Malas madres, buenas madres: cuando eres la bruja del cuento

Conoce las formas en las cuales una madre se convierte en "mala" para sus hijos. Transforma esa idea negativa en experiencias positivas.

Adriana Acosta Bujan

La maternidad cambia a cualquier mujer, las que son afortunadas de tener hijos entienden a qué me refiero. Cuando nos convertimos en madres nuestro mundo gira alrededor de nuestros hijos, desde que amanece hasta que anochece pensamos en ellos. No importa cuán pequeños o grandes sean, siempre una madre se preocupará por el bienestar de sus hijos.

Somos capaces de dar la vida por ellos si fuera necesario, ya que nuestro amor es indescriptible, maravilloso e incondicional. Sin embargo, en ocasiones nos podemos convertir en las villanas de la película, porque no dejamos que ellos hagan lo que quieran.

Ahora bien, es lógico que cuando nuestros hijos son pequeños se acostumbren a escuchar la palabra “No”, “No hagas eso”, “No subas al árbol”, “No te mojes”. En esos momentos somos “malas madres”, ya que por su inmadurez no logran comprender que esas prohibiciones son pensadas en su bienestar.

Cuando los hijos crecen aún seremos “malas madres”, pero en estos casos las prohibiciones son distintas “No juegas hasta que termines tu tarea”, “No saldrás hasta que termines de limpiar tu cuarto”, etcétera.

Por fortuna, cuando los hijos son adultos, por fin entenderán los motivos y razones por las cuales nos habíamos convertido de las malas de su cuento.

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Malas madres, buenas madres

¿Qué comportamientos nos hacen ser “malas madres” ante los ojos de nuestros hijos? ¿Cómo poder cambiar esa idea de ser la bruja del cuento?,

1. No darles todo lo que quieran

Algunas madres cometen el error de darles todo lo que quieran a sus hijos con tal de evitar un berrinche o una rabieta. Incluso muchas madres dejan que niños muy pequeños jueguen con el celular, con tal de que no lloren.

Una “mala madre” por ningún motivo o razón permite que sus hijos las controlen, manipulen o chantajeen. Ellas son firmes en sus prohibiciones y no sienten culpa por negarles las cosas que piden sus hijos, porque saben perfectamente que no tienen la suficiente madurez para cuidarse por sí solos.

2. Imponer horarios

La mayoría de los niños desean dormirse muy tarde, ya sea jugando o viendo alguna película, pues aún no cuentan con el sentido de la responsabilidad.

En este caso las madres nos convertimos en “malas” cuando les asignamos horarios a nuestros hijos. Siempre hay horarios para todo: para despertarse, comer, hacer la tarea, jugar, limpiar el cuarto, asearse, o dormir.

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Y esto lo hacemos para que nuestros hijos aprendan fácilmente por medio de una rutina y formen buenos hábitos que les ayudarán cuando sean mayores.

3. Dulces o comida chatarra

Una de las cosas que nos inquietan como madres es cuidar la salud física de nuestros hijos. Desde que son muy pequeños debemos enseñarles la mejor manera de alimentarse para evitar enfermedades futuras.

Nos convertimos en “malas madres” cuando no dejamos que los hijos coman mucha azúcar, comidas grasosas o en general alimentos nada nutritivos.

Claro que en ocasiones especiales dejamos a nuestros hijos alimentarse con comida chatarra, pero evitamos hacerlo costumbre por el bien de ellos.

4. Cumplir con las responsabilidades

“Eres mala, porque no me dejas jugar”, esta frase la escuché muchas veces, pero al final sé que mi hijo aprendió el sentido de la responsabilidad.

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Nos convertimos en “malas madres” cuando establecemos reglas y límites a nuestros hijos, cuando delegamos responsabilidades y los obligamos de una u otra manera a cumplirlas.

Por lo general, siempre utilizamos las recompensas para todo, con tal de que ellos aprendan a hacer lo que se les pide.

Ser “mala madre” ante sus ojos, en este punto, no tiene por qué hacernos sentir culpables; al contrario, si sigues siendo la mala del cuento podrás observar que tu hijo será exitoso cuando sea adulto.

5. Ser empático

Lograr que los niños compartan lo que tienen, que piensen en las personas que están a su alrededor y que ayuden sin recibir nada a cambio, no es nada sencillo.

Seremos “malas madres” cuando les enseñamos a tener comportamientos altruistas o empáticos, sin embargo, sabemos que es fundamental que nuestros hijos lo aprendan, porque de esa forma mantendrán buenas relaciones sociales al ser adultos.

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En este punto también cabe mencionar los buenos modales; es importante enseñarles a decir gracias, por favor o pedir disculpas. Incluso enseñarles a saludar, a sentarse correctamente, a no levantarse de la mesa hasta que todos hayan terminado de comer, son cosas que nos hacen parecer como las brujas del cuento.

Lenguaje positivo

Ahora bien, podemos volver a ser las reinas del cuento de nuestros hijos cuando aprendamos a utilizar frases positivas, evitar decir “no” todo el tiempo y porque sí, y explicarles las razones por las que prohibimos u obligamos a hacer algo que no quieren hacer.

Recuerda nunca subestimar la capacidad intelectual de tus hijos, si tú les explicas los motivos, ellos lograrán entender y comprenderte.  

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.