Mi enemiga interna

El hecho de auto criticarse y lastimarse emocionalmente es producto de una baja autoestima. Incluso, las autocríticas bajan nuestro nivel de autoestima y después nos sentimos aun peor. Aquí te muestro cómo romper este círculo vicioso.

Francia Benson

¡Qué fea soy! ¡Estoy gordísima! ¡No soy inteligente! Todas nosotras nos hemos dicho estas frases una y otra vez, al grado de que en ocasiones terminamos por volvernos nuestra peor enemiga. Nos vemos al espejo y nos comemos vivas criticándonos por cualquier cosa pequeña. Si nosotras mismas nos vemos así ¿cómo nos verá el mundo?

Pues bien, en realidad el mundo nos ve mejor de como nosotras nos vemos a nosotras mismas. Pero cuidado, esa opinión positiva que la gente tiene sobre nuestra persona podría cambiar por nuestra propia culpa. Así es, si los demás escuchan que nosotras mismas decimos cosas feas y nos degradamos poco a poco empezaran a creerlas. El hecho de auto criticarse y lastimarse emocionalmente es producto de una baja autoestima. Incluso, las autocríticas bajan nuestro nivel de autoestima aun más y después nos sentimos peor. Es como un círculo vicioso.

La pregunta es ¿cómo dejar de criticarse?, ¿no es así? Lo primero que debemos hacer es buscar la causa de tantas críticas. ¿Por qué nos sentimos tentadas a ver nuestros defectos en vez de admirar nuestras cualidades? Para cada persona la razón podría ser diferente. Para algunos es no poderse amar a sí mismo. La disconformidad consigo mismo hace que se vean aún más defectos. Es como las personas que padecen de anorexia, se ven pasadas de peso cuando están más bien demasiado delgadas. Nadie tiene culpa de no poder amarse. En ocasiones cuando los demás nos critican demasiado comenzamos a creer esas críticas y dejamos de amarnos y comenzamos a criticarnos.

Lo primero que debemos entender y recordar siempre es que las personas somos diferentes. La belleza física viene en diferentes formas, tallas, tamaños y colores. Todas las personas tenemos cualidades y virtudes.

Lo segundo es dejar de compararse con los demás. Nadie es mejor que nadie, solo diferente. Son esas diferencias precisamente lo que nos hacen interesantes y hermosas. Ahora vamos a aprender algunas formas de cómo poder amarnos a nosotras mismas:

Advertisement

¡Enamorémonos de nosotras mismas!

Hagamos una lista de todas nuestras cualidades, de las cosas que nos hacen únicas. Pídele a alguien de confianza que te diga tus cualidades. Te sorprenderás todas las cosas hermosas que te hacen única. Una vez que tengas la lista completa, léela y repítela, pero más importante, créela.

Reconoce tus esfuerzos

Además de las muchas cualidades que cada uno de nosotros tiene también hacemos cosas buenas. Para poder amarnos tenemos que reconocer nuestros esfuerzos. Reconocer cuando hacemos algo bien, como por ejemplo hacer una buena comida, mantener la casa limpia, estar allí para alguien necesitado. Reconocer tus esfuerzos al igual que tus cualidades te ayudará a saber que es posible amarte tal como eres.

Sé Entusiasta

El negativismo mata cualquiera buena vibra alrededor. Para poder amarse a sí mismo es necesario tratar de ser más positivo. Ver las cosas con optimismo. Creer en la bondad de la gente y sobretodo de ti misma.

Sé bondadosa

Cuando tu corazón se abre para ayudar a otros encuentras esa parte hermosa de ti que vale la pena amar. Ayuda y sé bondadosa, verás como tu amor propio aumentará y te sentirás más feliz contigo misma.

Perdónate

Perdona los errores que has cometido. Recuerda que eres un ser humano y que todos nos equivocamos. Lo importante es aprender de nuestros errores.

Advertisement

Cuando comiences a hacer todas estas cosas diariamente te sentirás mejor y no podrás criticarte porque habrás descubierto que hay más cualidades que defectos. Ese amor propio no te dejará ser dura contigo misma. ¡No esperes más! ¡Manos a la obra!

Toma un momento para compartir ...

Francia Benson

Francia se recibió de la Universidad de Utah en Comunicaciones y Periodismo y tiene una Licenciatura en Cine y Artes Audiovisuales. Está casada y tiene un hijo.