Los padres que creen en sus hijos, crían niños con fe en sí mismos

El amor propio en los niños se genera cuando los padres ayudan a sus hijos a creer en sus propias capacidades.

Erika Patricia Otero

Si hay algo que tiene una fuerte repercusión en la vida de todo ser humano, es la manera en cómo fue criado.

Estamos rodeados de todo tipo de personas que son el reflejo de la crianza que recibieron. Si alguien fue criado con amor o rudeza, se notará por sus gestos y su trato a los demás. De igual manera, cuando una persona confía en sí misma, se lo debe a la crianza que recibió.

Son los padres los que ponen las bases de la confianza en sus hijos. Cuando moldean con confianza las habilidades de sus niños, verán a mediano plazo los resultados de su crianza. Además, es importante el ejemplo que los niños reciben en su casa; la razón es que las personas atendemos más al ejemplo que a los consejos. Por esto, un niño que ve que sus padres lo alientan a alcanzar sus metas, de a poco desarrollará autoconfianza. A la larga, de esto depende el éxito o fracaso de una persona.

El importante papel del aprendizaje autorregulado en la confianza de los niños

El aprendizaje autorregulado implica la participación directa de los niños en su aprendizaje. Es decir, el niño elige las estrategias que le ayudarán a aprender más efectivamente. Esto le ayuda a tener control de sus emociones; además de ayudarle a tener más confianza en sus elecciones y metas. Un niño que sabe reconocer qué método le ayuda a aprender más rápido, se frustra menos y sufre menos.

Ahora, cuando los niños saben manejar sus emociones, tienen muchas más posibilidades de alcanzar el éxito académico. La razón es que confían en sus habilidades y en su proceso de aprendizaje; a causa de esto no ven los estudios como un monstruo, sino como la vía para lograr sus sueños.

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Lo interesante es que el niño se hace hábil en reconocer sus fortalezas y debilidades. Esto le ayuda a lidiar con la frustración de no poder concentrarse, entender un tema o no poder solucionar un problema.

Básicamente, lo que hacen los padres es mostrarle al niño que confían en sus capacidades para aprender a su ritmo; sin ejercer presión y sin castigar.

Lógicamente, los padres no van a dejar a sus hijos a la deriva. Ellos necesitan de la guía paterna para que sepan elegir el método que mejor les sirva para aprender. Como ves, este tipo de educación requiere una vigilancia constante para encaminar, no para controlar.

Cómo se puede fomentar la autoconfianza en los niños

Lo primero es saber que los niños son eso: niños. Están en un proceso de recopilación de información que los formará para su vida futura. Es justo por esto que necesitan el mejor ejemplo que puedan recibir de sus padres.

Cuando un niño ve que sus padres usan cierto tipo de estrategias para alcanzar una meta, estarán más tentados a seguir sus pasos. Por ejemplo, un niño que ve que sus padres ahorran para comprar algo, posiblemente sigan este ejemplo.

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En realidad, fomentar una buena confianza en los niños es bastante fácil; acá van algunos métodos efectivos.

Permíteles elegir

Desde la ropa que quiere usar, así como lo que desea comer cuando salen a pasear. Obviamente necesitará algo de guía, pero esto no es igual a la imposición.

Hacerles halagos

Decirle al niño que esa ropa o ese corte de cabello le queda bonito, alimenta su amor propio. Decirle que ese dibujo le quedo genial, que la tarea está bien hecha, le ayuda a creer en sus capacidades.

Guiarlos para que no le resten importancia a lo que sienten o piensan

Los niños deben saber que lo que piensan y sienten es importante. Deben comprender que la forma cómo se sienten, es el reflejo de cómo se comportan y tratan a los demás.

Esto les ayudará a saber que la forma como son tratados es una respuesta de su actitud ante los demás.

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Alimenta un buen autoconcepto

Esto se consigue corrigiendo sus pensamientos y comentarios negativos sobre ellos mismos. También se logra cuando admiras sus habilidades y capacidades en diferentes áreas.

No comparar ni ridiculizar

En algunas familias es muy habitual comparar a los hermanos. Esto es un gran error porque genera sentimientos de rabia y competencia innecesaria entre hermanos.

Los niños son diferentes y tienen habilidades y capacidades diferentes; por esto, es absurdo compararlos. Ridiculizarlos porque se cayeron o porque no les fue bien en algo también genera mucha inseguridad. Además, logra el efecto contrario a lo que se busca con estas acciones y arruinas su amor propio.

Ayúdale a lidiar con la frustración y enséñale a sentirse felices de sus logros.

Muéstrale que es parte importante de la familia.

No lo sobreprotejas, en su lugar, ayúdalo a hacer amigos y a tratarlos de la manera justa y correcta.

Sé tú un buen ejemplo de la persona que deseas que tu hijo sea.

Alimenta su creatividad incentivándolo en actividades que impliquen imaginar e idear cosas.

Ayúdale a marcar metas y a ser más autónomos.

Criar a niños que creen en sus propias capacidades es realmente muy fácil. Solo tienes que comprender que tú eres su ejemplo más cercano del adulto que deseas que él o ella sean.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.