Mis hijos se enfermaban una y otra vez, hasta que descubrí el verdadero motivo
Y fue tan asqueroso como sorprendente.
Fernanda Gonzalez Casafús
Por alguna razón, tanto en verano como en invierno, mis hijos solían hacer cuadros de anginas con fiebre. Sea de origen viral o bacteriana, los pequeños solían enfermarse a menudo. Hasta que pude descubrir el motivo, y fue tan repulsivo como sorprendente.
De acuerdo a Mayo Clinic, la amigdalitis o angina sucede cuando las amígdalas se inflaman, provocando dolor de garganta y dificultad para tragar. La fiebre, el mal aliento y la garganta enrojecida son síntomas que acompañan el cuadro.
Los niños pequeños suelen tener este tipo de afección con bastante frecuencia. Pero los míos enfermaban más de tres o cuatro veces al año, y yo había comenzado a preocuparme.
Hasta que descubrí la principal causa
Cada mañana mis pequeños toman su desayuno de una forma particular: en taza y con sorbete (pajilla, bombilla o popote, según le llames en tu país). Cada uno tiene un sorbete exclusivo y no quieren cambiarlo por nada del mundo. La forma en la que los lavo todos los días es simplemente con agua y jabón lavavajillas.
Un día, el pediatra me preguntó si mis hijos usaban sorbetes, o pajillas. Y me explicó que si no limpiaba con frecuencia los mismos, allí se depositaba un sinnúmero de bacterias que vivirían allí hasta ir a depositarse en la garganta de mis hijos.
Llegué a casa y comprobé que, efectivamente, al mirar dentro de la pajilla, ésta tenía restos de leche con chocolate adherido a las paredes del plástico. Me sentí una mala madre por no haberme dado cuenta antes, y puse manos a la obra.
La limpieza fue crítica
Para la limpieza de las pajillas utilicé un palillo de madera, de unos 20 cm de largo aproximadamente, con los que en mi país preparamos los llamados “brochettes”. Le coloqué un algodón en la punta y lo embebí en alcohol.
Al pasar el improvisado hisopo por la pajilla salió una especie de sustancia oscura, que era nada menos que la suciedad que estaba causando las anginas de mis hijos. Y ésto lo pude comprobar cuando mermaron los cuadros de amigdalitis, tras la limpieza periódica de los sorbetes.
Más formas de limpiar los sorbetes
Investigando en internet, me dí cuenta que no soy la única madre que lidia con limpieza de las pajillas, y pude descubrir otras formas de limpiar las mismas. Por ejemplo, utilizando un limpiapipas, que es una alambre largo recubierto de pelitos, como un cepillo muy muy finito.
Otra opción que suelo incorporar cada 15 días, es colocar una fuente con agua y un chorrito de cloro (lejía), y dejar los sorbetes sumergidos por espacio de dos horas. Al quitar las pajillas, toda la suciedad se habrá ido.
Mientras tanto, sigo limpiando las pajillas dos veces por semana con el hisopo hecho con el palito de madera y el algodón. Los voy cambiando hasta que sale limpio. Y mi conciencia queda tranquila.
Diferencias entre anginas bacterianas y virales
Como su nombre lo indica, las anginas o amigdalitis virales son producidas por un virus, mientras que las bacteriana las provoca una bacteria. Cabe destacar que para las primeras, los antibióticos no surten efecto, mientras que para las segundas, este medicamento es el indicado para frenar la infección.
Saber esta diferencia ayudará a comprender por qué el médico receta antibióticos, al mismo tiempo que hará que no nos molestemos en caso que no lo haga, pues no siempre se necesita.
De hecho, de acuerdo a Mayo Clinic, el uso inadecuado e innecesario de los antibióticos ha hecho que muchas bacterias se vuelvan resistentes, logrando que muchas enfermedades sean difíciles de erradicar.
Síntomas
Según la Biblioteca nacional de Medicina de Estados Unidos, las amigdalitis o anginas virales se caracterizan por tener secreciones nasales, fiebre alta, malestar general, tos, y dolor de cabeza, oídos y garganta.
Mientras que una infección bacteriana en la garganta, también llamada amigdalitis estreptocócica, se caracteriza por tener secreciones nasales purulentas, verdosas o amarillentas las 24 horas, fiebre más alta, y un malestar general más severo.
Presta atención
Muchas veces, una de las formas en las que nos damos cuenta las mamás que nuestros hijos están con dolor de garganta es porque éstos se niegan a comer. Cuando son muy pequeños y aún no hablan, no saben identificar bien qué les pasa, ni tampoco comunicarlo, entonces se niegan a ingerir alimentos, pues el hecho de tragar les genera dolor.
Por ello, es fundamental evaluar los síntomas, para poder acudir de inmediato al médico y así determinar cuál es el cuadro del niño. El tratamiento dependerá si se trata de un cuadro viral o bacteriano, por lo que sólo deberás seguir las indicaciones del médico, y jamás auto-medicar con antibióticos a tu hijo.
Otras cosas que puedes hacer para que tus hijos no enfermen
Además de la limpieza periódica y exhaustiva de las pajillas o vasitos de tus hijos, también puedes contribuir a que padezcan menos enfermedades si limpias otros espacios y objetos que los niños utilizan a diario.
Por ejemplo, los juguetes suelen ser un lugar donde las bacterias se depositan y se conviertan en foco de enfermedades. Los juguetes suelen pasar de un lado a otro, de la cama al piso, del piso al coche, y muchas veces los bebés y niños los tocan con las manos sucias, quedando depositados restos de suciedad.
Así, millones de gérmenes hacen colonia y si los juguetes no se desinfectan de forma adecuada, sobrevienen las enfermedades.
Limpia los juguetes de forma habitual
Los muñecos de tela y peluches puedes meterlos en la lavadora, mientras que aquellos plásticos puedes lavarlos con agua y detergente o utilizar un desinfectante especial.
No olvides mantener la limpieza del hogar. Pisos, encimeras, cambiar sábanas y acolchados, y mantener muy limpio el baño, son medidas que evitarás la proliferación de gérmenes y bacterias y así se evitará posibles enfermedades.
Una mamá atenta es una mamá lista. Combate las enfermedades de tus hijos manteniendo la limpieza de los objetos y el hogar, para ayudar que tu hijo no enferme. (¡Y no olvides limpiar los sorbetes!)