¿Los celos te están matando (y a tu relación)?, 3 pasos para TERMINAR con ellos
No dejas que los celos destruyan tu relación, sigue estos 3 sencillos pasos y conviértete termina con esta situación (todos sentimos celos, sólo hay que saber qué hacer).
Mariel Reimann
De acuerdo con los expertos, los celos pueden ser el arma más letal para una relación y si no aprendes a controlarlos, nunca serás feliz. Todos los seres humanos en la Tierra experimentamos celos, así que no tienes que sentirte mal por querer salir corriendo de tu vida cuando los celos te atacan. Reconocer que los celos son un problema es el primer paso; sigue leyendo y descubre los 3 pasos más sencillos para retomar el control de tu vida.
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Todos experimentamos celos, pero todos somos diferentes a la hora de manejarlos, expresarlos y sentirlos. Mientras hay gente que se está muriendo de celos, pero permanece bajo una (aparente) calma total, hay otras que explotan como una bomba atómica ni bien nuestro enemigo número uno asoma su nariz. Sin importar en qué grupo estés, ninguno de los dos extremos es bueno, el secreto yace en erradicarlos.
¿Cómo lograrlo?
1. Reconoce el sentimiento y la situación
Como en todo mal hábito, el primer paso es identificarlos. Los celos provienen de tu inseguridad, y es fácil confundirlos con otras emociones. Lo primero que debes hacer luego de preguntarte si lo que estás sintiendo son celos (y has respondido afirmativamente), es analizar la situación.
Pregúntate qué es lo que te está haciendo sentir así y verás que en el 99.99 por ciento de los casos tu respuesta tendrá más que ver contigo comparándote a otra persona o situación, que con el comportamiento real de tu pareja. La madre de los celos es tu falta de seguridad, y la única persona que puede modificar esto, es tú mismo.
2. Trabaja con tus inseguridades
La inseguridad es el sentimiento más frustrante que hay, y si no trabajas en hacerla desaparecer, nunca serás feliz, ni siquiera si tú y tu pareja vivieran en una isla en la que ustedes son los únicos habitantes (te pondrías celoso del tiempo que tu pareja pasa lejos de ti, o de que disfruta más de la tranquilidad de la isla que de tu compañía).
Según los expertos, “sólo un pequeño porcentaje de los celos provienen de una situación justificada, pero en su mayoría, nacen con tus inseguridades y crecen por la falta de comunicación”.
Tú falta de seguridad, increíblemente tiene que ver con tu necesidad de control, por eso cada vez que ves a tu pareja hablando con otra persona o sonriendo, o saludando a una amiga o amigo, los celos te vuelven loco. Sientes que si tu pareja le presta atención a otra persona (que puede ser incluso su propia madre) tú vas a perder el control y te estás arriesgando a perderlo, y es en ese preciso momento cuando los celos te traicionan y en tu intento por volver a tomar el timón, reaccionas mal, discutes, lloras, haces falsas acusaciones y tiras todo por la borda.
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El secreto para evitar esto es simple: Detente, respira profundo, piensa, analiza a tu favor (mírate a ti mismo y date el valor que te mereces) y asimila que, como decía mi abuela: “Si alguien es para ti, será para ti, y si no lo es, no importa lo que hagas, nunca lo será”. Es importante que sepas que el amor no es una cárcel (si lo es, tu relación tiene los días contados), cuanto más libertad y confianza deposites en la otra persona, más posibilidades tienes de que nunca se aleje de ti. Por el contrario, cuanto más aprietes y más sofoques, más probable es que te quedes solo.
Verás que cuanta más rienda des, más seguro de ti mismo te vas a sentir, y tendrás más posibilidades de que tú y tu pareja sean realmente felices (recuerda que el que quiere ser infiel, va a encontrar la forma por más que tú creas que lo tienes todo bajo control. El que no, no lo hará por más que lo dejes cien por ciento libre). Relájate y enfócate en lo positivo, en el momento y en la confianza, al principio te va a costar, pero con el tiempo, te saldrá tan naturalmente como los celos te fluyen hoy.
3. Hagas lo que hagas, NO reacciones impulsivamente
A lo largo y ancho de la historia, las decisiones basadas en impulsos nunca (con énfasis en nunca) han traído buenas consecuencias, y tampoco lo harán en tu vida. Te asombrarías al saber que cuando los celos te atacan lo único que tienes que hacer es respirar profundo, pero profundo al menos diez veces, pensando sólo en tu respiración, y la rabia, miedo, impotencia, se irá disipando. Concéntrate en que tú no necesitas el control porque confías en que las cosas saldrán de la mejor manera para los dos. Y sí, el sólo hecho de pensar en no controlar una situación y dejarla en manos del “destino” te aterra, y por eso es justamente que tienes que trabajar con estos sentimientos que sólo te producen estrés, dolor, incertidumbre, y lo peor, que sólo te pueden llevar a un final: Que tu pareja se canse de ti y que la relación se termine.
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Como dice la canción de Ricardo Arjona los celos son: ‘traviesos … es mitad falta de sesos y mitad inseguridad’, los celos te bloquean la habilidad de pensar con claridad (mitad falta de sesos) y sentir que pierdes el control de la situación y que si no haces algo de inmediato lo perderás (mitad inseguridad). Por eso, PARA, RESPIRA, ANALIZA, IDENTIFICA LOS CELOS Y LA SITUACIÓN, NO REACCIONES, DA SOGA Y CONFÍA (alguien más poderoso que tú también quiere que seas feliz).