Mientras dormía su hija de 9 años gastó más de US$1.000 sin que se dieran cuenta.
La tecnología le jugó una muy mala pasada a este esforzado padre. Trata que no te pase lo mismo o terminarás en la ruina.
Camila Ignacia Gómez González
Hace algunos días, Ian Wilson se llevó una tremenda sorpresa al descubrir que en su cuenta de Paypal faltaban más de US$1.000 por culpa de su pequeña hija de tan solo 9 años de edad.
Era un día cualquiera, cuando Ian decidió irse a dormir y dejar su teléfono cargando en su velador (mesa de luz), sin siquiera pensar que la pequeña Susan lo tomaría para provocarle un tremendo dolor de cabeza.
Todo comenzó cuando la pequeña tomó el teléfono y comenzó a jugar con el, posterior a eso adivinó la contraseña de PayPal (sistema de pago online) de su padre y reservó el viaje que todo niño ha soñado alguna vez, un tour por Disney World en París.
La niña gastó US$280 en un viaje VIP a la Torre Eiffel y US$420 en boletos para los parques teméticos y el tren de Disneyland Express.
Pero la sorpresa no sucedió de inmediato, pues Ian no tó algo extraño en su cuenta, recién 3 días después de la reserva del viaje.
“Mi primer pensamiento fue que era un fraude, asñi que llamé a Paypal y me dijeron que los pagos se habían hecho desde un dispositivo que consideraban normal para mi y no lo consideraban un fraude. Fue entonces cuando revisé el historial de mi teléfono y encontré todos estos sitios web en mi historial de internet. Le pregunté a Susan y ella dijo que había sido ella” contó el padre a Daily Mail.
“Ella tenía el corazón roto y estaba muy arrepentida. No tenía idea de lo que estaba haciendo”, agregó.
Pero la sorpresa fue aún mayor cuando Ian y su esposa le preguntaron a su hija cómo había hecho las reservas, y ella aseguró que no sabía, pues solo se había dedicado a jugar con el teléfono. E incluso confesó que no sabía si quiera qué era la Torre Eifel.
Afortunadamente para esta familia, Paypal al enterarse de la historia, decidió devolver la suma de dinero gastada, pues consideró que era “fraude amistoso”. Asegurando que este tipo de situaciones son aún más comunes de lo que realmente se conoce.
Ahora seguramente los padres de Susan dejarán muy bien guardados sus teléfonos antes de irse a dormir. Porque de una cosa estoy segura, la historia no la contarán dos veces.
Y la lección que nos queda es muy grande:
- Nunca debemos dejar nuestro teléfono recordar las contraseñas
No precisamente solo por nuestros niños, sino que en caso de robo o pérdida, cualquier podría hacer un fraude incluso mayor al de Susan.
- Existen aplicaciones seguras para niños
Existen muchas aplicaciones que les permiten jugar sin tener que pasar por páginas web que almacenan información de importancia para los adultos.
En caso que tu hijo tenga acceso a tu teléfono es importante que accedas al control parental que ellas proponen.
- Existen sitios que no son apropiados para niños
Bloquearlos es una buena manera de evitar que nuestros hijos puedan poner en peligro su integridad, las finanzas familiares e incluso su inocencia.