Mujeres, fuerza moral en el hogar y el mundo

Una sociedad en progreso necesita tener familias felices, vidas exitosas, con fuertes principios morales. ¿Quién nos ofrece esa base moral?, ¿dónde la encontramos?. La influencia más poderosa llega a través de la mujer en medio de su hogar.

Edith Kingore

Cuando pienso en mi niñez y en mi juventud, siento que fui muy privilegiada al haber tenido fuertes pilares morales. Mi modelo principal fueron mis padres, en especial mi madre. A ellos, debo agregar mis maestras, tanto en mi educación religiosa, como en mi educación escolar. Recuerdo haber tenido excelentes amigos en mi niñez y en mi pre adolescencia; muchos de los cuales seriamente consideraban estudiar para monjas o sacerdotes, y salir a servir como misioneros; otras soñaban con casarse por la iglesia con sus vestidos blancos. En mi época de juventud, tuve amigas y amigos con mis mismas normas morales con las cuales me ayudaron a mantener una vida casta. Cabe mencionar que todo este apoyo moral se lo debo principalmente a las mujeres que tanto influyeron en las vidas de todos nosotros, como niños y jóvenes de esa época en nuestra formación, y fueron un gran ejemplo a seguir.

La mujer no es la única influencia moral en la sociedad, sin duda es una influencia muy poderosa. La mujer tiene un instinto innato de nutrir, proteger, cuidar y educar a quienes se encuentran a su alrededor, particularmente a los niños. Como madre, ofrece un ambiente sano y saludable en el hogar y se preocupa por el bienestar de todos los integrantes de la familia.

Es en el hogar donde la mujer tiene la influencia más grande, dado que enseña a sus hijos los principios que serán su norma al interactuar en sociedad; cuando los hijos salen al mundo, estos valores los protejan de las decisiones que tendrán que tomar una vez afuera de las paredes protectoras de la familia. Todd Christofferson, abogado y autoridad religiosa, ha dicho: “En ningún lugar se siente la influencia moral de la mujer más poderosa, que en el hogar. No hay mejor entorno para criar a la nueva generación, que en la familia.”

Las mujeres, seamos casadas, viudas, solteras, jóvenes, adultas, aportamos esta fuerza moral en nuestros hogares y en la sociedad. Mencionaré dos maneras primordiales, basadas en lo dicho por Todd Christofferson y en mi propia experiencia:

Son un modelo

Su primera y principal influencia, se da por medio de su propio ejemplo: Los niños y jóvenes aprenden principios y valores morales observando las conductas de sus madres y modelos o figuras morales. Ven las actitudes que toman con respecto a la moralidad sexual, la manera de vestirse y el lenguaje con que se expresan.

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Enseñan el camino a seguir

Las madres enseñan a las nuevas generaciones buenos principios a seguir como los siguientes: el respeto a las mujeres, la disciplina, las altas normas morales, la virtud, el defender lo que es correcto.

Es cierto, las mujeres poseen ese poder moral innato, pero es crucial cultivarlo, a fin de que defendamos la virtud e inspiremos ese refinamiento en las cosas y en las culturas que tanto necesitamos reforzar hoy en día. Estoy convencida de que, si lo hacemos, las nuevas generaciones tendrán vidas felices y matrimonios exitosos y una vida sana en general que afectará positivamente en la sociedad. Quiero ser un buen ejemplo y una potente influencia moral para mis hijas y los niños y jóvenes con los que tengo contacto, tal y como yo lo tuve en mi niñez y juventud. Y tú: ¿Qué piensas? ¿Te unes conmigo?

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Edith Kingore

Edith Kingore es originaria de Argentina. Estudió Psicología en México. Se ha dedicado muchos años a la educación y trabajos con infantes y niños de edad preescolar. Actualmente reside en Estados Unidos con su esposo y tres hijas.