Mujeres también ven pornografía
Es tiempo de hablar de este tema con una actitud de caridad y nunca juzgar, sigue leyendo para saber porque.
Denhi Chaney
Es cierto, he escrito varios artículos acerca de la pornografía, pero ninguno ha sido dedicado a las mujeres que sufren de esta adicción en particular. Sé que ha llegado el tiempo de hablar de ello, porque en mi experiencia profesional veo que hay demasiadas mujeres que se ven afectadas (una de cada seis mujeres es adicta a la pornografía, según las últimas estadísticas) y, si bien existen muchas similitudes con los hombres, también hay muchas diferencias. Así que estas palabras están dedicadas a estas mujeres que sufren en silencio y no saben qué hacer.
Aunque sabemos que la pornografía no se limita a los hombres, por alguna razón evadimos hablar de las mujeres, y cuando se llega a hablar de ellas casi siempre se considera que le problema es mucho peor que cuando se presenta en un hombre. Así que, si la pornografía entre hombres se mantiene en secreto, entre mujeres la conversación es casi nula. Por ello, a continuación te presento algunos datos para ayudar que éste ya no sea el caso y que se hable más del asunto.
Las similitudes son más que las diferencias
Las consecuencias de ver pornografía son las mismas, ya seas mujer u hombre. Por otra parte, situaciones como la tristeza, el enojo, los cambios cerebrales, la angustia, la ansiedad, los problemas sexuales y de pareja son los mismos disparadores de esta adicción. De hecho, es posible que como esta dependencia es más un tabú entre las mujeres, se mantenga todavía más en secreto y que este cautiverio se incremente cada vez más.
Existe más temor a ser descubierta
Este secreto implica mucho más temor, pues por alguna razón la cultura y la comunidad ven, hasta cierto punto, más aceptable que un hombre tenga una adicción sexual que una mujer —lo cual no debería de ser—. Es por eso que uno debe de considerar con seriedad el siguiente punto.
Existe menos apoyo
Por todas las razones ya enumeradas, no es sorpresa que las mujeres reciban menor apoyo cuando logran romper la barrera del silencio. Muchas de mis pacientes me lo han dicho: Intencionalmente o no, al hablar de su adicción, quien les escucha reacciona como si la adicción en la mujer no fuera ser posible; las hacen sentir como si no valieran nada. Y, si tienen hijos, son consideradas como la peor madre del mundo. Lo peor es que no existen tantos libros, grupos de apoyo, grupos de 12 pasos y demás para mujeres, en comparación con las decenas de recursos que existen para hombres.
Aunque para ambos géneros la situación es difícil, es momento de ver a una mujer que padece de esta adicción con los mismos ojos de comprensión, caridad y compasión que hemos aprendido a tener con los varones. El dolor sigue siendo el mismo y la devastación que sucede en sus relaciones personales es la misma. Por lo pronto, si bien hoy no tengo un consejo para vencer esta adicción, si puedo pedir que tengamos el valor de hablar más al respecto y juzgar menos cuando la situación se presente.