Los conflictos son el pan de cada día. Aprende a resolverlos sin herir a tu familia

Cuida siempre que tu comunicación con tus seres queridos sea guiada por el amor y el respeto. Los conflictos son el pan de cada día. Aprende a resolverlos sin herir a tu familia.

Diana Cantor Martinez

Adriana, una chica joven, de unos 19 o 20 años, muy fría en su trato, trabajaba como asesora de servicios en un compañía de telecomunicaciones, de la cual yo era cliente. Una tarde me acerqué para hacer una reclamación por un servicio, y noté que ella había llorado. Mientras me atendía empezamos a hablar, y para mi sorpresa poco a poco fue aflorando una mujer muy frágil y dulce.

Adriana era hija única, vivía aún en casa de sus padres. Sin más ni más me abrió su corazón para contarme que estaba verdaderamente desesperada por la situación que había en su hogar: sus padres pasaban temporadas sin hablarse entre ellos, y ella siempre estaba en medio, escuchando las quejas de uno y de otra. Me contó cómo en ocasiones llegaron a agredirse verbalmente. Sostenían discusiones en las que Adriana se enteró de cosas que consideraba solo le concernían a sus padres.

Me decía: “Mi madre tiene una excelente memoria, nunca olvida todas las ofensas que le hace mi padre y en cada discusión se las recuerda”. Y concluyó: “Se han herido tanto que no creo que eso tenga solución, solo espero que pronto llegue el momento en que pueda marcharme y tener paz”.

La situación de Adriana es la de muchas personas que independiente del rol que tengan en casa: padres, madres, esposos, hijos, llegan a un punto tal de desesperanza ante la imposibilidad de afrontar los conflictos y las diferencias de manera sana y respetuosa; imposibilidad que en muchas ocasiones conduce al divorcio o a la disolución no fraternal de la familia.

Cómo afrontar asertivamente las diferencias

Las diferencias son parte implícita de las relaciones y pueden llegar a generar situaciones tensas; sin embargo, aprender a manejar esos momentos de tensión y desacuerdo puede evitar conflictos mayores, y en especial ocasionar heridas profundas e irreversibles a nuestros seres queridos. Aprende cómo afrontar con asertividad las diferencias:

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Busca el momento adecuado

Cuando se trata de zanjar diferencias, parece que ningún momento es el apropiado, pero, como regla, debes evitar hablar de un tema sensible:

  • Cuando te encuentres molesto o irritado.

  • Frente a personas ajenas a tu núcleo familiar, e incluso en presencia de tus hijos; por ejemplo, cuando el tema solo se relaciona con algo que compete a tu relación de pareja.

  • Deben buscarse el espacio y la hora adecuados, pues no vendría bien intentar resolver un conflicto a punto de irse al trabajo o estando de compras en el supermercado.

Concéntrate en el problema actual

A la hora de resolver un conflicto, esto es clave: mantente centrado en el problema actual, evitando traer situaciones del pasado o haciendo alusión a otros desacuerdos.

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Cuida la forma en que dices las cosas

La inteligencia emocional tiene mucho que ver con este tema especialmente: aprende a controlar tus emociones, evitando dejarte llevar por los impulsos; piensa siempre en las consecuencias, no uses palabras soeces y no ofendas. Si sientes que la situación se está saliendo de control, propón dejar la conversación para otro momento. Si tu esposa, esposo o hijos, se mantienen en su posición de discordia, retírate con tranquilidad y aclara que será mejor resolverlo después.

En este otro artículo puedes leer acerca de cómo mejorar la comunicación con tu familia, http://familias.com/cuando-hables-con-tu-familia-escucha-lo-que-te-dicen-con-la-mirada

Tu actitud en una situación tensa puede marcar la diferencia, incluso puedes lograr que tu ser querido se tranquilice y baje la guardia. Cuida siempre que tu comunicación con tus seres queridos esté guiada por el amor y el respeto.

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Diana Cantor Martinez

Hay un momento de la vida en que descubrimos que necesitamos un cambio para poder avanzar y crecer reconoce el momento y no pierdas la oportunidad.