.

Llevar una prenda o un objeto de confianza o de buena suerte

A los niños tímidos esto les da mucha seguridad. Nada pierdes con intentarlo. Un pequeño broche, un muñequito de peluche, un dije o hasta un lápiz especial puede funcionar.

Para trabajar después de la prueba:

Hacer tu lista de logros

Pueden ser fotos, recuerdos o un corcho en la pared donde tu hijo pueda exhibir todo aquello que ha conquistado con esfuerzo, esto le permitirá recordar que es capaz de lograr lo que se proponga. Completa el cuadro con un frase motivacional, una declaración poderosa y siempre, con su nombre en letras hermosas y grandes.

Elogios sinceros

Pocas cosas hay tan poderosas como un elogio sincero en el momento indicado.  No se trata de llenar a tu hijo de halagos que le hagan perder la perspectiva y nublen su visión, creyéndose merecedor de todo, no, se trata de reconocer todo lo bueno que es y que hace, reconocer su esfuerzo y su capacidad de lograr lo que se proponga.

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Aprender del error

Ya sea que haya obtenido la máxima nota o reprobar el examen, siempre es bueno revisar la prueba para disfrutar y siempre, mantener una actitud positiva ante el error como una forma más de entender y aprender.

Cuando se hace esto , el vocabulario y la actitud que tengas, dejará una impronta indeleble en su mente, así que nada de burlas o comentarios negativos o sarcásticos.

Subir la montaña un paso a la vez

Muestra a tu hijo tus propios procesos, tus errores y tus aciertos él aprenderá las mejores lecciones de vida de ti.

Estoy segura que serás el mejor ejemplo y la mejor maestra.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.