Mi hijo es muy impaciente, ¿cómo lo ayudo?
Si tu hijo es impaciente, aquí encontrarás algunas muy buenas estrategias para ayudarle.
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Emma E. Sánchez
Julia ha estado observando que su hijo es muy impaciente y a veces puede parecer hasta impertinente.
Ella ha notado que el niño es algo impulsivo, especialmente cuando se trata de esperar su turno en una fila o cuando ella o su esposo hablan por teléfono o están ocupados y él pide su atención.
Mary comenzó a preocuparse mucho y luego a sentirse incómoda por la conducta de su hijo, al grado de ya no asistir a las fiestas infantiles que se les invitaba pues, por más que hablaba con su hijo, él no cambiaba.
Al platicar con ella y escuchar sobre sus preocupaciones, descubrí que ella como muchas madres jóvenes, estaba olvidando algo muy importante:
La paciencia, como muchas otras conductas, debe ser aprendida y modelada por sus padres
Así que esta es la primera regla:
Si quieres enseñar paciencia, debes ser más que paciente, también deberás poner atención en tu autocontrol, en responder de manera amable y estar dispuesta a poner atención a tu hijo.
La impaciencia es innata, los niños son impacientes. Por lo tanto, enseñarles a ser pacientes debe ser una tarea importante en edades tempranas; de lo contrario, no solo tendrás un niño impaciente, sino un adolescente impertinente y un adulto maleducado.
Si tú has notado que la conducta impaciente de tu hijo le esta causando frustración o problemas con otros niños o en la escuela, es tiempo de actuar y el primer paso va por tu cuenta:
Revisa cómo reaccionas tú ante situaciones que te molestan, que te ponen nerviosa o en tu manera de tratar a otros. Por ejemplo, a las personas del aseo, servidores públicos o algún subordinado, ahí te darás cuenta que seguramente hay una faceta donde tú no eras ni tan amable ni tan paciente y que tu hijo escucha, observa y aprende. De hecho, este ejercicio debes realizarlo con todos los adultos con los que el niño tiene relación, pues él está aprendiendo o imitando conductas no apropiadas.
Una vez que has detectado los puntos en los que debes mejorar y trabajar en tu persona ¡adelante! Y siempre ten en mente esta pregunta:
¿Cómo te gustaría que tu hijo afrontara la misma situación cuando sea adulto?
Recuerda: si quieres un hijo paciente, sé tú una persona paciente. Ahora, algunas recomendaciones generales para poner en práctica con tus hijos:
Evita gritar en casa
Los gritos son una manifestación de desesperación, de enojo o impaciencia, lo mismo que comunica frustración y malestar. Si necesitas algo, ve hasta donde están tus hijos o tu esposo, habla con suavidad y firmeza.
Te pongo un ejemplo muy puntual: estas al teléfono, tu niño está jugando y tú le gritas: ¡Cállate! ¡que no me dejas escuchar! En este caso, le dices a la persona en la línea que te espere, vas con tu hijo y le pides por favor, que haga menos ruido.
Sean respetuosos del turno para hablar en casa
A veces en familia, es muy fácil platicar y apasionarnos y de paso no dejar que los niños hablen o participen y eso les enoja, les frustra y desencadena hasta un momento incómodo.
Practiquen hablar por turnos, esperar pacientemente y dejar que quien hable, termine de expresarse para que otro continúe.
Practiquen y vivan el esperar turnos
Procuren cambiar el orden por ejemplo al servir los alimentos, que no sea siempre el primero el hijo o el papá; que a todos en algún momento les toque ser el primero o el último, así todos deben esperar y hacerlo con paciencia.
Atender a los hijos
Muchos niños se desesperan y se vuelven impacientes porque nunca reciben atención de sus padres, así de sencillo. Esto no significa que debas atenderlos tan pronto hablan o piden algo, se trata de hablar con ellos, escucharlos, pedirles un momento si estas ocupada e inmediatamente atenderlo tan pronto te desocupas.
Se trata de que el niño se sienta escuchado y atendido. Si él sabe que le van a dar su tiempo y a escuchar, entonces será paciente. Pero si sabe que nunca va a ocurrir esto, entonces gritará y reclamará atención de la única manera que él sabe hacerlo.
Necesito hablar contigo
Las mamás siempre estamos ocupadas y ahora que muchas trabajan desde casa. La cosa se pone más estresante con los hijos. Te comparto esta estrategia que me funcionó muy bien cuando mis hijas eran pequeñas: En algún momento que todos estén tranquilos, abrazas a cada uno de tus hijos y les explicas que como ellos saben, estas muy atareada con el trabajo y la casa, y que tú quieres en verdad escucharles y atenderles, así que cuando necesiten algo, te digan de qué se trata si es urgente o si pueden hablar al ratito cuando puedas ponerles atención “ con los ojos y las orejas”; esto es, dedicarles un momento con toda tu atención, no solo escucharles mientras sigues trabajando.
Los niños son muy comprensivos, entienden pronto y es importante cumplir tu palabra, ofrecer disculpas si te equivocas o fallas, y siempre hacer lo correcto.
Respira y sé paciente
Desarrollar la paciencia no es de un día para otro, a muchos nos tarda años o toda una vida. Hay gente maravillosa que simplemente pareciera ser que son muy pacientes, y ¿sabes? cuando he tenido oportunidad de platicar con estas personas, casi siempre coincide que han pasado por alguna situación tan dura, difícil o complicada que les ha hecho replantear su vida y entender que vivir acelerados y sin dedicar tiempo a la familia o los amigos, no es vida.
Así que hoy es el mejor día para cambiar y mejorar tu vida, haciendo eso, verás cómo cambia y mejora la de toda tu familia.