Malcría a tus hijos y te arrepentirás toda la vida
Cría hijos educados y serán adultos felices.
Erika Patricia Otero
Criar hijos buenos es un reto diario. La realidad es que ninguna persona tiene idea de cómo educar a sus pequeños; en estos menesteres todos hacemos lo que podemos.
Muchas personas optan por educar a sus hijos tal y como los educaron a ellos. Mientras tanto, otros eligen criar a sus pequeños de manera diferente; la razón es que no están de acuerdo con la manera en cómo los educaron a ellos. Sea como sea, todos los padres cometen errores con sus niños, sin importar cuántos tengan.
Otra cosa interesante respecto a la crianza es que cada hijo que se tiene, debe ser educado de manera distinta. La razón es simple: al ser diferentes, exigen ser criados de distinta manera según sus necesidades.
En el transcurso de ese descubrimiento, los padres cometen muchos errores. Algunos de estos son fatales, tanto, que llevan a los hijos a enfrentarse y sentir envidia. Al final, todos estos fallos terminan por “pasar factura” a la familia y distanciarlos.
No tengo la más mínima intención de criticar la manera en la que crías a tus hijos; solo deseo resaltar algunas señales que muestran que estás malcriando a tus hijos por desconocimiento. Esto lo hago porque pienso que jamás es tarde llevar a los hijos por una buena senda.
1 Sienten envidia de uno de sus hermanos
No es normal que entre hijos haya envidia. Si entre tus pequeños esto está ocurriendo, es que estás tratando a uno de ellos de manera preferencial.
Muchas veces los padres benefician a uno de sus hijos; las razones son diversas, desde creer que es el más débil, enfermo o porque es el pequeño.
La situación es que tus niños se van a dar cuenta de ese trato especial y van a resentirse. No solo van a sentir envidia, van a competir de manera descarnada por un poco de atención. A la larga, la relación entre hermanos va a estar dictaminada por la distancia y los enfrentamientos. ¿Quieres esto para ellos?
Además, es injusto para tus otros chiquillos que trates mejor a uno porque “crees” que te necesita más. Nada justifica un trato especial a uno de los hijos y que esto les quite atención a los otros.
2 Son amables con los demás, pero no contigo
El respeto empieza por casa, lo mismo que el amor. No se puede pretender ser luz de la calle y tinieblas del hogar; sin embargo, pasa que muchos hijos son muy amables con las personas extrañas, pero con sus padres no lo son.
La razón es que da por hecho que los padres tienen la obligación de proporcionarle todo lo que desee; no es así. Si es amable con otras personas, también lo debe ser contigo.
Es simple, solo corrígelo cuando le des algo que quiere y no sea agradecido. Si no agradece en reiteradas ocasiones, entonces es hora que hables con él y que empiece a servirse él mismo.
3 Pataletas
Son el resultado de complacer todos sus caprichos.
Un niño debe aprender a tener autocontrol. Si le dices que en ese momento no obtendrá un dulce, helado o juguete, debe entender que así será. Por las razones que sea, no debe cuestionar tu negativa. Debes ser consistente, aunque se te parta el corazón.
Los niños que hacen rabietas no solo te hacen pasar un momento muy incómodo a ti, a los demás también. Aparte, te hace ver como una madre o padre incapaz de controlar a su hijo.
4 Se enoja cuando pierde
En algunos países del mundo los padres crían a los hijos para que siempre ganen sin importar las consecuencias. No está mal tener un pensamiento ganador; pese a eso, los niños también deben aprender que en la vida también se pierde.
Un niño que no sabe perder, es intolerante a la frustración. Por consecuencia, va a ser impaciente y de mal carácter ante cualquier obstáculo que encuentre en su vida.
En cambio, un niño que aprende a aceptar la derrota, está preparado para enfrentarse a las dificultades de la existencia.
5 Te trata como si fueras su igual
Los padres son justo eso: padres lo que es igual a que eres una figura de autoridad y no un amigo.
Cuando un hijo ve a sus padres como una suerte de compañero, en lugar de alguien que debe respetar; va en camino a meterse en muchos problemas.
Este tipo de comportamientos surgen porque los padres no ponen límites a sus hijos. Cuando esto sucede, el hijo cree que está al mismo nivel de sus padres; incluso, por encima de ellos. En consecuencia, actuará como un adulto o un tirano, muchas veces imponiendo su pensar y proceder.
Tu hijo siempre debe saber cuál es su lugar dentro de la familia. Que está creciendo y aprendiendo, y que, por tu edad y rol en su vida, estás por encima de él; por lo tanto, tienes derecho a corregirlo si es necesario.
Por desconocimiento se pueden cometer muchos errores de crianza. La buena noticia es que puedes corregir la manera en que crías a tus hijos mientras ellos estén chicos. Hazlo pronto si notas alguno de estos comportamientos en uno de ellos; de otra manera sufrirán mucho.