Mi hijo no quiere hablar mi idioma: Tres consejos para esta etapa rebelde
Para los que vivimos fuera de nuestro país y escuchamos que nuestros hijos ya no quieren hablar español es normal que queramos desistir en nuestros intentos.
Denhi Chaney
La mayoría de los papás que estamos trabajando para enseñar a nuestros hijos a ser bilingües, en específico a aquellos que les queremos enseñar nuestro idioma, el español, porque estamos viviendo en un país no hispanoparlante, podemos relacionarnos con el título de este artículo. Los primeros años de nuestros hijos son hasta cierto punto sencillos, pues están demasiados jóvenes para ir a la escuela y realmente interactuar con otros niños. Conforme crecen, esto cambia, y cuando empiezan a ir a la escuela escuchamos esa frase que ningún padre quiere escuchar: “¡No quiero hablar español!” El tono de voz saliendo de una personita tan pequeña es determinante, y parece ser que nuestros sueños de tener hijos bilingües han llegado a su fin, pero no es así.
La realidad es que esta etapa “rebelde” es bastante común, y hasta cierto punto sana en el desarrollo bilingüe de nuestros hijos. Es importante mencionar que aunque es común, eso no lo hace sencillo o fácil para nosotros como padres, pero sí nos da un poco de paz que el saber que casi todos los niños pasan por esta etapa, y lo importante es que cuando sabemos cómo manejarla, el resultado es que los hijos crecen hablando los dos idiomas eficientemente. Lo más importante que podemos hacer como padres es tener una persistencia y paciencia que no se agoten. El enseñarles a nuestros hijos dos idiomas no es una tarea fácil, pero son precisamente aquellos que persisten, los que obtienen resultados. A continuación te ofrezco algunos consejos que pueden ayudarte:
Sigue hablando en español
Cuando nuestros hijos se rehúsan a hablar en español podemos llegar a pensar que ya no tiene un propósito que nosotros también sigamos haciéndolo, pero esto es erróneo. Lo mejor que podemos hacer es seguir hablando en español aunque ellos nos contesten y nos hablen en otro idioma. También podemos repetir lo que ellos acaban de decir en español, para que sigan aprendiendo vocabulario y cómo formular diferentes oraciones. Sigue hablando y leyendo en español: aunque parezca que no está funcionando, ellos están escuchando y aprendiendo.
Viaja a un país hispanohablante
Cuando nuestro presupuesto lo permite, es esencial viajar a un país en donde no hay otra opción más que hablar español. El viajar no solamente ayuda con el idioma, sino también con la cultura y la identificación con la gente Latina. Lo ideal es ir por dos o tres semanas si nuestra situación lo permite, pero aunque el viaje sea corto los beneficios son muchos. Estos beneficios se multiplican si existen familiares en el país en donde viajan, pues los niños pronto aprenden que si quieren comunicarse con abuelos, tíos y primos, necesitan hablar español.
Júntate con mamás latinas para jugar con tus hijos
El juntarse frecuentemente con más mamás que tienen hijos pequeños y que también buscan que sus niños aprendan español, es una excelente oportunidad para crear un ambiente en donde el español es el idioma que se habla. Los niños pueden cooperar mucho más cuando se dan cuenta que los demás niños también hablan español y juegan en español.
Todas estas ideas realmente pueden hacer la diferencia, pero como se ha mencionado antes, la constancia será tu cualidad más importante. No desistas en tu meta de ayudar a tus hijos a ser bilingües, es una meta que traerá muchos beneficios a tus hijos. Sé paciente contigo misma y con los obstáculos que inevitablemente se presentan. Sin embargo, llegará el día en que tus hijos superarán esta etapa rebelde y por medio de tu trabajo entenderán el valor de no solamente hablar dos idiomas sino también el valor de compartir dos culturas contigo.