Los hombres, ¿se sienten perdedores?
¿Por qué muchos hombres se sienten perdedores? Conectarnos desde un vínculo de respeto y amor puede acercarnos a la respuesta.
Danitza Covarrubias
Poco hemos escuchado hablar a los hombres de sus emociones, especialmente si estas se refieren a dificultades en sus vidas. Muchas veces criticamos a los hombres. Vemos hombres tomando alcohol, o aislados, adictos al juego, o rudos y fríos. Pero, ¿nos hemos intentado poner en sus zapatos?
Algunos de los temas por los que pudieran estar atravesando son los siguientes:
Dificultades laborales/económicas
En general, aún es esperado que el hombre sostenga económicamente a una familia; que gane más dinero que su pareja -si es que trabaja. Esta es una presión enorme.
Sostener a una familia con todas sus necesidades económicas en estos tiempos es una tarea casi imposible. Sin embargo, puede ser que estén sosteniendo una bomba en sus manos con los gastos sin emitir palabra de ello. Es prácticamente imposible para algunos pedir ayuda.
Dificultades sociales
Algunos hombres se viven exigidos en el tema laboral, y en el tema de ser popular, como los animales machos alfa, que deben ser líderes de manada. Sin embargo, algunos tienen otro tipo de características o vivencias. No les gusta este tipo de exigencia. Esto a veces les hace cuestionarse su hombría.
Incluso, puede dificultarles la convivencia con otros hombres o incluso mujeres. Especialmente cuando están en grupos sociales convencionales donde “deberían de” como hombres. Y esto puede variar en las diferentes exigencias sociales que se les da, como beber, o jugar, o ser conquistadores de mujeres, y un gran etcétera.
Dificultades emocionales
Una de las razones principales de las críticas que he escuchado contra los hombres ha sido su poca capacidad a hablar o escuchar respecto a lo emocional. Sin embargo, es el silencio al cual deben de adherirse porque es lo socialmente esperado, lo que les dificulta hacerlo.
“Los hombres no se quejan, no lloran”, se dice coloquialmente. “Los hombres deben ser fuertes, deben proteger a sus seres queridos” se les exige. Y se les condena a sufrir en silencio, donde no es válido que un hombre sienta. La alegría también les es negada. “No te rías así, pareces niña escandalosa” escuché cómo regañaban a un niño.
Pareciera que lo único que les es medianamente permitido es enojarse, para defender territorios o a personas. Pero, ¿entonces no sienten todo lo demás? Por supuesto que sí. Sin embargo, los parámetros del significado de masculinidad no les da espacio para sentir.
De hecho, las afecciones a los hombres suelen ser más fulminantes, puesto que acumulan demasiado. Por ejemplo un suicidio, o un infarto. Es por esto importante empezar a prestar oídos, corazón y mirada a lo que puediaran vivir calladamente los hombres.
Dificultades “sexuales”
Como dije anteriormente, el ser un “conquistador” puede ser una de las exigencias a los hombres. Sin embargo, algunos no comulgan con estas ideas. Conciben su sexualidad de otra manera, pero la presión social de que deben ejercer la masculinidad de manera convencionalmente concebida, es mucha.
Esto puede tener repercusiones severas en su autoestima, y en la capacidad de vincularse a personas que sean de su interés. También, si recibe lo que ahora se conoce como “bullying”, podría tener dificultades sexuales.
Dificultades en nuevos roles como la paternidad
Los estereotipos del hombre no incluyen aspectos que son fundamentales en el cuidado de otro ser vivo. Tales como la ternura, la empatía, la gentileza. Poder afrontar el cuidado de un bebé en el caso de la paternidad, o de los ancianos -abuelos o padres en edad mayor-, requiere de estas destrezas, que en general le eran negadas a los niños, y no podían desarrollar.
“Jugar con muñecas es para niñas”, decían. Y a veces también se les obligaba a tener actos crueles con los animales para demostrar su hombría. Todo esto contraviene cuando se trata de cuidar a otro ser. Estos roles y otros tantos pueden dificultarse a los varones cuando se enfrentan a esos desafíos.
Reflexionemos
Es evidente que los tiempos están cambiando, y que no es ahora tan drástico como lo era antes. Sin embargo, aún quedan vestigios sutiles de todos estos mensajes que impiden a los hombres desarrollarse completamente. Es importante empezar a detectarlos en nosotros mismos.
Esas creencias, ideas, dichos que a veces lanzamos a nuestros seres queridos masculinos. Hermanos, amigos, hijos, pareja, incluso a nuestro padre. ¿Cuántas relaciones tenemos con los hombres alrededor que aún se ven afectadas por estas ideas que no nos damos cuenta tenemos?
En resumen, la autoimagen del hombre puede decaer fácilmente, y así su autoestima, su autoimagen. Es por esto necesario volver a cuestionarse, cuál es el significado de ser hombre. Cuál es nuestra vivencia con los hombres. Qué quisiéramos generar y tratarnos, y tratar a los demás diferente. Poder hacer el cambio por dentro en estos días, para poder hacerlo hacia afuera en nuestras relaciones interpersonales.
Volver a tratarnos con esa apertura de la vivencia del otro. Finalmente, lo esencial, es ser un ser humano, conectado consigo mismo, y con el mundo. Conectarnos desde un vínculo de respeto y amor.