Mi esposo no quiere darme el divorcio, ¿qué estrategia sigo?

En este artículo encontrarás algunas "estrategias" para continuar con tu vida.

Emma E. Sánchez

¿Sabías que son más las mujeres que solicitan el divorcio que los hombres? ¿Y que el porcentaje de hombres que lo acepta es menor a 50 por ciento? Así es, los hombres se hacen del rogar y no conceden el divorcio a sus esposas, mientras que las mujeres lo hacen en mayor número y con más facilidad. Y aparece entonces la pregunta de los 64 mil, ¿por qué sucede esto? Tratemos de desentrañarlo.

Nunca he sido partidaria del divorcio, pero reconozco y acepto que en algunos casos no sólo es necesario, sino indispensable. Si es tu caso el que estés buscando el divorcio y no es hora de que te lo otorguen, conocer algunas razones y motivos del por qué tu expareja no te lo quiere dar, podría ayudarte a buscar opciones y agilizar los trámites necesarios.

Vamos a hablar de algunos casos y sus posibles soluciones:

El orgullo por delante

En la cultura latinoamericana todavía se considera un terrible insulto a la hombría que una mujer deje al hombre, sea cual sea el motivo. Es una afrenta a su masculinidad y condición y, por lo tanto, ceder y firmar los documentos de la separación significa aceptar que lo han vencido y humillado.

Si al discutir este asunto percibes que lo que hay de fondo no es otra cosa más que orgullo herido, opta por apelar a su misericordia; sí, así como lo lees, haz a un lado los gritos, los reclamos y sé más inteligente, tú viviste con él y lo conoces.

Toma la enseñanza de la vida en sociedad de los gorilas: cuando un gorila más joven o hembra busca “el favor” y la autorización del gorila más fuerte, éste agacha la mirada, inclina la cabeza y ofrece una mano. Entonces el gorila fuerte se sabe reconocido, superior y con poder y los deja vivir…

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¿Me entiendes ahora?

Yo, después yo y también yo

Miedo a quedarse solo, manipulación, celos y todo lo que tenga que ver con pensar únicamente en su beneficio pueden ser grandes obstáculos. No dar el divorcio puede ser la falsa idea de que sigues siendo de él y que solo a él le perteneces.

Nuevamente, si este es el trasfondo, ofrece justamente lo contrario a lo que se merece: habla de la importancia de su presencia en la vida de los niños, la necesidad de seguir relacionándose apropiadamente por el bien de todos y en especial de los hijos. No lo amenaces con desaparecer, llevarte a los niños, otro hombre y cosas que sabes que a él le están afectando.

Difícil, tal vez, pero repito, eres más inteligente y podrás planear una gran estrategia que en verdad favorezca a todas las partes.

No quiere que te vuelvas a casar o tengas otra relación seria

Así es, como dicen en mi tierra, “Mía o de nadie”. Una idea tan retrógrada y que ha causado tanto daño, pero cierta. Muchos hombres simplemente no se divorciarán aunque ya no vivan juntos, ellos tengan otra relación e inclusive tú ya veas a alguien más. La idea de que tu libertad les pertenece es lo que los sostiene y no te dejarán ir, pues de alguna manera torcida eres de su propiedad.

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Aquí ahora entra la recomendación de buscar en la ley, por medio de un abogado, algún recoveco y todas las maneras posibles de lograrlo. Entablar un juicio civil es una de las opciones más comunes, consulta a tu abogado y a instancias gubernamentales o civiles de protección a la mujer.

La bendita segunda oportunidad

Arrepentimiento: ¡ojo, mucho ojo!, puede ser una treta o una verdad sincera. Aquí existe lo que muchas conocemos como la llamada “segunda oportunidad”. Querida lectora, sé más que inteligente para poder discernir y tomar la decisión correcta. Consulta tu corazón, escucha a tu mente o pide sabiduría a Dios, finalmente se trata de tu matrimonio y la felicidad de todos.

Tienes que ser lo suficientemente honesta contigo misma para aceptar una disculpa, ofrecer otra, pedir perdón, perdonar y regresar o decir adiós para siempre con la conciencia tranquila.

Y los pesos, ¿cómo los vamos a repartir?

A veces los hombres ocultan con pretextos la terrible verdad: no tienen dinero, no pueden pagar el divorcio. Esta solución es fácil. Paga y quítate el problema de encima porque orgullosa no eres, ¿verdad?

La otra, la peor: no quiere ceder las propiedades, repartir el dinero o bienes que logaron juntos. Si los abogados no pueden solucionarlo y no hay modo, piensa lo siguiente: ¿cuánto vale tu libertad y tu paz mental? ¿Estás dispuesta a pagar el precio? ¿Quieres ganar la guerra o sólo una batalla? Cuídate de no ser lo mismo que juzgas en tu exesposo.

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No estaba muerto, andaba de parranda

Un día el esposo salió a comprar pañales y nunca regresó, es la vieja historia de muchas. Si él desapareció, ya no vive contigo, se desconoce su paradero o aunque lo imagines, está muy lejos y no ha dado señales de vida en años y quieres separarte, no hay problema, consulta a un abogado o acude a algún instituto de protección a la mujer para conocer los trámites que deberás hacer para concluir el asunto.

Si estás segura de terminar con una relación tan importante como el matrimonio, te recomiendo hacer las cosas de la manera correcta, tómate el tiempo que sea necesario, usa tus propios recursos de ser necesario, pero repito: haz bien las cosas. Tu dignidad, buen nombre y respeto van de por medio y si a ti eso no te apura, piensa en tus hijos, ellos merecen un buen ejemplo y tener ejemplos correctos de cómo conducirse en la vida de manera honesta y responsable, y tú lo puedes hacer.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.