Madre recoge a su hijo de la guardería y las marcas en su cara y cuerpo hacen que llame a la policía
Señales de que tus hijos no están recibiendo el cuidado en el que tú confiaste.
Mariel Reimann
Según lo reportado por OK Diario el caso cobró la atención del público luego de que esta madre de Monterrey, México denunciara lo que le sucedió a su hijito de 1 año y 2 meses mientras se encontraba en una guardería en la que lo cuidaban mientras su madre trabajaba.
¿Qué sucedió?
La Guardería Mayito, localizada en la Colonia Constituyentes de Querétaro fue, según lo reportado por la misma fuente, y al parecer, luego de que la madre lo retirara del establecimiento, el pequeño se quejaba de dolor en el cuerpo, pero no fue hasta que su madre lo revisó que se dio cuenta de que presentaba numerosas marcas de lo que parecían mordiscones.
El niño tuvo que recibir atención médica.
La guardería enfrenta una investigación
La mujer hizo lo correcto denunciando el hecho a las autoridades, quienes ahora se encuentran investigando los detalles de lo sucedido.
La guardería habría respondido que los mordiscones eran el resultado del comportamiento de otro de los niños que ellos tienen bajo su cuidado y que no se trataba de un hecho aislado; el niño ‘responsable’, sería un reincidente.
La ‘justificación’ dada por la guardería no generó satisfacción en la familia del pequeño ya que consideran que deberían haber tomado otras medidas para remediar el hecho antes de que haya más niños lastimados.
Señales a tener en cuenta para saber si tus hijos están siendo abusados cuando no pueden contarte por sí mismos
De acuerdo a los expertos, hay varias señales que como padres debemos tener en cuenta y no dejar pasar por alto a la hora de confiar el cuidado de nuestros hijos a una institución o a alguien más.
1. Cambios en su comportamiento
Una de las primeras señales se reflejan en los cambios bruscos emocionales en los pequeños. Cuanto más pequeños son, el llanto y la risa, son sus mayores herramientas para dejarte saber lo que sienten.
Si notas que llora más de lo normal o que trata de aislarse, son dos señales claras de que algo lo atemoriza y es tu asignación averiguar qué.
2. Demuestra miedo hacia un lugar o persona
Muchos padres en nuestro afán de llegar a tiempo al trabajo o de cumplir con nuestras responsabilidades pasamos por alto el rechazo que nuestros pequeños comienzan a mostrar por el lugar o persona que los cuida, sin embargo, es bueno que analices los por qué y busques un lugar alternativo (como los abuelos o alguien con quien tú sabes que estarán a salvo) para ver si eso le quita el miedo; así sabrás si el problema estaba en esa guardería o persona.
3. Marcas, moretones o dolor
En el caso citado, y según lo reportado, el niño se habría quejado de dolor antes de que su madre notara los mordiscones. Revísalo cada vez que lo retires del lugar en el que lo cuida y presta atención a su comportamiento, recuerda que no todos lo maltratos, necesariamente dejan marcas en la piel.
4. Regresión en su comportamiento
Muchos niños regresan a comportamientos anteriores, como chiparse el dedo, gatear o hacerse del baño como un mecanismo de defensa, cuando están siendo maltratados o abusados por alguien.
5. Pesadillas
Recuerda que el cerebro del ser humano está diseñado para sobrevivir, así que hará lo que tenga que hacer para protegerte. En los casos de abuso y malos tratos, no es anormal que la mente de un menor lo bloqueé para poder sobrellevar la terrible situación por la que está pasando.
Sin embargo, cuando duermen, el que actúa es el subconsciente, por lo tanto el incremento de pesadillas puede estar diciéndote que algo está mal con tus niños.
6. Confía en tus instintos de madre o padre
Nadie tiene una conexión más profunda con tus hijos que tú. Tus instintos no son algo sugestivos, está diseñado para mantenerlos a salvo y para ‘olfatear’ el peligro; confía en lo que te dice tu yo interior y recuerda que siempre, y en especial con nuestros hijos, prevenir es mejor que curar.
Mariel Reimann
Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.
