Los expertos recomiendan: sin celular hasta los 12 años y sin WhatsApp hasta los 16
Hay un tiempo para todo. Cuando pasen los años habrás notado que perdiste los mejores años junto a él. Hagamos algo para recuperar a nuestros hijos, ahora.
Emma E. Sánchez
Si este artículo te ha llamado la atención, tal vez quiere decir que has estado observando a tu alrededor o en tu propia casa niños pequeños con celulares, o tú estás dudando en comprar o regalar uno a tu hijo o un familiar. Pero las distintas opiniones te han hecho buscar más información y deseas tomar una decisión correcta; entonces, te felicito, pues dar un celular a un menor es un regalo de “dos filos” y uno de ellos, por cierto, muy peligroso.
Según la Asociación Americana de Pediatría (AAP), los bebés y niños pequeños no deberían estar expuestos a las pantallas. Repasaremos aquí algunos conceptos acerca del uso de la tecnología en menores de edad, según los expertos.
Ver pantallas antes de los 18 meses
¿Te has puesto a pensar cuánto tiempo puede llegar a pasar un niño viendo una pantalla? Hay casas donde tan pronto se despiertan, encienden la TV, o más aún: la TV se enciende para que la familia se ponga de pie.
Luego, los niños ven TV mientras desayunan y juegan, o ven un programa en una tableta mientras van al colegio; ahí puede ser que también tengan tabletas o pizarrones inteligentes inclusive desde el preescolar. Regresan a casa nuevamente con una tableta en las manos, y así hasta que se van a dormir “leyendo” un cuento en el celular de su mamá.
Se dice que un niño menor de 3 años puede llegar a ver una pantalla hasta 6 horas al día ¡eso es inaudito!
Entre más pase un niño frente a una pantalla, menos tiempo dedica a desarrollar habilidades motoras, dejando también de lado su desarrollo social y emocional. Al tener menos movimiento físico también compromete su salud, pues los niños con estas características tienden a ganar más peso que aquellos que salen a jugar.
Ver programas con contenido de alta calidad (en todo sentido) entre los 18 y 24 meses
A partir de los 18 meses es casi imposible que un pequeño no vea la TV, se requiere en verdad de un gran compromiso de los padres paralograrlo; es difícil, pero se puede. Sin embargo, si te das por vencida recuerda estas dos reglas: no más de 30 minutos al día frente a la pantalla y, sobre todo, que lo que vea tu hijo sea de una gran calidad.
Imagina esto: Tu bebé está en el mejor momento de aprendizaje de toda su vida, lo que pongas frente a él, lo guardará sin filtro en su mente y su corazón; sabiendo esto, ¿qué te gustaría que aprendiera? ¿Violencia? ¿Malas palabras? ¿Comportamientos vulgares para que los imite? Seguramente no. Entonces verifica que lo que llegue a tu hijo sea de lo mejor que quieras lleve toda su vida con él.
La canción de cuna de tu madre, los cuentos clásicos, música, rimas tradicionales, juegos lógicos, inclusive puedes comenzar a enseñarle a leer.
Ver programas con contenido de alta calidad máximo una hora al día, entre los 2 y 5 años
En esta etapa de vida solo cambia la cantidad de tiempo que un niño debe pasar frente a una pantalla, la calidad de los contenidos no cambia. Evita programas basura, recuerda: No porque sea popular significa que es correcto.
A partir de los 6 años equilibrar actividades
Arte, deporte, escuela, deberes en casa, tiempo de juego libre, tiempo en familia, tareas, actividades sociales, de esparcimiento y hasta religiosas deben estar en equilibrio por la salud emocional del niño y de la familia en general.
Esperar hasta los 12 años para tener un teléfono celular
Y uno simple, sencillo y de preferencia que no se conecte a internet. Sí, así de claro. No caigas en la trampa, ningún niño en educación primaria requiere un aparato de estos. Si lo usa, es para estar en comunicación con sus padres por motivos de una salida escolar o con amigos, pero nada más. La necesidad a satisfacer es estar comunicados, nada más.
No caigas en la trampa de que lo necesita para tareas, infórmate directamente con sus profesores. Puedes poner metas para lograr tener uno, pero por ninguna razón es prudente darle el último modelo, eso es ¡terrible! En esa edad los niños no saben el valor de las cosas, no han trabajado por ello y será muy fácil que lo pierdan o se los roben.
Está de más volver a repetir que el uso desmedido de aparatos digitales en estas edades pueden provocar alteraciones cognitivas, como déficit de atención, problemas de memoria, distracción, aumento en la impulsividad falta de auto control, ansiedad, sobre peso y problemas de conducta o socialización.
Esperar hasta los 16 para usar WhatsApp
La adolescencia es la etapa más crítica para los muchachos pues es aquí donde se inician los problemas de adicción o dependencia a los aparatos, el cyber acoso, bulling, sexting o grooming, todas estas, terribles y penosas acciones que puedes destrozar a cualquier adolescente.
Tener acceso a este tipo de plataformas de comunicación, les abre un espacio infinito de posibilidades de contactar o ser contactados por cualquiera, inclusive pederastas y acosadores.
Si antes de esta edad, tu hijo requiere estar en una plataforma como esta por “tareas”, ofrece tu número.
Si los chicos ya usan este tipo de aplicaciones es requisito que estés frecuentemente revisando, la privacidad se gana, esa es la regla.
Habla con tus hijos sobre “los retos”, el robo de información y todos los peligros que corren, enséñales a ser cautos, a no compartir fotos inapropiadas pues es un delito y no tomarlas. Nada que se elimine se borra del Internet, siempre se queda ahí.
Explícales las consecuencias de sus actos y decisiones.
Algunos padres descargan en su computadora la aplicación de WhatsApp de sus hijos y desde ahí pueden monitorear conversaciones.
La clave del Internet puede ser compartida según terminen sus labores o cumplan sus metas, tú eres el adulto, tú estás a cargo y tú puedes tomar las mejores decisiones para tus hijos.
Tener la mayoría de edad para usar las distintas redes sociales
Y al final llega un día en que solo nos queda confiar en lo que les hemos enseñado y dejar que ellos hagan lo correcto, que tomen decisiones y asuman sus consecuencias. Hay cosas que están fuera de nuestras manos evitar, solo nos queda enseñar y educar, luego aprender a confiar.
Mientras esa edad llega, no seas tú el eslabón débil que permita, solape o fomente hacer cosas fuera de su edad. Para todo hay un tiempo, no hay prisas.
Y el último gran consejo: