Lo que debes saber para brillar en sociedad
El hombre superior es cortés, pero no rastrero; el hombre vulgar es rastrero, pero no cortés. Confucio
Yordanka Pérez Giraldo
Así de mal andamos que en los tiempos que corren, que creernos de alcurnia, como diría mi abuela, implica mascar chicle como rumiantes, hablar como si tuviéramos una papa en la boca (porque así lo hacen los “fresas”), usar los pantalones enseñando la marca de la ropa interior y presumir cada movimiento en vivo y en directo en las redes sociales. Sin embargo, que todo esto esté de moda, no hace que estas actitudes correspondan a una buena educación. De hecho, todo lo anterior es evidencia del poco conocimiento sobre etiqueta que tenemos hoy día. Por ello, te comparto algunas de las muestras más representativas de lo que NO debemos hacer, si queremos brillar en sociedad.
No saludar
Especialmente los jóvenes pueden tropezar de frente con las personas y no son capaces ni de dar las buenas horas, mucho menos disculparse por la nula muestra de buenos modales.
Tirar basura en las calles
Es cierto que en ocasiones resulta casi imposible encontrar un bote de basura para depositar nuestros desperdicios, pero también es verdad que la mayoría de las personas no se molestan siquiera en buscarlos y optan por tirar en cualquier parte los desechos.
Interrumpir cuando alguien más habla
Si algo no nos parece, somos incapaces ya de exponer nuestro punto de vista con argumentos; en su lugar, dejamos que sea la ira y la impotencia quienes tomen la palabra y hablen por nosotros.
No ser agradecido
La ingratitud es una muestra de falta de humanidad y es también el origen del egoísmo que tanto daña, porque no permite ver más allá de nuestra propia persona.
Hablar con groserías
Leía hace poco que las personas que dicen groserías son las más honestas. Quién sabe, pero una cosa es expresarnos sin filtro, y otra es ir por la vida ofendiendo a los demás con toda la intención de ser grosero e hiriente.
Menospreciar a las demás personas
Uno de los rasgos más evidentes de nuestra poca calidad humana y poca educación, es precisamente la de sentirnos superiores y actuar como si la vida de los demás no valiera nada.
Invadir el espacio de alguien más
Independientemente de que esto sea muestra de mala educación, invadir el espacio vital de alguien puede llevar a poner muy tenso el ambiente y desencadenar situaciones incluso violentas. Hasta los animales saben que esto es algo que no se debe hacer.
No respetar las leyes
Incluso cuando no estemos de acuerdo con muchas, la idea de las leyes es permitir que podamos vivir en sociedad de manera que sean salvaguardados los derechos de la mayoría. No hacerlo conlleva al caos, la violencia y confusión.
Criticar a los demás
Si una crítica no puede ser constructiva, entonces es solo una agresión sin sentido. El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra.
No prestar atención a quien nos habla
Esto es de lo más común actualmente. La tecnología ha secuestrado nuestros ojos y nuestras manos; tal parece que carecemos de la fuerza de voluntad para hacerlos a un lado y mantener una conversación sin terceros incómodos.
Abusar de nuestro poder en perjuicio de los demás
Hace mucho escuché decir que si quieres saber cómo es realmente alguien, le des una macana y una tarjeta de crédito. Debo decir que los ejemplos de cómo el poder corrompe son innumerables, y también un ejemplo claro de la pobre educación de quienes se dejan llevar por la superioridad física, económica y/o social que tienen sobre otros.
Ser educados va más allá de saber que los cubiertos se toman de afuera hacia adentro, que las copas o vasos van del lado derecho del plato o que los codos no deben ir sobre la mesa. La verdadera educación implica la forma en que nos tratamos a nosotros mismos y a los demás, lo que somos capaces de hacer en beneficio de la sociedad e incluso, del mundo en que vivimos.
Y tú, ¿sabes brillar en sociedad?
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