Más que ayudar, los consejos a veces dividen

A veces los consejos de la familia o las amigas no son la mejor fórmula para una vida feliz, aunque sean dichos con las mejores intenciones. Aquí puedes encontrar cuál es la mejor decisión para tener un matrimonio feliz.

Julia Tort

El caso de Cristina

Cristina quedó perpleja frente al resultado positivo de su prueba de embarazo. “¿Cómo puede ser que esté embarazada? Tanto lo había deseado, y ahora que es cierto, ¡no sé qué pensar!, ¡ni qué hacer!”. Ella es una buena esposa, está llena de ilusiones y enamorada de José, su marido. Ambos tienen una gran familia, padres, hermanos, tíos y sobrinos, y siempre han estado rodeados de muchos amigos que los quieren. Cristina y José han sido un ejemplo a seguir por su amor y su unión.

Todos han esperado con ansiedad que algún día Cristina les diera la noticia de su primer embarazo y ella, llena de ilusión, pensaba con frecuencia en cómo sería a partir de entonces. ¡Un mundo verdaderamente de color de rosa! Tal cual se lo planteó su familia, desde que era muy pequeña. De repente un día su periodo no llegó y, cómo era de esperarse, surgieron en ella sentimientos encontrados y se preguntaba, ¿será verdad lo que estoy pensando? Mientras en silencio oraba porque así fuera.

Cristina se encontraba nerviosa e impaciente. No pudo más, así que se dirigió a la farmacia a comprar una prueba de embarazo. Para su sorpresa, ¡resultó positiva! Pero ella no quería ilusionar a José, de modo que esperó tres días más antes de ir al laboratorio, donde le confirmaron la noticia. Llena de interrogantes llegó a su casa. ¡Tanto tiempo esperó este momento, y ahora que lo vivía, pensaba: “Para una mujer embarazarse es normal, pero ahora que me ha tocado a mí, ¡no sé qué sentir! Es como si no fuera verdad”.

La reacción de José

Cuando José llegó a casa, Cristina le comunicó la gran noticia, y su primera sorpresa fue que él no reaccionó como se lo había imaginado por tanto tiempo, se quedó impávido. Ella le preguntó, “¿acaso no te da gusto?”. Él, aún con la lengua trabada, le respondió… “Sí, sí, ¡claro que me da gusto!” Pero Cristina en su interior hubiera querido que él brincara de alegría, la tomara entre sus brazos y le dijera lo feliz que se sentía. Ella se quedó un tanto confusa por el incidente, intentando comprender qué pasaba con José, lo cual fue complicado porque él no se prestó para ahondar en el tema.

Al otro día, José, como siempre, salió a trabajar y ella aprovechó para llamar a su familia y a unas amigas para darles la noticia. Tres de ellas acudieron a su casa para felicitarla personalmente. Cristina les comentó lo que había sucedido la noche anterior y comenzaron a formular una serie de opiniones que cada vez la dejaban más pensativa:

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  • ¿Acaso José no quiere un hijo?

  • ¿Por qué no reaccionó como tenía que hacerlo?

  • ¿Qué le pasa?

  • ¿Será que te está ocultando algo?

  • ¡Qué mal está!

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  • ¡Qué mal plan!

  • ¡Qué mala onda, en serio!

Las distorsiones cognitivas

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Al marcharse las amigas, Cristina comenzó a hacerse una serie de preguntas acerca del comportamiento de José y, en su esfuerzo por tratar de darle un sentido a la reacción de su esposo, enlazaba situaciones con la sospecha, cada vez más fuerte, de que había algo oculto, y con la certeza de que su amor se estaba apagando a raíz de la noticia del embarazo. Ese día, por alguna razón, José llegó un poco más tarde que de costumbre, y la incertidumbre de Cristina se convirtió en enojo. Su mente fabricaba historias sombrías, en las que se preguntaba y ella misma se respondía, dejándose llevar por emociones negativas. ¡Realmente sufría!

Sucedió entonces que ¡esa noche tuvieron su primera discusión! José trató de explicar su sentir diciendo que, en realidad, no tenía palabras, pues era una experiencia nueva. Cristina, por su parte, se mostraba incrédula e insistente de que había algo más. ¡Cómo podía dudar de lo que sus amigas habían cuestionado! Por esos días comenzaron los cambios físicos más fuertes, y los síntomas no se hicieron esperar. Ella terminó por convencerse de que las cosas eran como las estaba interpretando; de que ese sueño de color de rosa era un mito, pensaba que no era justo que tuviera que pasar por todo eso y a él ni cosquillas le sucedían. Se sentía incomprendida.

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La influencia de los demás en nuestra percepción

Sus amigas la siguieron frecuentando, y en sus pláticas la presionaban diciéndole que él debía consentirla más, que los embarazos son episodios incómodos y le contaban sus experiencias personales. Por su parte, Cristina se sentía cada vez más desolada y angustiada. En algunas ocasiones tocaban temas acerca del alumbramiento, en forma negativa, y eso hacía que ella sintiera un miedo inmenso, que disfrazaba de mesura. La familia también hacía lo suyo, pues en broma le decían que se veía “gordis”, que comía por dos, que siempre estaba de malas o dormida. Ella sentía que todo el mundo la criticaba y comenzó a sentirse horrible y triste. Ya no se acercaba tanto a José y él, por su parte, pensaba en respetar el espacio de Cristina para no incomodarla, pero qué lejos estaba ella de considerarlo de ese modo. En sus adentros solo se repetía: “¡Vaya con el matrimonio ejemplar! ¿Y después qué sigue?” ¡Estaba realmente desilusionada!

En ocasiones permitimos que los comentarios de otras personas nos afecten a tal grado que invariablemente juzgamos con dureza a quienes amamos. Creamos historias mentales de situaciones que no existen, generadas por un miedo infundado, bloqueando nuestra razón y dañando nuestra autoestima, poniendo en riesgo nuestras relaciones personales. Como le pasó a Cristina y a José. Tener una nueva condición de vida, por cuestión lógica, nos hace buscar referencias con otras personas; sin embargo, tienes la posibilidad de elegir la comunicación abierta y transparente con tu pareja para mantener el amor vivo con la confianza y el respeto como pilares. Jamás supongas ni des por hecho algo, mejor sigue a los expertos y aprende a comunicarte con tu pareja y comparte tu sentir, interésate, a tu vez, por entender a tu pareja y, tomados de la mano, afronten las situaciones y decidan basados en el amor.

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Julia Tort

Julia Tort es Lic. en Preescolar y Psicología, asesora y especialista en Estim. Temprana, prenatal, del aprendizaje y liderazgo, escritora y madre de 3 hijos. Actualmente vive en San Juan del Río, Qro. México. E-mail contacto: lic.juliatort@hotmai