Mi esposo está desempleado, ¿cómo puedo ayudarlo?
El desempleo es una de las experiencias más complejas a las que un matrimonio y una familia pueden enfrentarse. Cuando el esposo es el principal proveedor del hogar, tu ayuda es determinante.
Emma E. Sánchez
Para el hombre, perder el trabajo y tardar en encontrar otro, afecta profundamente su autoestima. Su estado de ánimo puede llegar a decaer fácilmente y mostrarse irascible con los hijos o la esposa. ¿Qué podemos hacer para apoyar a nuestro esposo, en estos días difíciles?
Hace algunos años mi esposo se quedó sin trabajo. Nos sentamos y hablamos de lo sucedido, le dije que no se preocupara, que las cosas se resolverían. Pero la verdad es que los días pasaron y las cosas no se solucionaban. Conforme las semanas pasaban, empeoraba la situación. Cuando empezaron las primeras discusiones entre nosotros, nos dimos cuenta que debíamos trazar un plan y apegarnos a él o, de lo contrario, terminaríamos mal. Ahora te comparto algunas de las cosas que hicimos, que salvaron nuestro matrimonio durante el desempleo:
1. Evita reclamos
Cuando tu esposo te dice que lo han despedido, que ha renunciado o que simplemente ya no hay trabajo, evita el reclamo o la contención. Pregúntale qué plan tiene para obtener un nuevo empleo y comienza a poner en práctica toda la paciencia que tengas.
2. Administra bien los recursos familiares
Los primeros días sin trabajo parecerán agradables y hasta relajados, especialmente si le dieron alguna especie de liquidación o compensación por su despido o salida del trabajo. Abre bien tus ojos y no gastes el dinero, adminístralo. Con calma, organicen un presupuesto o inclusive planeen iniciar un negocio, pero sé muy prudente con los gastos pues no sabes cuánto tiempo tardarás en tener ingresos nuevamente.
3. Mantente atenta de su estado de ánimo
Hacer citas para entrevistas de trabajo, ir y no recibir respuestas positivas durante varios días llega a ser algo muy difícil para los hombres. Por ello, trata de estar atenta a su estado de ánimo y proveer del apoyo, la confianza y el respaldo que necesite para volver a salir a buscar trabajo al día siguiente.
4. Sé firme, mas nunca dura
Firme en cuanto a no quitar de sus hombros la responsabilidad de sostener o colaborar con la economía familiar. Hay ocasiones, donde queriendo ayudar al esposo, la mujer absorbe toda la carga de la familia, el hombre se relaja, deja de buscar trabajo, se queda en casa sin ayudar a las labores del hogar o cuidado de los niños y la mujer revienta. Evita la dureza en tu trato para con él pero sé firme en cuanto a las metas que juntos pueden lograr.
5. Cuida de tu salud y la de tu esposo
Cuando pasan y pasan los días, los platos de comida se van haciendo más pequeños. Cuando menos lo esperas, te das cuenta que ya no hay verduras o frutas, sino alimentos que solo “llenen” el estómago y calmen la necesidad. Entonces la angustia, los nervios y la preocupación acaban con los nervios. Acércate a las instancias públicas para atención médica para ustedes o los niños, aprende cómo combinar los alimentos que tengas a mano para tener comidas económicas y nutritivas. Manifiesta optimismo y las enfermedades pasarán sin tocar a tu familia. Ten buen ánimo.
6. Si es necesario, pidan ayuda
No teman solicitar ayuda a sus familiares o amigos. Las relaciones que tengan pueden hacer una gran diferencia entre salir adelante o perderlo todo. Cuando sea necesario, pidan ayuda, no lo hagas tú sola o a escondidas de tu esposo, pues si él lo descubre podrá tomarlo de mala manera: los hombres son un tanto orgullosos, no atentes contra su propia naturaleza, dale opciones y sugerencias, luego deja que él tome decisiones.
La estrechez económica es real. Afecta y consume a la gente, destruye la autoestima, debilita el carácter pero al mismo tiempo, si así lo determinan juntos, puede ser un tiempo que una a la pareja y fortalezca a la familia. Tú como mujer, tienes el poder para que así sea.