Mamá y papá miden 1,85 —cuando su bebé nace— los médicos se dan cuenta de que algo está MUY mal

Los médicos NUNCA pensaron que la bebé nacería así. Algo que muchos padres ignoran antes de engendrar un hijo.

Mariel Reimann

En un ultrasonido que la madre se realizó a las 12 semanas de embarazo creo incertidumbres en los médicos en cuanto a la condición de salud de la bebé que esta pareja esperaba.

Era su primera hija, y aunque estaban nerviosos sin saber qué es lo que andaba mal con la bebé, ambos estaban contentos de poder ser padres por primera vez. Sin embargo, sólo unas semanas antes de su nacimiento, los médicos tenían una mala noticia.

Jamie la madre de la niña, dijo que ella no estaba dispuesta a escuchar las malas noticias de los médicos.

“Yo sentía continuamente sus patadas. Teníamos ya un nombre para ella. En mi mente no tenía duda, tenía que darle una oportunidad de vivir”, explicó Jamie a los medios.

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Sus pulmones no se habían desarrollado

La mala noticia que tenían los especialistas era que los pulmones de Helena, no se habían desarrollado como deberían. Pero su madre no quiso interrumpir el embarazo y siguió adelante.

Sus padres, estaban preparados sólo para conocer a su pequeña Helena y decirle adiós, sin embargo, Dios tenía otros plan para esta flamante familia.

Contra todo pronóstico, Helena había llegado al mundo a demostrar que no se daría por vencida

Helena no paraba de fortalecerse y de mejorar su estado de salud, a pesar que todo iba en contra de ella.

Cuando la pequeña alcanzó las 6 semanas de vida, un diagnóstico médico fue capaz de explicar lo que estaba sucediendo con Helena. La niña sufría de Displasia Diastrófica, también llamado Enanismo Diastrófico, una enfermedad genética muy rara que se presenta de forma grave o en algunos casos, con síntomas más leves.

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Helena ha vencido la muerte 3 veces

No cualquiera tiene las fuerzas de Helena y la voluntad de seguir adelante y de vencer la muerte.

Sus padres comentan que en estos años, la pequeña “vio a la muerte de cerca” en tres oportunidades, y pasó sus primeros tres meses de vida en el hospital.

Tras algunos estudios, sus padres descubrieron algo que de no ser por el nacimiento de Helena, nunca hubieran sabido. Los dos son portadores de los genes recesivos del enanismo, a pesar de que ambos miden un metro y ochenta y cinco centímetros.

Por ahora, los dos disfrutan de su “Pulgarcita”, como la llaman cariñosamente, y no han decidido si quieren tener más hijos, debido a las altas posibilidades de engendrar más hijos con el mismo problema genético.

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Helena se ha hecho una modelo

Sus padres abrazan la diferencia de su hija y la celebran. Ninguno se avergüenza y la aceptación por parte de sus padres ha hecho de la bebé un ícono de lucha, amor, felicidad y ganas de desafiar a la vida cuando parece darnos limones.

“Helena ya nos ha sorprendido de muchas maneras. Ella es un auténtico milagro. Espero que su historia sirva para ayudar a otros padres que se encuentran en la misma situación”, escribió Jamie en su página de Facebook en la que comparte las aventuras con su hija y en la misma que muestra fotos en las que modela ropa hecha a medida.

Helena tiene que ir a controles médicos una o dos veces por mes, pero ella sigue adelante con la sonrisa más conquistadora del mundo.

Todo pasa por algo

La conclusión de esta historia es simple. Nosotros tenemos nuestros planes, pero Dios tiene los suyos. Las únicas personas que pueden ser felices, son aquellas que le dan la bienvenida a los planes de Dios y aprenden a ver la verdadera felicidad que en ellos radican.

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.